So don't forget

417 45 13
                                    

Hola, hola~

Aquí vengo con el segundo capítulo de este fic. Sí, lo sé, he tardado bastante más de lo que me hubiera gustado, y es algo más corto que el anterior, pero tuve problemas con él mientras lo estaba escribiendo y me ha costado mucho terminarlo.

Aún no estoy segura de si será una historia corta o larga, pero las cosas solo acaban de comenzar. Espero que disfrutéis de este capítulo, y ya sabéis, si os ha gustado dejad un review para hacérmelo saber. <3


# Chapter 2—So don't forget

La noche, a decir verdad, no fue tan mal como Shintarou hubiera esperado. Evidentemente, no fue la mejor noche de su vida, pero por lo menos, Takao era alguien que a pesar de su aspecto, sabía mantener una conversación interesante. No es que Midorima fuera muy dado a hablar por sí mismo, así que agradecía no tener que llenar silencios incómodos, y la incesante cháchara que en otros momentos hubiera odiado se convirtió en su salvavidas.


Por supuesto, el más joven tenía la mala costumbre de hacer demasiadas preguntas acerca de su vida personal que no quería responder, como alguna posible pareja, su familia, o incluso que hubiera sido si actuar no hubiera sido su pasión. El amargo recuerdo del baloncesto lo golpeó con una fuerza inesperada, y si bien era una persona bastante inexpresiva cuando no estaba metido en algún papel, en su cara se reflejó el dolor que le causaba siquiera pensar en eso.


Ya habían pasado casi seis años desde la lesión, desde que no había podido continuar con su verdadero sueño, pero seguía doliendo casi tanto como al principio. Puede que se hubiera resignado a su suerte y había encontrado otra vocación, pero aún añoraba con locura los días en los que podía sentir el fervor en la cancha, la adrenalina de los partidos, aquella sensación de que nada ni nadie podría interponerse en su camino de llegar a ser el mejor... No lo había superado del todo, no todavía.


Su expresión debió convencer a Takao de que no era la mejor idea seguir por ese camino, así que de inmediato trató de cambiar de tema, balbuceando algo acerca de una llamada perdida y revisando su móvil incómodamente. Midorima trató de relajarse, concentrándose en el plato de spaguettis que tenía delante y jugando un poco con estos hasta que se encontró mejor, asiendo su objeto de la suerte, que aún permanecía en su bolsillo, con la otra mano.




—¿Y tú? ¿Qué aspiraciones en la vida tienes?—preguntó al fin, incapaz de soportar más el terrible silencio en el que se habían visto envueltos ambos. Puede que no quisiera estar allí en una cita con el moreno, pero ya que no tenía otra opción, no deseaba no volver a hablar por el resto de la noche.

—Bueno...—el más joven pareció sorprendido de que le preguntase tan repentinamente, pero dejó el móvil a un lado para esbozar una sonrisa—La verdad, me gustaría ser estrella del rock—exclamó con un tono de voz que hacía dudar a Takao de si hablaba en broma o en serio—Pero por ahora estoy estudiando Bellas Artes.

La respuesta pilló desprevenido al actor, que no hubiera imaginado nunca que tras la apabullante personalidad del adolescente había un alma sensible con el arte.



—¡No pongas esa cara! Ni que fuera tan raro—se quejó Takao cruzándose de brazos y haciendo algo parecido a un puchero—Me gusta mucho la pintura, y la verdad es que algún día me gustaría ser alguien reconocido, pero por ahora mis padres no lo apoyan, así que me tengo que pagar yo la carrera. Por eso estaba trabajando en el bar—explicó y aunque lo que estaba contando no era especialmente alentador, su tonto de voz seguía siendo animado.

Love is an open doorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora