Agonia

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Quien soy? ¿Por qué pago una condena que no es mía o sí? -Ya basta Amina, me grita mi subconsciente- No puedo seguir sufriendo días tras día.

Que más da lo que tú mente diga cuando eres un desmadre en su máxima expresión, está soy yo luchando día con día con mis pensamientos, por cierto, soy Amina Ertld, hija única y una madre soltera que amo con locura cosa que no puedo decir de su marido.

Aquí estoy encerrada en mi habitación hundiendo mi alma en la miseria de la oscuridad porque no sé que hacer para salir de mi prisión. Tengo varios años sobreviviendo a cada amanecer, a cada hora y lo único que siento es morir. Pero, está maldita cobardia no me deja morir.
No puedo ser tan cruel con las personas que me aman y han dado todo por mi, su amor es lo que me mantiene en este mundo terrenal y aunque no lo crean sonreir no siempre es muestra de felicidad, todos ocultamos oscuros secretos en qué van más alla de lo que piensas, quién dirá que la señorita amina es todo un caso para un especial psiquiátrico.

Mis amigas hace todo lo posible para sacarme de mi encierro y mi soledad.

-Amina es hora de almorzar, ven a comer- Dijo mi madre desde la cocina mientras me perdía en mis pensamientos.

-Ya voy mamá- Grite desde mi habitación y con la poca energía que traía fui a comer.

-¿Mama piensas envenenar?- Cabe acotar que no soy fans de los vegetales, mi madre en su mejor papel saludable los prepara.

Su cara fue un poema, si las miradas tuvieran subtítulos esa sería un Estás locas niña,  lo que me causa una pequeña sonrisa.

-¿Que harás hoy?- Pregunto mamá desde su lugar en la mesa.

-¿Quizás vaya un rato dónde la loca a ver una película, no lo sé, no he hablado con ella- Conteste. Mi mejor amiga era un caso especial.

-Sal de cuarto, ordenarlo no estaría mal, está hecho un desastre- Dijo de repente mamá. Ella de verdad quería ver otra rutina en mi, puede que comienza a preocuparse.

-Esta bien, no prometo nada, estoy cansada- Hasta ahí llegó nuestra fluida conversación y sonó mi teléfono en el cuarto.

Todo depende de cómo lo veas, pero mi apariencia física no es un prioridad en estos momentos. Sin embargo, tengo que arreglas un poco mi caos porque debo ir a trabajar dentro de unas 26 o 30 horas, ya que, ni la noción del tiempo llevo y cualquier día es igual a todos. Solo siento triste y dolor.

Toca mentirle al mundo, menos a mi mejor amiga. No es fácil contarle al mundo lo que pasó y mucho menos decir lo que eso conllevó a mi salud mental y física. Ya no soy la mujer que solía ser, ya no recuerdo ni como sonreír, toda la alegría se esfumó de mi cuerpo de un momento a otro. La noche no es lo que parece y las personas tiene más máscaras de lo que piensas.

Verme al espejo es querer llorar, querer desaparecer, querer morir. Trato de evitarlo a toda costa, no me siento cómoda conmigo, esa parte de la historia nadie la sabe solo yo. Lastima no es algo que se pueda tolerar en este mundo. Lo único que sigue intacto en mi es mi preciado orgullo.

Ver películas, comer y dormir es el mejor plan que tengo mientras no estoy trabajando, y para eso tengo que a mí loca Pau que sabe darme un abrazo sin pedírselo, solo lo sabe. La única que revienta el chat preguntando cómo estoy y no le falta mucho rato para que venga a mi casa para distraerme.

Suena el timbre, quieren tumbar la puerta de mi humilde hogar y no puede ser otra que mi loca que ya llegó. -Ya voooy- Grite antes de que mamá salga y no diga algo a las dos por tanto escándalo.

-Apurateee, tengo mil horas aquí y tú no vienes por mi- Diosito porque ella será así.

-Ya va, no consigo las llaves mujer- No recuerdo dónde están, paciencia, paciencia. Piensa dónde las dejaste, ¡Bingo! Mi bolso del trabajo.

-Menos mal no me están robando, ya hubiese muerto- Pau y su linda manera de volverme más loca.

-Ya me acordé dónde están estúpida, ya voy- le dije a mi amiga. Puerta lista, loca dentro.

-Vamos a mi cuarto y me das amor- No espero mucho la loca para que me vuelva arrastrar a mi cuarto.

-¿Que tienes Ami?- Una mirada y solo me abrazo. -Ven, vamos a ver películas, ¿Que estás viendo?-

-No sé, algo con hueso o algo así se llama- le contesté a Pau.

Si Dios creo los angeles mi amiga es uno, de verdad, ya me está afectando la película, si necesito un psiquiátrico ya. Estoy divagando, ya comparo a la loca con un ángel aunque ella sería uno bien extraño si lo pienso un poco.

Solo se que me quedé pensando o me fui con Morfeo en algún momento de estar viendo la película, solo se que ya no estaba mi amiga y la pesadilla me tenía el corazón a mil por hora, y el insomnio aparecía de nuevo. Solo queda ver la noche hasta que aparezca los rayos del amanecer dando un poco de esperanza a otro día.


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RecluidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora