-Todo no es lo que parece-
La diversión se desbordada en los rostros de las almas vivientes en aquel parque de atracciones. Todos tenían dónde ir y que montar, cada uno con gigantescas sonrisas probando o repitiendo en algún aparato, comiendo golosinas o solo caminando de aquí para allá hablando con su grupo de amigos. Era un mundo diferente allí dentro, no existía la tristeza, ni la ira, ni vergüenza, ni el orgullo,ni ningún sentimiento que no fuera solo felicidad y nada podía contra ella en aquel lugar.
Absolutamente nada.
Mientras zzz caminabas las luces coloridas en cada esquina te iluminaban el rostro y todo se podía ver mucho mejor, mucho más bello y hermoso que el mundo real. Notabas como familias se juntaban a ver payasos que hacían sus juegos con los niños hasta con adolescentes que pasaban por allí . Aquellas personas disfrazadas con zapatos grandes, exagerado maquillaje en su cara y con trajes muy llamativos y cómicos para los infantes, te los podías encontrar en donde sea y te hacían chistes que te sacaban tantas carcajadas hasta que tu estomago doliera, hasta que tu mandíbula no sintieras y todo tu cuerpo suplicara por descansar. Eran muy buenos en ello.
Siempre lo fueron.
En las montañas rusas podías escuchar los gritos de terror de muchos y la carcajadas de otros burlándose de su compañero muerto de miedo o solo por la adrenalina que siente su cuerpo al subir muy lentamente preparándose para la caída mortal. La bajada hacía que su estomago suba hasta su garganta y las ganas de vomitar los golpeen de inmediato, aquellas mariposas de miedo o de euforia que sienten cuando la velocidad a aumenta y la caída se hace más violenta, dobla y todo cuerpo humano se inclina a la misma velocidad que va hacia el otro lado, junto con las víctimas sentadas con miedo a su rapidez o encantados con esta. La disfrutaban mucho.
Y debajo de esta dos mejores amigos la miraban, uno con una gran sonrisa mientras que el otro ya sentía las ganas de vomitar con solo ver y oír los gritos de los que estaban montando, disfrutando de una de las tantas montañas rusas que estaban en el parque. Hoseok nunca fue fanatico de tanta adrenalina junta en un solo lugar, era más de juegos y aparatos menos riesgosos a perder de tu estomago lo que comiste hace unos minutos o horas atrás. Yoongi quería aprovechar todo lo que podía, habían montado un carrusel, la estrella de la fortuna- a petición del castaño- reído con los chistes de los payasos, visto los espectáculos de luces en el cielo y comido algodón de azúcar, algunas golosinas y perritos calientes de puestos andantes que extrañamente aparecían cuando tu estomago rugía buscando comida salada o picante. El castaño decía que tenían un buen servicio en el parque, yoongi solo lo ignoraba para planear su próxima parada y parecía que tenía una en mente y al menor le asustaba un montón lo que su amigo podía pensar con su perversa cabeza mirando la montaña rusa.
No se montaría allí ni en mil años.
-Yoongi creo que no es muy buena idea, debemos de esperar hasta que los perritos calientes bajen un poco más, ¿no?-trato el castaño de quitarle esa idea a su amigo de la cabeza.
-Yo quiero, hasta ahora hemos montado solo aparatos suaves y comido mucha chatarra- explicó el mayor
-¿Por que mejor no vamos a los juegos competitivos y ganamos algo? ¿Que piensas?- hablo hoseok un poco nervioso, se estaba quedando sin excusas para no montar y no parecer un miedoso frente a su amigo.
-No, ya hicimos lo que querías ahora me toca- al palinegro no había quien le quitara esa idea de la cabeza.
Hoseok lo miro horrorizado, no podía montar allí vomitaría todo lo que comió y eso no era para nada bonito. Busco a su alrededor una salida de las ideas locas de su mejor amigo y la encontró. Entre los juegos en pequeñas tiendas de más adelante suyo estaba su hermana haciendo fila con sus amigas para competir en, al parecer, un tiro al blanco con rifles y balas de goma. Parecía riesgoso pero era mejor que no la montaña rusa que su amigo miraba con mucho entusiasmo a un lado suyo.
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~WɪᴄKᴇᴅ WᴏɴᴅᴇʀLᴀɴᴅ~
Hayran KurguEl parque temático más grande de la historia está en su ciudad esperando por sus esencias, por sus cuerpos, por su euforia y todo lo jugoso para los que habitan allí. Con sus extraños aparatos y comidas que parecen sacadas de otro mundo, específi...