—Angie, ¿Que paso con tu carta, la que estabas escribiendo hace tiempo? Nunca me la mostraste.
Angie se encogio de hombros, estaba ocupada pintando en un cuaderno con dibujos de mandalas, que eran bastante dificiles y con mucho detalle para gusto de Brisa, pero a la pequeña le gustaban, por eso los compraba cada vez que veia uno nuevo.
Era su ultimo hobby, y tenian guardado todos los libros que habia completado con el tiempo.
Brisa miró la hora, siendo las doce menos veinte, y suspiró, sabiendo lo que vendria.
—An, ve terminando por hoy que hay que ir a dormir.— Murmuró, se acercó a ella y dejo besos en su mejilla y en su oreja.
—No quiero,— Dijo, sin dejar de mirar el cuaderno. —Me falta mucho para terminar, no puedo.
—An, sólo por hoy, por esta vez, ¿Puedes dejarlo un rato bebé? Te prometo que seguira alli tal como lo dejaste.
Angie negó.
—Por mi, vamos, por favor.
Se lo pensó un pocó, y sabia que si insistia de esa forma era porque le resultaba importante a la mayor, asi que suspiró, cerrando el libro y guardando sus colores.
—Muchas gracias mi amor.— Dijo la castaña, sonriendo y besando su mejila sonoramente, haciendola sonreir.
Se levantó para buscar un vaso con agua y la pastilla que debia darle.
Le rompia el corazon tener que hacerla dormir con medicamentos para que no sufriera con los fuegos artificiales de Año Nuevo, pero no volveria a arriesgarse a lo que habia sido la unica noche en la que habia permitido que se mantuviera despierta.
Angie era bastante tolerante a los ruidos, pero si eran muy fuertes, como una lluvia torrencial con rayos y truenos, o especialmente, una noche donde un monton de idiotas se divertian explotando cositas para ver colores y formas que duraban menos de un segundo; se alteraba, demasiado.
Lo habia comprado una noche, donde Angie rogó que la dejaran despierta una vez, porque queria saber lo que era el Año Nuevo, la fiesta, y los fuegos en el cielo.
Y con los pucheros la habia convencido totalmente.
Esa noche, al marcar las doce, estando sentadas en el balcon, Angie vio por primera vez los fuegos artificiales, y fue cuestion d segundos para que comenzaran las explosiones fuertes y el amontonamiento de fuegos y ruido.
Cubrio sus oidos con sus manos y sintio su cabeza doler, creia que hasta iba a estallar, comenzo a gritar de dolor.
—¡Angie! ¡Angie, ya!
—¡Basta! ¡Brisa haz que pare! ¡Basta!— Comenzó a gritar mientras las explosiones continuaban, y Brisa no podia hacer nada por ella, abrio la puerta del balcon para entrarla y fue ese segundo que se alejó de ella lo suficiente para que la menor fuera hacia la pared y comenzara a golpear su cabeza con fuerza.
—¡No, no!— Brisa se habia casi lanzado sobre la menor para abrazarla, alejandola de la pared, y Angie intento continuar golpeandose contra el hombro de su novia, hasta que la castaña la abrazó con fuerza para que no pudiera moverse de su pecho.
No pudo siquiera entrarla, no pudo hacer nada por ella, solo sostenerla alli, en el balcon, apretandola pra que no se golpeara, aguantando su llanto y sus gritos, sus ruegos llenos de dolor en busqueda de paz y silencio, por alrededor de media hora hasta que ultimo ruido se detuvo.
Cuando paró, Angie respiraba agitada, seguia llorando y Brisa lloraba con ella.
—Lo siento, An, no volvera a pasar nunca más.
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Sarang (BRANGIE)
Teen FictionBrisa es la amiga de Micaela, Micaela es hermana de Angie, Angie tiene autismo y no sabe qué es ese sentimiento que aparece en ella cada vez que está con Brisa ¿Cuánto tiempo tardará Angie en descubrirlo? ¿Y cuándo será que esta emoción la dejará en...