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—Ddeonu...—llamó a su mejor amigo, quién, después de haberse por fin despertado, desayunaba tranquilamente cereales en su cama.

El nombrado arrebató la vista de su tazón para posarla en el menor, expectante de lo que fuera a decirle.

Ni-ki había dudado por bastante tiempo si debía decirle la verdad a su mejor amigo acerca de sus gustos, porque de alguna forma sentía como si estuviera ocultándole un secreto, y ellos se habían prometido no ocultarse nada entre ellos. Pero claramente no era para nada fácil decir "soy gay", "me gustan los hombres" o algo por el estilo.

—¿Kinnie? —llamó el mayor al ver que el otro se había quedado mirando un punto fijo
mientras viajaba en sus pensamientos.

Ni-ki al escuchar la voz del otro salió de su ensoñación y llegó de nuevo a la realidad.

Sunoo lo miró esperando a que hablara ya que la intriga era demasiada. Pero Ni-ki se sintió aún más nervioso al sentir la mira del otro sobre él.

—Eh... —no sabía cómo empezar a hablar, ni siquiera las palabras querían salir de su boca.

—¿Es algo grave? —cuestionó Sunoo, algo preocupado al notar que a su amigo se le dificultaba pronunciar lo que quería decirle.

¿Era algo grave? Puede que sí y puede que no. Gustar de una persona del mismo género que uno no era grave, pero si Sunoo no lo tomaba bien sería algo grave para su amistad.

—N-no sé cómo te lo va-yas a tomar tú... —dijo con dificultad.

Lo dicho por el mayor sólo hizo que cierto temor se hiciera presente en Sunoo, ¿Qué era lo que quería decirle?

—Vamos habla —pidió un poco desesperado por saber lo que le diría.

Ni-ki tragó duro y suspiró antes de hablar. No estaba aún preparado para decirlo, pero sentía que debía hacerlo.

—YO... Me... A mí... —empezó a balbucear, sin encontrar las palabras correctas, desesperando un poco a su mejor amigo que moría de curiosidad y temor. Antes de volver a intentar hablar soltó un suspiro—, me gustan los chicos —soltó, cerrando los ojos con fuerza esperando cualquier reacción negativa de parte del mayor.

Silencio.

Eso era lo único que se escuchaba: silencio.

Ni-ki abrió los ojos lentamente y noto que su mejor amigo lo miraba esperando a que dijera algo más.

—¿Eso era tan grave? —preguntó.

—E-eh... Pues... —murmuró nervioso el menor.

—Kinnie —lo llamó, provocando que el mayor lo mirara— a mí también me gustan los chicos, por eso no entiendo la gravedad de la situación, no pasa nada si te gustan los chicos —tranquilizó con su típica sonrisa leve.

Ni-ki sólo asintió, pero luego se dió cuenta de algo que había dicho el mayor.

—Espera —dijo —, ¿A ti también te gustan los chicos? —preguntó realmente confundido.

—Oh, sí —respondió normal, como si no le costara aceptarlo frente a los demás.

Ni-ki se sorprendió.

—¿Y por qué nunca me lo dijiste? —le reclamó.

Si tan sólo se lo hubiera dicho antes él no estaría teniendo que batallar consigo mismo para poder decírselo.

—No lo creía importante, porque si fuese hetero no tendría porqué explicártelo. Es como si tuviera que explicarte mi preferencia al helado de vainilla en lugar del helado de chocolate —explico.

Y bueno, en cierta parte tenía razón.

𝐂𝐎𝐋𝐎𝐑 𝐌𝐘 𝐖𝐎𝐑𝐋𝐃 ⋕ 𝘀𝘂𝗻𝗸𝗶Donde viven las historias. Descúbrelo ahora