~WɪᴄKᴇᴅ WᴏɴᴅᴇʀLᴀɴᴅ~

~WicKed WonderLand~

-Un comienzo sin fin-

Habían risas y muchos murmullos detrás de aquellas paredes ya todas desgastadas y aparatos ya bastantes malgastados. Cada uno con una botella en la mano, otros con porros, y muchos con mujeres en su piernas mientras que la fogata y algunas luces de carros o motocicletas iluminaban su diversión.

Para ellos eso era peligroso, o eso escuchaban algunos de sus padres, pero el razonamiento no estaba en ese lugar con drogas, amigos y una chica la cual poder follar en tu auto o en cualquier esquina de aquel parque abandonado en medio del bosque.

El mejor lugar para cometer lo peores crímenes y hacerse pecadores sin que nadie lo sepa, porque eso es lo que son: unos pecadores drogadictos que buscan un escondite para acostarse a consumir lo que te mata, lo que no te da nada, solo vergüenzas, abandono, enfermedades y otras cosas que no le interesaban.

Eso no importaba, nada lo hacía para ellos.

Las chicas más lindas se iban con los peores delincuentes, a dejarse tocar por sus asquerosas manos y dejarse tomar por su mugriento cuerpo. Eso era algo de ellas, llamar la atención y hacerse notar ante el bulto y no ser una más. Querían ser mejores para ellos, tener más tetas y más culos para solo dar placer, algo que solo se da en minutos y la herida queda para toda la vida.

Es una mierda, ¿no?

Una de ellas que estaba sobre el regazo del más guapo entre el grupo se movía provocándole un gran bulto en el pantalón azul desteñido que llevaba el chico. Que sin importar el lugar ni la gente, llevo una de sus sucias manos hacia la cintura desnuda  de la fémina-gracias a la pequeña blusa rosa que tenía puesta-y emprendió su viaje hasta el inicio de las bragas por debajo de su mini short.

Sorbiendo de su botella de vodka con su mano libre mientras que con la otra le hacía pequeñas caricias por encima de las bragas a la chica. Se fue acercando a su oído y con su aliento de alcohol le susurró algo que no fue escuchado por las demás personas que lo acompañaban. La chica dio una pequeña risa tapándose la boca con su fina mano así notándose el rojo claro de sus uñas, y después acomodar un mechón rebelde de su pelo detrás de su oreja y morderse sus labios con su labial rojo llamativo.

Una expresión que para ella era sexy,
y atrayente, que patética.

Se levantaron del suelo para iniciar su camino hacia la oscuridad: lugar donde se producen los peores y mejores momentos de la vida, porque ella no es la culpable que se cometan asesinatos o que la usen para esconder sus pecados, es solo una sombra que está en el momento y hora justo, también en la luz se cometen, el problema: que no con tanta frecuencia pero eso no significa que sea la buena como la sombra la maligna, aquí lo malo y lo bueno tienen otras caras y otros motivos para estar en el sitio y hora adecuado. Algunos amigos le silbaron y otros solo lo ignoraron para seguir bebiendo de sus botellas o tratar de conseguir una buena follada esa noche; las chicas solo rodaron los ojos para después mirarla y sonreírle a su supuesta amiga, las máscaras siempre están allí solo que muchos no las ven por culpa de su ceguera.

La pareja caminaba adentrándose en lo que ellos creen que los esconderá y así hacer sus actos más pervertidos, y que mejor sitio que debajo de la desaliñada arquitectura de lo que parece que fue un circo ya dejado hace mucho atrás. Ingresando en la espeluznante construcción ya muy destruida comenzaron sus impurezas a las puertas de una entrada que llevaba al fin como también al comienzo.

No tenían ni la más mínima idea de lo que está por pasar.

-¡¡¡Ahhhh!!!-los gemidos tan agudos de la chica retumbaban por todo el circo haciendo que de sus columnas saltaran pequeños pedazos de polvo y cayeran por todos lados, ensuciando mucho más de lo que había.