06. Necesidad de respuestas

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Lo ultimo que Kazutora recordó es subir al auto de Chifuyu, ni siquiera supo en que momento se vistió de una manera decente, ni dijo si, pero solamente se adaptó a la situación tan ridícula y fantasiosa.

Cuando llamaron de nuevo otro de los hermanos de Chifuyu había sido mordido. No hizo preguntas, no estaba seguro de querer hacerlas o escuchar las respuestas, pero mordía ansioso las uñas de su mano con las piernas cruzadas y moviendo repetitivamente su pie, desviando de ves en cuando su mirada a Chifuyu, quien permanecía serio, frío, concentrado y preocupado... Con lo poco que sabía, ellos eran familia de Chifuyu, por muchos años al parecer, y que no mantuviera una sonrisa e inundara preocupación lo veía normal, pero podía detenerse a preocuparse por sí mismo un poco, estaba en camino a una casa llena de vampiros y un brujo para ser la cura de no uno si no dos irresponsables vampiros que salen en la noche de luna llena y dejan que los muerdan los aparentemente existentes hombres lobos.

Esta situación no era cuerda.

Pasaron unos minutos después cuando el auto comenzó a detenerse. Una casa grande pero moderna, ya quisiera Kazutora vivir en una así. Aún mirando el lugar por el exterior, bajó del auto cuando escuchó su puerta abrirse (claro, a Chifuyu no se le podía irse lo caballeroso), ahí fue cuando trató de enfocar su mirada, cruzó los brazos en su pecho y siguió a Chifuyu hasta la entrada quien le extendió la mano antes de abrir la puerta, él sin objeción la tomó. Por dentro la casa era un más deslumbrante, y hubiera sido más cautivador si lo siguiente que observó no hubiera sido a Ran y Sanzu tirados en el sillón empapados de sudor y una mordida profunda que no daba señales de alguna curación. Se veían pálidos, cansados... bajó su mirada: ambos tenían cadenas el rededor de sus muñecas, las cuales quemaban su piel.

—¿Por qué usan cadenas? —preguntó Kazutora, tan ajeno a ese mundo y a la conversación que había tenido Chifuyu con los demás, solamente observando el estado de los otros dos.

—Es un seguro. La mordida no solo te afecta físicamente, si no mental, y a un grado más preocupante —dijo Hajime sin verle a los ojos por atender a Sanzu.

Kazutora no comprendió del todo.

—Entran en un estado de demencia. Alucinan de todo hasta que por fin mueren. Se descontrolan peligrosamente, porque no ven la realidad, ven recuerdos o alucinaciones que les proyecta el veneno de la mordida de los lobos —explicó Chifuyu—. Igual, ¿Como fue qué pasó esto? saben la regla.

—Una cual también tú rompiste, genio —comentó Takemicchi desde una esquina mordiendo la uña de su pulgar.

—Ran salió a una cita, una con el hermano del lobo Doppelgänger, Hanma creo que es su nombre —dijo Hajime.

—¿Hanma? —preguntó curioso Kazutora, ignorando lo de "doppelgänger"

—Si... No sabíamos, pero el trajo a Ran preocupado y juró que no había sido él, estaba mal y desesperado. Le dijimos que los arreglaríamos y él dijo lo mismo y se fue molesto.

—¿Y Sanzu? —cuestionó Chifuyu.

—Lo conoces, se aprovechó de que Draken y Hakkai fueran a encerrar a Rindou en el sótano porque estaba como loco, y en esas Sanzu se nos escapó, fueron a buscarlo y bueno, ya ves lo que le pasa por querer buscar a lobos en luna llena.

—¿Y para que sirvo yo aquí? ¿Necesitan un humano?

—No, necesitamos un... —trató de responder Hajime, pero la mirada de Chifuyu lo calló en un instante.

—¿Un que? —preguntó con determinación Kazutora.

Hajime miró a Chifuyu y Chifuyu a Hajime.

—Solo ven conmigo, Kazutora, te explicaré lo que haremos.

Etéreo. | Kazufuyu  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora