LA BODA

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El rostro de prospero cambio completamente cuando la observó, sus ojos se llenaron de lágrima y un enorme nudo se le formó en su garganta, Julieta se veía radiante, pero esa felicidad se veía un poco empañada por el miedo, el miedo de que ese sueño que estaba viviendo en ese momento se acabara rápido.

Prospero – no encuentro las palabras que manifiesten todo lo que en este momento siento por ti –con una sonrisa cargada de ternura Julieta extendió su mano- mi niña –pudo decir antes de que la voz se le quebrara

Julieta –esto debería ser más fácil –sus ojos se cristalizaron-

Prospero – y sin embargo es más complicado, cariño –acarició con cariño el rostro de su hija, porque eso era y será siempre Julieta para él su hija-

Julieta – te amo –levantó su mano lentamente, acarició con sus dedos su rostro-

Prospero – no más de lo que lo hago yo –Julieta dibujo una ligera sonrisa- y te conozco tan bien ¿Qué es eso que empaña tu felicidad mi cielo? –Ella suspiró- no tengas miedo

Julieta – amo a Mateo con toda mi alma, me arrepiento tanto de todo lo que hice yo... -su padre la rodeo con sus brazos cuando ella se quebró-

Prospero – todos cometemos errores mi niña –acariciaba su cabello mientras ella sollozaba entre sus brazos-esos errores nos hacen crecer, aceptarlos nos hacen madurar cielo, y pedir perdón nos hace personas grandes –la separó del abrazo- no todos tenemos el valor de aceptar y disculparnos por los errores que cometimos, tú eres una gran mujer mi vida

Julieta – no papá, yo ahora estoy pagando con mi vida todo lo malo que hice –Prospero negó-

Prospero – ey –tomó con sus manos su rostro- tú no vas a morir, cielo ese pequeñito te va a dar las fuerzas que necesitas para vivir por él, por ti, por Mateo y por nosotros, todos estaremos ahí contigo cariño...

Julieta – yo no sé si pueda ser tan fuerte

Prospero – lo serás, estoy seguro que él –con ternura tocó su vientre- cuando lo conozcas, cuando veas por primera vez sus ojos mirando los tuyos, cuando escuches su llanto, sentirás un amor tan grande mi vida, que te dará toda las fuerzas que necesitas –ella sonrió con ternura- eso sentí cuando te vi –paso su dedo pulgar por su mejilla- cuando te tuve en mis brazos mi corazón latió con tanta fuerza, que lo único que deseaba era protegerte, estar siempre para ti, luchar porque tú fueras feliz

Julieta – no sabes cuánto deseo ser para mi hijo tan buena como tú lo fuiste para mí –él sonrió acercándose a ella-

Prospero – lo serás –una vez más la cubrió con sus brazos-

Julieta – me hará falta tiempo.... –susurró dejándose cobijar por su padre-

Todo en la hacienda estaba listo, la capilla se encontraba llena de flores, mientras los invitados poco a poco iban llegando y tomando su lugar, en ese instante nadie podía imaginarse que un par de meses atrás esas tierras se cubrieron de tragedia, ahora todo era felicidad, los hermanos ya se encontraban todos reunidos en la entrada de la iglesia, intentando tranquilizar a un Mateo que preguntaba la hora y miraba a los lados cada 5 segundos.

Lucas – te puedes calmar –Mateo asintió para posteriormente responder-

Mateo – no, no puedo calmarme Lucas, ¿y si le pasó algo?

Sara – por dios Mateo debes tranquilizarte

Mateo - ¡que me tranquilices dices! Estoy a punto de entrar y tomarme el vino de consagrar –Sara sonrió negando-

Simón – ey, eso ni de broma lo digas, las mujeres siempre les encanta hacernos esperar –Paloma le dio un ligero golpe en el hombro- es la verdad

Juan – debes entender que este momento es muy importante para ella

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⏰ Última actualización: Jul 16, 2022 ⏰

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