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CHAPTER TWO
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Sexto año

--- EN QUE ELLA TOMA UNA DECISIÓN












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-¿Cuánto tiempo hasta que pueda echarlos?-

La pregunta habría sido pronunciada en voz bastante alta, considerando el piso de abajo relativamente vacío de las Tres Escobas. Excepto por la cabina de la esquina llena de adolescentes, irónicamente.

Rosie miró a los cuatro que estaban alrededor de la mesa con especial desagrado. Eran fuertes, el que su tía había mencionado como el medio exiliado que Sirius Black había estado coqueteando con ella toda la noche (a ella no le importaba exactamente, considerando lo bueno que era en eso y su apariencia, eran solo los principios de la misma), y habían pedido tanta cerveza de mantequilla y whisky de fuego que casi se habían quedado sin.

De acuerdo, fue lo último en un sábado por la noche y las nuevas entregas llegaron el domingo, pero nuevamente, los principios.

-Está....- Rosmerta barrió a su lado y tomó un vaso del grupo frente a ella, tomó un paño y comenzó a pulirlo. -Al menos uno de ellos es mayor de edad. Creo. No puedo recordar si el cumpleaños de Sirius fue el 3 de octubre o noviembre. Pero mientras ninguno de los otros tres pida nada más que cerveza de mantequilla, entonces ni por ¿un poco?-

-¿Entonces no sabes si uno de ellos es mayor de edad o no? ¿Así que podrías estar suministrando a magos menores de edad?- Rosie arqueó una ceja. -Y... todos tomaron tragos de whisky de fuego-.

-Sí, puedes correrlos-. Rosmerta asintió, observando cómo todos volvían a colocar los vasos más pequeños sobre la mesa de madera y comenzaban a llamar para que los llenaran.

Con un suspiro, Rosie dejó el vaso y el paño que había estado sosteniendo, terminó el contenido de su propia bebida, salió de detrás del mostrador de madera y dejó atrás su libreta. Deteniéndose al lado de la mesa, antes de que pudiera abrir la boca para decir algo, una botella vacía le fue arrojada a la cara.

-Otra ronda de... ¿cómo se llama esta mierda? Espera ¿Whisky de fuego?- La voz de Sirius era sorprendentemente clara, pero bastante fuerte y Rosie se estremeció.

-En realidad, voy a tener que dejar de darles-. Ella les informó, observando cómo el chico de cabello oscuro y demasiado confiado comenzaba a hurgar en sus bolsillos y sacaba monedas de oro toscas. -No, no quiero más galeones-.

Sirius frunció el ceño, pero antes de que pudiera hablar en contra, el chico a su lado, cuya cabeza estaba inclinada hacia adelante y la barbilla tocando su pecho, se incorporó. Todos saltaron de su piel.

-Solo deja que un chico tenga el corazón roto, ¿quieres?-. Explotó, antes de sentarse en su asiento. Una extraña ola de simpatía recorrió a Rosie, miró a los otros dos, a quienes había aprendido a llamar Remus y Peter, y vio reacciones similares.

-Aún así... es casi la hora de cerrar y--. Fue interrumpida cuando una mano envolvió su muñeca y tiró de ella hacia el asiento al lado de Sirius.

-Rosie, ¿te han dejado alguna vez?- preguntó el chico Black .

-No.. Yo suelo hacer la qué los termina-. Rosie respondió.

-Dios, no eres muy bueno en esto, ¿verdad?-. Sirius puso los ojos en blanco. -Rápido, cambia tu respuesta-.

-¿Qué? Bien... sí, me han dejado-. La chica parecía increíblemente confundida.

-Bien, entonces sabrías lo doloroso que es- Sirius continuó, el elemento de molestia desapareciendo de su tono.
-James aquí fue dejado por el amor de su vida esta mañana. Estamos bebiendo en celebración-.

-¿Celebración de qué, exactamente? Si ella fue el amor de su vida, entonces seguramente no es una ocasión para celebrar-. Mientras la molestia había abandonado a Sirius, la confusión no había hecho lo mismo con Rosie.

-Dulce, dulce Rosie, ¿cuál es tu
apellido?- Sirius alcanzó una botella casi vacía de cerveza de mantequilla y bebió lo que quedaba de ella.

-¿Rosmerta? La señora Rosmerta es mi tía, eso es literalmente lo primero que te dije-. Las manos de la niña volaron, señalando a la mujer en el bar. -¿No ves el parecido? ¿En absoluto?-

-¿Tu mamá te llamó Rosie Rosmerta?-. Al igual que antes, no fue Sirius quien habló a continuación, sino James, quien pareció animarse con esto. -Y pensé que mi vida apestaba-.

-No creo que estas situaciones sean tan intercambiables-.

-Te sorprendería saber cuántas cosas
hay-. Remus saltó, inundando incluso la insinuación de una discusión que comenzaba antes de que pudiera siquiera encenderse. -Si no podemos conseguir más whisky de fuego, ¿podemos al menos conseguir un poco de agua?-.

-oh, claro, sírvete tu sólo.- Rosie se encogió de hombros y pasó el brazo de su tía al otro extremo de la barra. -Hay una jarra y vasos al final de la barra. Ah, y no es para escupir, no escupas-.

-¿Qué?-.preguntó Peter. -¿Por qué alguien escupiría en él?-.

-Te sorprenderías-. Rosie murmuró, volteándose para mirar a los dos niños restantes una vez que Remus y Peter se levantaron. -Oye, lleva a Sirius contigo, yo cuidaré al Sr. Corazón Roto-.

-Bien.-Remus asintió, levantó a Sirius por la tela de su chaqueta de cuero y lo arrastró a él ya Peter hacia donde había señalado Rosie.

Dejando a Rosie Rosmerta algo de propina y a uno bastante borracho, más increíblemente borracho que nada, James Potter.






THE JOLLY ROGER, James Potter  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora