Capítulo V

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Estoy terminando de arreglarme para la cena, sinceramente estoy demasiado nerviosa, pero ansiosa de volver a verle.

Me he arreglado un poco más que de costumbre, pero es que teniendo semejante príncipe al lado mía, como para no hacerlo.

Me he puesto un mono amarillo palabra de honor que se adapta a mi cuerpo como una segunda piel. Me he recogido el pelo en una alta cola de caballo, los pendientes son unos de estrellas doradas alrededor de mi oreja, con un collar de pequeños y diminutos diamantes de color blanco. El bolso es uno rosa en forma de cilindro de Balenciaga y unos tacones blancos con una tira de diamantes en la zona de la correa.

Estoy bajando las escaleras, cuando nota que alguien me abraza por detrás, me giro y veo a mi hermana con una sonrisa malvada, la cual conozco demasiado bien, sé que me va a pedir que le deje algo o que le ayude a convencer a papá sobre algo, porque casi siempre que me mira así es para que le ayude o le deje algo.

Llego al gran comedor, Alysa y sus ayudantes no paran de dar vueltas por un lado y por otro, llevando platos con distintas comidas, el entrante es un salmón ahumado, con distintos condimentos que no sé muy bien lo que es.

Veo que todos me miran cuando llego al comedor.

-Hola, digo un poco avergonzada

-Hola cariño, toma asiento, me dice mi madre, mi madre es una mujer alta de piel blanquita y con el pelo rubio y rizado igual que mi hermana, la verdad es que se parecen bastante, excepto en los ojos que ella los tiene grises.

Veo que mi asiento está enfrente de Arnold, la verdad que es que en toda la cena quito el ojo de mi plato, ya que cuando le he mirado se me ha quedado mirando fijamente pensativo, en el momento en que me mira bajo la cabeza hacia mi plato y sigo comiendo.

Cuando veo que traen el postre, me siento con menos vergüenza

aunque un poco triste por qué la cena ya va a terminar, el postre es un sablé de frutos rojos, yogur y menta, estaba delicioso

Cuando todo el mundo va directo hacia las habitaciones Arnold me sigue hasta la mía, me siento un poco aterrada pero también entusiasmada, cuando llego a la habitación y voy a abrir la puerta, escucho que Arnold me llama.

-Carolina, espera

-Eh sí, que ocurre

-Eh no nada, solo quería hacer una cosa, y en ese momento me coje de la cintura y me besa, es un beso delicado pero intenso, como si se hubiera estado conteniendo desde hace tiempo, y en el momento que me besa siento que se me corta la respiración y tengo de pronto mucho calor.

Esta noche no he dormido apenas, ya que he tenido a un príncipe bastante guapo en mi cabeza, cuando ya es por la mañana lo primero que hago es llamar a Ale, la verdad es que paso mucho tiempo hablando con ella, cuando termino de hablar con ella, me voy al baño para prepararme para el desayuno, pero antes de desayunar me visto con la ropa de hípica y voy directa a los establos, no me esperaba encontrármelo ahí, veo que va vestido con la ropa para montar, y está sudando, creo que ya viene de montar.

-Buenos días princesa

-Buenos días Arnold

Cuando termino de saludarlo voy hacia la cuadra de Ámbar, le pongo las cosas y salgo hacia el exterior, voy por el camino que da hacia el mirador, cuando llegó noto una mirada, me giro, pero no veo a nadie, me estoy asustando, me giro de nuevo y vuelvo a notar que me miran.

-Hola, hay alguien, pregunto un poco atemorizada.

No contesta nadie, pero veo que detrás de un árbol hay una niña pequeña, morena y con ojos grises y azules, está temblando, así que me bajo de la yegua y me acerco con cautela.

-Hola pequeña, estas bien

Me mira, pero no dice nada

-Ey no te voy a hacer nada, cuando estoy a pocos centímetros de ella, me pongo en cuclillas para mirarle su carita, es bastante bella, le agarro las manos y le miro para preguntarle

-¿Como te llamas pequeña?

-Alice, me dice en un hilo de voz

-Hola Alice, soy Carolina, ¿estás sola por aquí?, pregunto más preocupada de lo que quería sonar.

-Si, me dice la pequeña

-¿Te gustaría dar un paseo a caballo?

-Vale, dice un poco más emocionada

-¿Has montado alguna vez?, le digo

-No, tu caballo es muy bonito, ¿Cómo se llama?

-Se llama Ámbar

-Que nombre más bonito

-¿quieres que te ayude a subirte?

-Está bien, cuando le ayudo a subir, se agarra con fuerza a la montura, observo que es bastante tímida.

Cuando ya estamos las dos montadas damos un paseo y la llevo hacia su casa, observo que es pequeñita, pero parece bastante acogedora, me despido de ella y vuelvo hacia los establos de palacio.  

La Elegida ¿por la mafia o por el trono?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora