"Volver al pasado"

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[18 Noviembre ]

{Mansión Hanemiya}

Una mañana fría como cualquier otra azotaba el pequeño pueblo en el que estaba la mansión Hanemiya. Era algo temprano aún y Kazutora todavía no se había levantado de su cama, por lo que se levantó por el fuerte viento que azotó la ventana, ventilando toda la habitación.

Con los ojos entrecerrados Kazutora se levantó de su cómoda cama y cerro la ventana, justo después de que este la cerrará sonó el despertador, por lo que se dió cuenta de que eran las 7:00 a.m de la mañana.

Rápidamente apagó la alarma y se puso sus pantuflas para luego bajar al comedor en el que estaban todos desayunando.

─ Buenos días- dijo el pequeño Kazutora a todos los mayores.

─ Buenos días- respondieron ellos.

─ Kazutora, por fin despertaste, eh?- menciono Izana.

─ Bueno desperté antes de que la alarma sonará, así que ya tiene minutos...

─ Bueno bueno, toma asiento para que desayunes con nosotros-Izana señalo la silla que se encontraba a su lado para que Kazutora se sentará en ella.

─ Si!- obedeció y se sentó al lado de el peliblanco.

─¿Qué hay de desayunar?- pregunto curioso mientras miraba los platos de la mesa.

─ Hoy hice: tarta de manzana, waffles, ensalada de verdura, cóctel de frutas y de bebidas: jugó de naranja, café con leche, y té para ti Kazutora- dijo Kakucho, a lo que Izana escupió su café al escuchar lo último.

─¡¿Entonces...es por eso que no me dejaste tomar esa taza de té?!- pregunto algo molesto mientras se limpiaba la boca.

─ ¡Así es! Como pueden saber, Kazutora debe de alimentarse bien y por eso le hice un té- sonrió ante lo que había dicho.

─ ¡Muchas gracias por preocuparte por mi, Kaku-san!- río victorioso al mismo tiempo que sostenía su taza de té para darle un pequeño sorbo.

─ ¡Mhm!...bueno aunque debo de admitir que mi Kazutora debe de ser atendido correctamente- miro a los demás quienes no podían contenerse y soltaron una risa que hizo enfadar al peliblanco.

─ ¡¿De qué se ríen ustedes?!- gritó enfadado.

El mayor de los Haitanis contestó. ─ Por favor Izana...todos sabemos que si hubiera sido alguien de nosotros, tú ya nos hubieses molido a golpes o nos hubieses tirado el té en la cara.

─ pff! Pero Kazutora esta pequeño y tenemos que cuidarlo, además su padre me lo encargo y jamás le haría eso a un chico tan lindo como el- sonrió a Kazutora quien estaba comiendo su pedazo de tarta.

─ Mhmm....creo que ya fue suficiente, así que ya guarden silencio que Kazutora debe de terminar su desayuno para irnos!- grito Kakucho regañando a sus compañeros ante la conducta que tenían.

Todos: Bueno...esta bien.

Kazutora por fin término su desayuno que le sabía demasiado delicioso al mismo tiempo que terminó, halago a Kakucho una y otra vez felicitándolo por su gran y deliciosa preparación de comida. Mientras que los demás subían las maletas a los autos para irse lo más pronto posible.

Por una parte Kazutora recorría por última vez aquel jardín enorme que tenía su mansión y acariciaba las flores con su mano, pues recordaría la mansión...recordaría los últimos momentos que tuvo junto a su padre.

Terminaron de alistar todo y le gritaron a Kazutora.

─ ¡Kazutora! ¡Ven cariño que ya nos tenemos que ir!-gritaron los dos hermanos Haitani.

Kazutora se apresuró y subió al auto para irse de la mansión. En el camino Kazutora iba pensativo y con un semblante algo triste, con su mano apoyada sobre la ventana y el rostro mirando hacía el paisaje. Izana, quién lo miraba por el espejo del auto, posó su mano en la cabeza del menor mientras lo despeinaba un poco el cabello y le daba ánimos.

─ Vamos...no tienes que estar triste...porque pronto volveremos a este lugar y seremos muy felices cuando todo esto acabe...por ahora necesito que estés conmigo...con nosotros, Kazutora.

El menor solo asintió con la cabeza y le sonrió al contrario dándole una respuesta de que así sería.

{Tokyo, Japón}

Luego de varias horas de viaje, por fin llegaron a Tokyo, Japón.
Kazutora se había quedado dormido, pero fue despertado por Koko, quién le dijo que ya estaban en Tokyo. Kazutora rápidamente abrió los ojos y miró por la ventana del auto, como recorrían las calles de aquella grandiosa ciudad. Miró con alegría y emoción esos edificios que resolandecian y esas luces que alumbraban las calles. Sin duda alguna aquella ciudad se veía mejor.

Rápidamente llegaron a una mansión en medio de la ciudad, una grande y costosa mansión que estaba esperándolos.

Se bajaron del auto y miraron como Kazutora al momento de bajar, corría y daba pequeños saltos de alegría y emoción por aquella ciudad.Los mayores miraban como el menor era feliz e hicieron una gran sonrisa al verlo tan feliz.

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Espero que les haya gustado mucho el capítulo✨.


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