Pequeñas verdades

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Dejar a Beast Boy con aquella conversación me había hecho sentir muy cruel pero, ¿qué podía esperar? No quería volver con él, o sea, eso ya había sucedido, roto y acabado pero si llegaba a ser el padre tampoco querría que no lo pudiera ver. Obviamente le iba a dejar verlo y tratarlo pero no estar conmigo pues no le quería de esa forma. Ya no.

Mis piernas caminaban sin rumbo y mi mente seguía pensando en los ruidos procedentes de mi estómago. Iba a tener un bebé y yo todavía no me lo creía. ¿Cómo podía ser que fuese tan precavida para a todo pero no para algo tan importante como traer un ser vivo a este universo? Y lo peor es que me había ocurrido dos veces... Dos posibilidades. Cuando el bebé llegara a este mundo lo difícil sería el tema del padre pues uno era un villano que estaba en la cárcel y el otro un metahumano que era mi ex pareja y ya. No podía seguir así; tenía que contárselo a Starfire al menos. Ocultarle algo así era... Cruel.

—¿Amiga Raven? —esa cálida voz le hacia justicia a su nombre, bueno, al que usaba en la Tierra al menos.

—Hola, Star —me giré al escucharla por detrás—. ¿Cómo vas?

Tenía un estómago mucho más grande que el mío. Al menos no iba a criarlo yo sola. 

—Bien la verdad. Venía de que la Liga me dijera que todo iba bien con el bebé, bueno, la bebé —dijo acariciándose la tripa.

—¿Al final será una chica? —dije feliz. Cuando su cabeza me lo afirmó la abracé como pude para darle la enhorabuena. 

—¿Y tú ya sabes qué es? —no lo entendí— Como vienes de la misma dirección creía que Zatanna te lo había dicho.

—Oh, bueno, he ido también para que me dijera qué tal iba, sí —mentí—, pero no lo sé aún. Supongo que es muy pronto para averiguarlo.

—Tienes razón. Deberías esperarte a los cinco meses que, en embarazo humano es lo que suelen tardar. Por cierto Raven, ¿sabes si el ser demonio te va a afectar con este tema?

Yo tampoco lo sabía con claridad. Había tenido dolores más fuertes de lo normal pero hacía días que eso no me pasaba. Semanas, diría yo.

—Pues no lo sé... Mi madre nunca me dijo cómo fue estar embarazada de una semidemonio.

—Supongo que lo que haya sentido ella, la mitad será lo que sientas tú. O quizás no, ya sabes, al tener un hijo mitad metahumano y mitad mitad demonio...

Su pequeña risa me hizo despertar. Era la hora de contárselo. 

—Starfire, no lo sé —me moví hacia un banco que había cerca nuestro y ambas nos sentamos.

—Bueno, nunca se sabe con esto de la genética.

—No, no es eso —bueno, sí. Estaba asustada por ese tema también— es que... No sé si Garfield es el padre.

Un peso salió de mí hacia mi estómago pero no por el bebé. Tenía miedo de su reacción y a la vez estaba contenta de decirlo.

—Oh, ¿y eso? ¿No habíais vuelto?

—Bueno... —suspiré— No. Me daba miedo que pensarais que era cruel o algo por el estilo... Lo cierto es que en ese mismo periodo de tiempo que sucedió con Gar también sucedió con otra persona y no sé de quién de los dos es. 

Su cara de sorprendida me aterrorizó pero luego pasó a una cara de comprensión.

—No pasa nada, amiga, todo está bien. Es algo que puede ocurrir... El caso es que estoy para ti, para lo que quieras. No tengas miedo a contarme las cosas.

Me abrazó. No le diría quién supuestamente era el otro padre porque era demasiada información pero al menos estaba más liberada. Tener a alguien (a parte de Zatanna) con quien compartir algo así era reconfortante.

Doble problema |JayRae&BbRaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora