one-shot [Acelu]

Un regalo de hermanitos

Luffy se despertó como cualquier otra mañana, lentamente, perezosamente. Arrastró los pies por el suelo desordenado cubierto de juguetes y se acercó a la pequeña cómoda de madera que estaba junto a la puerta. Tenía dos cajones pequeños arriba y tres cajones grandes debajo de los más pequeños. Abrió torpemente la segunda puerta grande y agarró una camisa roja y unos pantalones cortos azules, dejándolos caer tan pronto como salieron de los cajones. Luffy no era una persona mañanera en absoluto. No estaba tan hiperactivo hasta que tomó el desayuno que Ace le preparaba todas las mañanas. Luffy recogió su ropa medio despierto y se drogó hasta el baño donde, como todos los niños, tenía una rutina. Primero se quitaba el pijama y se ponía ropa limpia; se ponía desodorante (Ace le había hecho empezar a usar esto hace aproximadamente un mes), luego se cepillaba los dientes y el cabello, que tomó alrededor de un minuto. Y por último, pero no menos importante, usaría el baño como lo hace todo ser humano. Se lavó las manos y bajó las escaleras, esperando que el desayuno ya estuviera listo. Entró a la cocina y efectivamente, el desayuno y Ace ya estaban sobre la mesa. Luffy se sentó frente a su plato y comenzó a comer antes de recordar que debía despertar a Ace. Comió su desayuno rápidamente y finalmente despertó a Ace, quien se había quedado dormido con la cara en medio del desayuno. Trozos de comida cayeron de su rostro cuando se despertó y miró a Luffy, quien le devolvía la mirada. Luffy se sentó frente a su plato y comenzó a comer antes de recordar que debía despertar a Ace. Comió su desayuno rápidamente y finalmente despertó a Ace, quien se había quedado dormido con la cara en medio del desayuno. Trozos de comida cayeron de su rostro cuando se despertó y miró a Luffy, quien le devolvía la mirada. Luffy se sentó frente a su plato y comenzó a comer antes de recordar que debía despertar a Ace. Comió su desayuno rápidamente y finalmente despertó a Ace, quien se había quedado dormido con la cara en medio del desayuno. Trozos de comida cayeron de su rostro cuando se despertó y miró a Luffy, quien le devolvía la mirada.

"...¿Qué?"

"No lo sé. Solo sentí que mirar fijamente es todo". Luffy dijo caminando hacia el reloj que estaba junto a la puerta. Ace se limpió la comida de la cara y observó con curiosidad lo que estaba haciendo Luffy. Luffy miró el reloj, que marcaba las 9:00. Wow, en realidad se había levantado más temprano que de costumbre. Luego, por alguna razón, su cabeza se volvió hacia el calendario casi como si el calendario lo estuviera llamando. Se acercó y miró las palabras que estaban escritas en la fecha de hoy.

1 de enero : ¡13 cumpleaños de Ace !

Luffy se quedó allí con los ojos muy abiertos, finalmente recordando lo que hicieron anoche. Se habían quedado despiertos toda la noche encendiendo fuegos artificiales hasta que se lanzaron las grandes antenas. Guardaron sus fuegos artificiales y corrieron al lugar de entrenamiento favorito de Ace: un bonito acantilado cubierto de hierba que tenía una vista maravillosa del océano. Luffy y se subieron a la espalda de Ace mientras veían los fuegos artificiales estallar en el aire, dejando rayas de diferentes colores detrás de ellos. Luffy miró asombrado mientras Ace miraba a Luffy que estaba tan feliz. Ace sonrió y miró las antenas, pensando en Shanks mientras lo hacía. Habían pasado tres años desde que Shanks se fue y no pasaba un día sin que Luffy hablara de cuánto lo extrañaba. Ace tuvo que admitir que extrañaba un poco a ese pirata. Después de todo, Shanks fue quien salvó la vida de Luffy del monstruo marino.

Luffy volvió a la realidad y miró a Ace, que se había quedado dormido de nuevo. ¿Qué le iba a dar Luffy a Ace? ¡Él no planeó lo que le iba a dar a Ace antes de tiempo y ni siquiera sabía lo que Ace quería! Luffy comenzó a entrar en pánico y salió corriendo por la puerta, con la esperanza de encontrar algo que a Ace le gustaría en la ciudad. Luffy corrió a la primera tienda que vio y rápidamente miró a su alrededor.

Nada.

¡Maldita sea! ¿Quizás la próxima tienda tendrá algo que le guste? Corrió a la siguiente tienda.

Nada.

¿Aún nada? Pero eso está bien, ¿verdad? Todavía quedaban muchas tiendas y todavía todo el día para buscar... Corrió a la siguiente tienda.

Nada.

A la próxima tienda.

Nada.

Se topó con dos tiendas más.

Nada.

Estaba anocheciendo, casi oscuro ahora y Luffy había recorrido todas las tiendas de la ciudad, pero no encontró nada. Debería ir a recoger el pastel de Makino. Luffy entró al bar en silencio, sin rastro de felicidad en él.

"¡Hola, Luffy! ¿Qué pasa?" Luffy agarró el pastel y suspiró.

"No puedo encontrarle un regalo a Ace..." Makino frunció el ceño por un segundo, pero luego chasqueó los dedos.

"¡Lo sé! ¡Dale algo de tu corazón! ¡Como una tarjeta hecha en casa o un regalo hecho en casa!" Luffy pensó y supo de inmediato qué darle a Ace. Sonrió y salió corriendo de la barra saludando a Makino.

"¡Gracias Makino!" Corrió a casa pensando en su regalo para Ace. ¿Le gustaría a Ace o lo odiaría? Luffy se encogió de hombros ante esta idea y corrió dentro de la casa solo para encontrar a Ace sentado en la mesa golpeando su pie.

"¡¿Dónde diablos estabas, Luffy?! ¡Me desperté y te habías ido todo el día! ¡Ni siquiera Makino sabía dónde estabas!" Luffy dejó el pastel sobre la mesa y abrazó a Ace.

"¡Perdón por preocupar a onii-chan! ¡Feliz cumpleaños!" Luffy colocó sus pequeñas manos en las mejillas de Ace y acercó sus rostros hasta que sus labios se encontraron suavemente. Sorprendido, Ace trató de alejarse, pero pronto se rindió y le devolvió el beso a Luffy. Los labios de Luffy eran tan... suaves... como el resto de él. Sus manos eran suaves, su cabello, sus labios, su rostro, su espalda...

Ace se separó para tomar una bocanada de aire, apartando la mirada de Luffy mientras lo hacía.

"Luffy, ¿qué diablos fue eso?"

"Fue mi regalo para ti ya que no pude encontrar uno... ¿A Ace no le gustó?" Ace juró por lo bajo. Sabía que Luffy se había sentido así por él durante un tiempo y Ace también se sentía así por Luffy, pero esto estaba mal en muchos sentidos. ¡Eran hermanos y ellos, bueno, Luffy, ciertamente eran demasiado jóvenes para besarse! Estaba bien para niños de 13 años, pero ¿10? Pero estos pensamientos pronto se borraron de la cabeza de Ace cuando Luffy presionó sus labios sobre los de Ace una vez más, esperando que a Ace le gustara su regalo... ya Ace le gustó su regalo.

Ace se alejó y miró el cumpleaños frente a ellos. Agarró un fósforo y encendió cada vela hasta que se encendieron las trece. Agarró la mano de Luffy mientras miraban el pastel.

"¡Pide un deseo, Ace!" Ace cerró los ojos y apagó las velas, ganándose el aplauso de Luffy, que se moría por comer un poco de pastel.

El deseo de Ace ya se había hecho realidad tan pronto como sus suaves labios y los de Luffy se encontraron una vez más en un largo y apasionado beso...