𝑹𝒖𝒅𝒆---✈︎𝕊𝕠𝕦ℝ𝕚𝕟 +18

ʳᵘᵈᵉ

Haitani Rindou no podía negar su gran deseo por los brasileños, y más si estos son hombres grandes y músculos. Es por esta razón que cuando vio a South, un brasileño musculoso de dos metros con quince, no pudo evitar tener un delicioso orgasmo visual, y las fantasías empezaron a surgir, siendo sabido solo por su hermano, que lo apoyaba con un simple "cogetelo" mientras el seguía soñando que Kakucho lo agarrara recogiendo el jabón que previamente tiraría al propósito en las duchas cuando solo Ran y Hitto estuvieran solos, pero esa es una historia para después

Y ahora, ahí estaba Rindou, terminando de recoger algunas cosas de trabajo en el reclusorio, y es que a cada recluso le ponían a hacer una labor diferente, pero extrañamente lo habían emparejado con el Brasileño, el cuál no lo paraba de mirar sin decir palabra alguna, simplemente lo observaba hacer su trabajo con una sonrisa sacarrona plasmada en su rostro

Sin embargo, el menor de los Haitani estaba teniendo un ataque de pánico, ambos estaban solos en un lugar de la prisión en dónde ni dios se atrevía a mirar, pero ojo, eso no era lo que lo hacía tener su ataque de pánico, no, más bien era el echo de que su pene estaba duro, y su entrada estaba palpitando con la necesidad de tener a South estirandola y usándola a su mero antojo

—¿Quieres que te ayude con tu trab...?—Rindou hablo de manera lenta, dirigiendo su mirada a él más alto, llevándose una gran sorpresa al notar que el más alto estaba sentado en el suelo, con las piernas abiertas y con un gran bulto asomándose de entre sus pantalones, haciendo que el rostro de Rin se colorara de un carmín intenso

—¿Por qué no mejor me ayudas con esto?—Dijo, dándole una suave caricia a el bulto por encima de sus prendas

Rin no dijo nada, aún seguía embelesado por la imagen que le daba aquel fornido brasileño, con la mirada perdida, comenzó a dirigirse hasta el más alto, poniéndose a cuatro patas e ir gateando hasta el de ojos azules, sin dejar de observar cada acción de South, cómo si estuviera en una clase de echiso que lo hacía moverse en contra de su voluntad; Aunque claro, esas cosas no existen para el menor de los Haitani, y sabe que su cuerpo simplemente está siguiendo sus más íntimos deseos por el más alto

—Mira, cómo una buena perra que viene ante su amo—La confianza con la que hablaba le hizo entender una sola cosa, y esa era que a South probablemente le gusta el sexo rudo, definitivamente este sería el mejor momento de su vida

—Si, soy una maldita perra que desea la leche de su amo—Dijo siguiéndole el juego una vez estando frente la erección de Terano, la cuál comenzó a liberarla de las prendas, dejando a la vista de Rindou una polla grande, gorda y venosa, haciendo que su boca se hiciera agua, ansioso de ya tenerla en su boca y previamente en su ano

—Y ¿que esperas a devorarla?—Ni se molestó en siquiera darle aviso alguno, tomando fuertemente de el pelo, dirijo la cabeza del más bajo a su miembro, hundiendolo en lo más profundo de la boca del Haitani, arremetiendo contra su garganta sin dar indicios de piedad o consideración

Las arcadas se hicieron presentes desde la primera embestida, sus ojitos se llenaron de lágrimas y sus manos se pusieron en los muslos del más alto, intentando separarse a tomar un respiro, pero está acción no le gusto a South, tomandolo más fuerte de el pelo y hundiendose más en el, esperando unos quince segundos sin moverse al sentir la punta de su polla tocar la garganta de Rin

—Has bien tu puto trabajo, demuestra que es para lo único que sirve alguien como tu—Hablo dejándolo respirar por unas milésimas de segundo, asintiendo frenéticamente para volver a devorar la gran polla frente suyo, chupando cuál paleta de sabor ligeramente ¿Dulce? Bueno, era el pene de alguien que cuida su salud, así que no era de sorprenderse con el sabor agradable de aquel glande—Arg... Sigue-sigue así sucia perra, mierda... Lo haces increíble ¿Cuantas pollas tuviste que mamar para hacerlo así de bien?