Capítulo 46

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Traté de conciliar el sueño, pero lo único que lograba, eran un par de minutos de descanso, acompañados por pensamientos carroñeros que no me dejaban tranquila. Había tanto dentro de mi cabeza que sentía que, en cualquier momento, se derramarían por mi boca.

Terminé levantándome de la cama, con la intención de vagar por el departamento de Blue, baje las escaleras, y para mi sorpresa, la encontré sentada de la misma forma en la que solía encontrar a Cara. Ella se dio cuenta de que la estaba observando y con un gesto suave, me invitó a sentarme a su lado.

—Cara también sufre de insomnio —le mencioné, intentando encontrar algún tema de conversación que me permitiera preguntarle si seguía molesta conmigo.

—¿Te dijo por qué le cuesta tanto dormir? —preguntó con la mirada puesta en su libro. Negué con la cabeza, así que ella dejando a un lado su lectura, empezó a contarme la confesión que le hizo Cara durante el tiempo en el que ellas estuvieron en el internado—: Me dijo, que sus problemas para dormir, empezaron a raíz de que tuvo que hacerse cargo de su madre, lo que menos quería Cara era parecerse a la señora que estaba tendida en la cama durmiendo todo el día sin capacidad para levantarse, todo lo relacionado a su madre le asqueaba, la recentía y al mismo tiempo la amaba tanto, que se odiaba a sí misma por tener esos pensamientos.

—Pensé que sus problemas de insomnio eran recientes —le dije recordando todas las veces que vi a Cara dormir plácidamente a mi lado.

—Supongo que no tenías ni idea, porque las veces que durmió contigo lo hacía plácidamente, ¿no es así? —me pregunto leyéndome la mente—: Ella confiaba mucho en ti, por eso podía dormir sin ningún problema, se sentía segura.

—No lo sabía...

—Imagino que tampoco sabes el tiempo que estuvo soltera después de que terminaron, y mucho menos la cantidad de sacrificios que hizo para estar donde está.

—¿Por qué me estás diciendo todo esto? —pregunté confundida

—No estoy segura... te parece si mejor hablamos mañana, creo que necesito dormir —me dijo levantándose del sofá, pero yo no podía dejar que la conversación terminara en algo tan ambiguo por lo que, la tomé del brazo para detenerla ocasionando que cayera sobre mi. La situación era incómoda y el silencio entre las dos lo hacía todo más raro.

—Becca, creo que ya se cual es tu problema —me dijo acercándose lentamente a mi rostro, como si estuviera a punto de besarme—: Lo das todo por sentado, asumes las cosas como verdaderas aun cuando lo único que sabes es lo que tus ojos están viendo —agrego mientras se incorporaba—: Si en este momento entrarás tú, y me encontrarás con Cara, en esta misma situación, estoy segura de que saldrías llorando creyendo que algo sucedió entre nosotras, dejando a Cara sin poder explicar una mierda.

—¡Claro que no! —grité a la defensiva, dándome cuenta de inmediato de que tenía razón—: Es diferente, porque ustedes...

—¿Nosotras que?, ¿nosotras seríamos capaces de hacer algo así y tu no?

Sus palabras se sintieron como una bofetada.

Hasta ese momento no me había dado cuenta de lo mucho que quería que Cara fuera culpable, como si necesitara algo para justificar el dolor que sentí al ver como ella pudo rehacer su vida y yo seguía estancada, había solo un año de diferencia entre nosotras, pero se notaba a simple vista a quien le había ido mejor, todo le salía bien, todo parecía salirle mejor sin mi.

—Entonces, yo soy el problema.

—No te lo tomes así —me dijo Blue abrazándome—: Mejor acompáñame a la cocina y deja que te prepare algo lleno de azúcar para reconfortarte y dejemos este tema para otro día.

Acepté la oferta de Blue, pero el dolor que sentía en el pecho no cambió.


❤❤❤


Mientras terminaba de empacar mis cosas, una sensación extraña invadió mi cuerpo, sabía que no tenía el valor suficiente como para despedirme de Cara, asi que decidi escribirle una nota de agradecimiento y aunque podía dejarla pegada en el refrigerador sin ningún problema, termine entrando en su habitación para dejarla en su mesita de noche.

El orden y la pulcritud de su cuarto eran intimidantes, como si caminar sobre esa alfombra blanca fuera un crimen, decidí dejar la nota encima del libro que al parecer estaba leyendo, y al lado note un cuaderno parecido al que solía usar como diario.

Por supuesto intenté leerlo, pero eran solo páginas en blanco, aun así su perfume parecía haberse impregnado en las hojas. Su olor no había cambiado, era una fragancia fresca y extrañamente cálida, casi como el rocío de las mañanas.

—De saber que intentarías leer mi diario de nuevo, habría escrito algo —me dijo Cara matándome de un susto—: Siempre llevo ese cuaderno conmigo, esperando poder escribir algo, pero va años con las páginas intactas —añadió mientras yo dejaba su cuaderno a un lado.

—Lo siento, solo quería dejarte una nota de agradecimiento —me excuse—: No sabía que regresarías tan rápido.

—Olvide algo —respondió tomando su cuaderno, para guardarlo en su bolso—: Parece que ya tienes casi todo empacado.

—Si, solo necesito cerrar las cajas, y esperar a Rosie para que me ayude a llevarlas —le respondí intentando no verla a los ojos, pero ella no pareció contenta con mi respuesta y optó por sentarse a mi lado, haciendo que un escalofrío recorriera mi cuerpo.

—Pudiste pedirme ayuda —me dijo haciendo que me sintiera incómoda—: Supongo que no hay nada que pueda decir para hacerte cambiar de opinión, así que puedo al menos preguntarte, ¿qué fue lo que te hice?

La pregunta era clara pero la respuesta por el contrario era difícil de plantear, no había algo exacto, eran varias cosas, y la mayoría de ellas ni siquiera tenían que ver con "algo" que ella hiciera.

—Ni siquiera quieres mirarme —agregó después de un tiempo en silencio—: ¿Es porque intente besarte esa noche?, al principio pense que talvez eso te había molestado, pero últimamente habíamos estado tan bien, que pensé que ese incidente había quedado enterrado, por eso te invite a mi presentación, queria verte en el público apoyándome, incluso hice una reservación en el restaurante que te gusta, espere por horas a que llegaras.

—Lo siento, no pude ir.

—Lo sé, estabas enferma, pero porque tenías que acudir a Blue, yo también pude cuidarte, estaba tan preocupada, que ni siquiera pude encender el auto. La pase tan mal que con solo verte me sentí aliviada y luego de la nada me dices que te mudaras con ella, que te hago sentir incómoda... no lo entiendo.

—Cara, yo... —No sabía qué responder, no me atrevía a decirle que me partía en dos con solo imaginarla con alguien más, que no me sentía con el derecho de vivir con ella mientras su relación con su novia se desmoronaba seguramente por mi culpa.

—¿Puedo pedirte que te quedes?, se que no tengo derecho a pedírtelo, pero al menos considéralo.

—¿Por qué?, ¿por qué quieres que me quede cuando no tengo una razón para hacerlo?... si es por el pasado que compartimos, creo que ya me has ayudado lo suficiente, si es por pena prefiero vivir debajo de un puente y si dices que es porque somos amigas... prefiero que no digas nada, porque no hay manera en la que yo pueda verte solo como una amiga, así que, ¿por qué debería quedarme?

Querido DiarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora