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[POV.Tanjiro]

EL AIRE FRÍO HACÍA que mis pulmones dolieran por respirar demasiado rápido, cómo mis piernas me lo permitieran corría por la inversa nieva, tan blanca que con cada paso se era teñida de pequeñas manchas rojas.

Cuando iba por un acantilado sentí un movimiento demasiado brusco que me hizo caer, me quedé observando el cielo por unos segundos, ¿Cómo pasó?, Esa pregunta había llegado en mi cabeza tantas veces que ya eran incontables.

──Oye, ¿Sabés dónde estamos? ──Una cabellera castaña tapó un poco mi visión.

Iba a responderle, si iba serlo pero tenía algo más importante que responderle a gente perdida, tal vez solo tal vez podría llevarlos al pueblo.

──¡Nezuko! ──grite sentandome lo más rápido que pude mirando a mi  alrededor en busca de mi hermana menor.

Apenas había recordado el porque estaba corriendo en la densa nieve, sigue observando asta encontrala, s encontraba parada en un árbol con la cabeza agachada parecía más pálida de lo normal.

Ignorando a las personas que tenía a mi alrededor me levanté del suelo y corrí en su buscada.

──Nezuko, ¿Estás bien? ──pregunte mientras me acercaba.

Esa pregunta me hizo pensar que era estúpido, claramente no estaba bien, estaba herida y su ropa estaba manchada de sangre por la heridas, me golpeé mentalmente ante tal estupidez.

──No debés caminar, yo te voy a cargar asta el pueblo, Nezuko ──dije en un tono de voz preocupante.

Estaba cercas de ella, apenas iba poner mis manos en sus hombros para darle un poco de tranquilidad pero la acción fue interrumpida al momento que levantó la cabeza y empezó atacarme, tome mi hacha poniéndola en su boca callendo de espaldas en la nieve.

──¡Niño! ──llamo otra persona, una voz distinta a la que había preguntado.

Varias personas, para no decir tres, trataron de quitar de enzima mío a Nezuko pero parecía que no pudieran, como si no tuvieran fuerza suficiente.

Pero a un así no podía dejar de pensar, ¿Cómo era posible? Ella era humana desde que nació era imposible pero ahí estaba ante mi, tratando de comerme mientras persona intentaban quitarla de enzima mío, de repente su cuerpo se agrandó ejerciendo más fuerza en su ataque.

──¡¿Se hizo más grande?! ──pregunto el chico peli-blanco, en su tono de voz parecía de sorpresa y de cansancio.

──¡Tal vez sea una portadora de habilidad! ──dijo un peli-rubio con lentes.

──¡Si lo fuera ya hubiera regresado a la normalidad ante mi tacto pero sigue igual! ──pronunció el castaño.

──¡Nezuko! ──trate de llamar su atención pero seguía ejerciendo mucha fuerza. ──¡Detente Nezuko!, No te rindas, te tienes que salvar, no dejes que te controle tienes que resistir, resiste, se fuerte ──dije mientras lágrimas se salieron de mis ojos al igual que a Nezuko.

Su fuerza disminuyó asiendo posible que a las otras tres personas pudieran quitarla de encima mío, me senté mirando a Nezuko que a un le salía una que otra lágrima, el peli-rubio sostenía a un el hacha manteniendo la en su boca. 

──¡Cuidado! ──aviso una voz fémina.

Al mirar al cielo pude observar un cucho azabache con una katana posicionada en su mano derecha listo para atacar, con fuerza me lancé sobre Nezuko llevándome consigo al peli-blanco, los otros dos se había movido de lugar.

Rodé asta un árbol por la ráfaga de viento provocada por el desconocido, el cuerpo antes casi adulto de Nezuko volvió a su tamaño normal, me senté en el suelo abrazándola, los demás se acercaron posicionándose frente a mí en forma de protección excepción de un peli-castaño algo oscuro con algo en su boca, su única acción fue mirar a Nezuko algo extrañado y susurrar algo que no alcance escuchar.

──¿Porque la protegen? ──pregunto el peli-azabache con algo de confusión y extrañeza en su tono de voz.

──No podemos permitir que ataques a unos niños inocentes que no hicieron nada ──respondió el peli-blanco recibiendo la confirmación del peli-rubio.

No podía dejar que ellos solo hablarán era mi problema no podía involucrarlos.

──Es mi hermana, buscó alguien que la ayude ──dije obteniendo la mirada del castaño con vendas en sus brazos y cuello.

Nezuko empezó a moverse tratando de irse a otro lado ignorando nuestras presencias, el azabache nos miró sin ninguna expresión en su rostro para después hablar.

──¿Piensas que esa cosa es tu hermana? ──pregunto, deje de mirar a Nezuko para después mirarlo, en mi mirada solo había confusión y preocupación.

Se acercó a nosotros, los que estaban frente a mi pusieron una posición de ataque, yo solo me agaché tratando de proteger a Nezuko pero al momento de llegar al suelo ya no estaba y los demás seguían en su posición produciendo un olor de confusión.

Detectives Y Mafiosos Contra Demonios Donde viven las historias. Descúbrelo ahora