Parte 1: "Calurosa Bienvenida"

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Latrasil

El día de incorporar a los consortes a mi harén había llegado, me hubiera gustado que Camille estuviera aquí se perdió de tanto mientras estaba lejos y me ha hecho tanta falta un consuelo después de lo que paso con Hyacinth, no siguió en viéndome cartas a pensar que cada semana prometimos mandarnos una y yo he mantenido es promesa, aquello me pareció raro además de asustarme pensando que le había pasado algo muy malo mientras realizaba sus prácticas de hechicera, cuando oraba porque Hyacinth estuviera bien igualmente pedía por mí mejor amiga, siempre pedía que volviera a mi sana y sin heridas. Siempre que volvía a pensar en ella me acercaba a mi ventana para ver nuestro árbol de los secretos, una leve nostalgia me invadió, recordar como todos en Palacio estaban felices con su ida me hacia enfadar porque todos siempre la menospreciaron al creer que era una bruja y eso no era justo, le había mandado una carta invitándola a esta celebración pero no me llego respuesta alguna, lo cual se me hacía extraño de alguna forma, deje de pensar en ella antes de tener una expresión decaída siendo que hoy no lo podía tener, debía mostrarme fuerte ante los nobles que vendrían a palacio para celebrar la incorporación de los cinco consortes, comencé a alistarme para ir a verificar que todo estuviera listo para esta noche, cuando estaba lista salí de mi habitación encaminandome hacia el gran salón donde pude ver que estaba todo listo, hable con los cocineros cerciorandome que no tuvieran contratiempos pero todo estaba perfecto y el mayordomo principal me seguía explicando los detalles, pude sentirme aliviada pero algo me dejaba inquieta, decidí ignorarlo para no estropear nada con alguna paranoia mía pero no deje de estar atenta a nada.

Las horas pasaron hasta que las sirvientas me alistaron para recibir a mis consortes, una vez estaba vestida como se debía para la celebracion me anunciaron que todo estaba en orden para comenzar a recibir a los invitados, salí al balcón a ver la llegada de mis invitados e igualmente mis consortes, Sir Sonnaught estaba a mi lado mientras veía por el catalejos la entrada de mi palacio la cual estaba llena de guardias en la entrada, esperaba que pudieran con toda las personas que veía iban llegando, creo que sería mejor enviar más guardias para que estén en la entrada para que no se les complique pero Sir Sonnaught me dijo que no era necesario, seguro será la ansiedad que me tiene así porque estoy segura que algo saldrá fuera de lugar a como lo tenía planeado pero no sabía que era con seguridad, de repente escucho que el primero en llegar es Tasir Anghes así que volteo a ver el carruaje que lo trae, es él, algunos de los invitados estaban subiéndose a los carruajes lo que aumentó mis ganas de enviar más guardias a la entrada aumentaban pero Sir Sonnaught me seguía diciendo que no era necesario, esperemos que no tengan problemas con los familiares de los consortes. Luego de Anghes llegó el Rey de los Mercenarios con su compañía, me impresionó su formación perfecta, un recuerdo cruzo mi mente sobre mi mejor amiga; siempre veíamos por este mismo balcón hacia el horizonte y nos imaginábamos como emperatrices, decíamos las cosas que haríamos si fuéramos gobernantes de Tarium, me gustaba recordar los momentos cuando éramos niñas debido a que fueron los mejores, un sonido me despertó de mi ensoñación y era que anunciaron la llegada de Ranamun Atraxil junto a Ghesta Rhodes que habían llegado con pocos segundos de diferencia, después que pasarán sus familiares las puertas del palacio se cerraron, me dirigía al gran salón junto a mi capitán de la guardia, ese presentimiento que algo inusual pasaría se hacía más grande pero no lo sentía como algo malo, quise pensar que todo se debía a la celebración de incorporación así que despeje mi mente de todo aquello pues tengo que estar concentrada en lo que pasara en el salón.

Estaba detrás de las puertas del gran salón esperando que me anunciarán, cuando escuche mi nombre entre a este con la cabeza en alto y una sonrisa de orgullo, podía ver a todos los familiares atentos a mi entrada hasta que me sitúe enfrente de mis consortes, empecé a verlos detenidamente a cada uno hasta que me di cuenta de algo que quizás solo sea coincidencia pero ya están divididos según la clase social que tienen, al ver esto pensé que sería un problema si comenzarán a tener pelear entre nobles y plebeyos por lo que tendré que vigilar los, me gustaría tener a alguien de confianza para ello, mire al Rey de los Mercenarios y a mi parecer se veía como alguien débil, me preguntó cómo lo hizo para serlo. El mayordomo principal llamó mi atención para comenzar a llamar a los consortes a firmar el contrato, le asentí con la cabeza para luego extenderle este mismo, me puse frente al pedestar que sostenía el papel para comenzar a llamar y decidí iniciar de izquierda a derecha; llame primero al príncipe Klein de Karisen fijándome en su vestimenta con colores cálidos, seguido de este hice pasar a Ranamun él cual estaba demasiado bien vestido, Ghesta Rhodes paso muy nervioso a firmar y la verdad se veía adorable, Tasir Anghes pasó con una sonrisa traviesas y finalmente Carlein pasó con su rostro serio, ya todo estaba listo lo único que faltaba era ponerle a cada uno el anillo, el mayordomo me alcanzó los cinco anillos que fui poniendo en el dedo de cada uno, escuchaba como ellos me juraba lealtad y amor eterno, eso es lo que todos dicen pero no es como si yo hiciera esto porque también los ame. Ellos me ayudarán a consolidar mi trono atrayendo a la gente con una competencia entre ellos, a cambio podrán tener todo lo que quieran; dinero, fama o cualquier otra cosa que deseen. Porque después de todo yo aprendí que sin importar el amor más puro que tengas no es nada frente a la ventaja política y mientras yo sea la emperatriz de este trono no se atreverá a traicionarme, mis consortes se fueron a su respectiva mesa y comencé a caminar a la mía para dar inicio a las celebraciones pero un aplauso resonaba por todo el salón confundiendo a todos, en las puertas se encontraba una chica de ropas negras y una larga capa que tenía capucha logrando cubrir la mitad de su rostro, solamente veía su sonrisa mientras caminaba hacia donde estaba yo, su vestido dejaba ver un poco sus zapatos y además tenía un corpiño negro que le hacía lucir bien al vestido, en vez de tener mangas estas tenían una tela que caía de sus brazos hasta su cintura.

El Harén de Mi Amiga || Los Hombres De Mi Harén Donde viven las historias. Descúbrelo ahora