El día en que Brisa conoció a Angie, la menor no la había mirado, ni escuchado, ni siquiera un segundo, por mas que la mayor le había saludado con suavidad, Angie no se encontraba conectada al mundo ese día.
—Oh, ella es mi hermana, del medio.— había dicho Mica, ella tenia otra hermana además de Angie, Lucia, pero no se encontraba en la casa en ese momento. —Tiene autismo, no te va a hacer caso.
Ese día, Brisa tenia dieciséis años, y Angie tenia catorce, su estado aun estaba en un autismo severo, estaba en su mundo la mayoría del tiempo, y la única persona que reconocía completamente era a su padre, y otras veces a Micaela y a Lucia, aunque también las ignoraba de vez en cuando.
Algo que Micaela le explicó después es que Angie era adoptada, tenia el apellido de otra familia y había sido abandonada una y otra vez, primero por sus padres biológicos y después por sus otros hogares, nadie sabia como tratarla y Angie cada vez se había vuelto mas cerrada en si misma, cada vez confiaba menos en las personas y cada vez su autismo empeoraba un poco más.
Con el paso del tiempo, y con las visitas a la casa de su mejor amiga, Brisa comenzó a observar a Angie con mayor y mayor curiosidad.
Debía de admitir que la menor era muy tierna.
Tenia el cabello castaño, y lo llevaba bastante largo, era difícil cortarlo porque no le gustaba, así que solo esperaban a que ella no lo aguantara y dijera que lo quería distinto.
Le gustaban las estrellas, tenia posters de constelaciones por todo su dormitorio, junto con libros de astronomía.
También le gustaban las cosas con brillos, porque para ella parecían estrellas también.
Su color favorito era el azul y solía coleccionar cosas de ese color, y su programa favorito era "El universo" que pasaban en un canal de ciencias, también le gustaban algunas películas de ciencia ficción pero que no tuvieran mucha violencia, Angie odiaba la violencia.
Casi nunca hablaba, incluso cuando parecía hablar sola, no hacia ni un ruido, era prácticamente muda.
Brisa había conocido a Angie en muchos aspectos, sin que Micaela le dijera nada, y sin que Angie la hubiera notado a su lado siquiera una vez.
Micaela no era de pasar mucho tiempo con Angie, no la odiaba, no le caía mal, no era mala con ella, es solo que nunca había logrado conectar con la menor del todo, así que intentaba pasar poco tiempo, y enfocarse en otras cosas, solía evitarla también, principalmente en los momentos donde sentía no tener paciencia para nadie o cuando se molestaba.
Y fue un día donde Micaela estaba especialmente molesta, porque su celular nuevo había desaparecido, Brisa estaba con ella y negaba haberlo escondido en forma de broma, en que Angie conoció a Brisa finalmente.
Fue cerca de dos años después de que Brisa conociera a Angie, la mayor tenia dieciocho y la menor dieciséis.
Mientras la pelinegra buscaba por toda la casa con cara de que iba a matar a alguien, a Brisa se le ocurrió la brillante respuesta a los diez minutos de empezar el drama por el celular perdido, y comenzó a buscar a la menor por toda la casa, hasta encontrarla, en su cuarto, con el celular de Micaela entre sus manitos.
Vio con una sonrisa como jugaba con la funda de esta, era de color azul claro, tenia agua y brillos flotando en esta, Mica era una idiota si creía que Angie no se quedaría con la funda y el celular incluido.
Con algo de nervios, se agachó frente a ella, para hablarle por primera vez.
—Angie, eso no es tuyo.— Los deditos de la menor se detuvieron, supo que la había escuchado, estiro sus manos hacia el teléfono y lo tomó con suavidad, sin hacer fuerza, solo apoyando sus dedos sobre este, no sabia como reaccionaria la pequeña al contacto físico. —¿Me lo das? Micaela lo esta buscando.
Angie comprendió y dejo que tomara el teléfono, pero después se dio cuenta que lo quería y que no podía dejarlo, se estaba entreteniendo demasiado, un sonido quejoso como un pequeño llanto escapó de ella al frustrarse, sin poder dejarlo ni quedárselo.
—Muy bien, Angie, muy bien.— Dijo la mayor, y con un leve tirón se llevó el móvil, una vez que ya no estuvo en sus manos, Angie se sintió mejor y en un reflejo alzo la vista hacia ella.
Por primera vez en su vida, Brisa y Angie se miraron a los ojos, los ojitos de la menor eran marrón chocolate, los de la mayor eran café.
Brisa vio a Angie sonreír, sus ojitos se hicieron dos líneas y sus manos se agitaron de felicidad.
La mayor no pudo evitar sonreír con ella, totalmente encantada de esa primera vez que Angie conectaba con ella.
Angie sintió su rostro más caliente al verla hacer aquel gesto, no sabia por que, era esa sonrisa y esos ojitos que le provocaron emociones que le gustaron, llevó sus manos hacia sus mejillas con fuerza para apagar ese calor, al golpearse sintió dolor pero estaba acostumbrada a regularse con eso, así que se sintió mas aliviada, pero quien no entendió aquello fue Brisa, que su sonrisa se borró.
—Angie, no te golpees así...— Llevó sus manos a las de la menor, acariciándolas suavemente, los ojitos de Angie la volvieron a mirar pero se sintió extraño, como si la mirara con miedo, así que se separó de ella, llevándose el celular de su amiga, al voltear de nuevo hacia ella antes de salir del cuarto, Angie ya había vuelto a su mundo.
Fue hasta el cuarto de Micaela, donde ella seguía molesta y no le hablaba a nadie mientras miraba el suelo cruzada de brazos.
—Toma— Dijo Brisa extendiendo el celular hacia la pelinegra.
—Si lo tenias tú, idiota, te odio, ¿Todo el puto día-?
—Lo tenia Angie, no me jodas, ¿No se te ocurrió que tu funda le iba a gustar demasiado y se lo llevaría?
—¿Qué tiene mi funda?— Micaela la miró, viendo el liquido y los brillos algo desacomodado aun por el reciente toqueteo.
—Es azul, a Angie le gusta mucho el azul, tiene brillos y a ella le gustan las estrellas, y además se puede quedar horas jugando con el agua que tiene, estaba haciendo eso cuando la encontré.
Micaela se quedó mirándola un momento, y se preguntó de donde sabia tanto de su hermana, muchas veces Angie era un misterio para los demás y no podrían comprenderla por mas que intentaran, estaba algo sorprendida.
—Bueno, tienes razón.— le dijo, finalmente, miro la carcasa y suspiró. —Toma— la quitó rápidamente —Dásela a Angie.
—¿Yo?
—Si, tú— Dijo Micaela, se ve que seguía estando enojada, Brisa rodó los ojos con fastidio, tomó la funda y fue por segunda vez al cuarto de la menor.
Angie seguía allí, ordenando sus cositas de color azul en la estantería, tenia muchísimas cosas diferentes, le gustaban las cosas pequeñas porque podía juntar muchas, tenia desde tapas de botellas, dinosaurios de juguetes, accesorios como anillos y aros, útiles escolares y un par de flores azules también, pero solía tirarlas a la basura cuando se marchitaban y cambiaban a color marrón.
—Angie.
La menor no reaccionó a su voz, así que Brisa se acerco a ella de todas formas, colocándose a un lado y mostrándole la funda de celular que tanto le había gustado, poniéndola a la altura de sus ojos, haciendo que Angie la viera enseguida.
La vio sonreír de nuevo y tomó la funda entre sus manos, y por un momento se quedó allí, esperando que la mirara, pero no lo hizo.
Sonrió con algo de pena, en verdad le encantaría conectar con ella, pero no era muy fácil.
—De nada, An.— Dijo Brisa, al retirarse.
—Gra-cias.
En verdad no esperaba que hubiera una contestación, y tuvo que detenerse un segundo para mirarla sin creer que había escuchado su voz después de tanto tiempo de solo silencio.
Con una sonrisa, conforme, demasiado feliz por algo que no debía de ser para tanto, se fue a su casa sintiendo como si hubiera ganado un premio.
Historia original de Junchi95
NUEVA adaptación.
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Sarang (BRANGIE)
Teen FictionBrisa es la amiga de Micaela, Micaela es hermana de Angie, Angie tiene autismo y no sabe qué es ese sentimiento que aparece en ella cada vez que está con Brisa ¿Cuánto tiempo tardará Angie en descubrirlo? ¿Y cuándo será que esta emoción la dejará en...