Mónaco Baby!

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Me desperté a la mañana siguiente con el ruido de la ruidosa ciudad y el sol entrando de lleno a mi ventana, Harriet estaba en la cocina preparando el desayuno.

- ¡Buenos días! - Ella gritó irradiando una felicidad inmensa.

No sé como tienes tanta energía... - Bostezé - ¿Qué estás cocinando?"

- ¡Crepes! Hay fruta en la nevera si quieres algo.

- ¿Frutas? ¿Qué? ¿Crees que como sano?

- Qué estúpida soy, todavía tienes 10 años. Te compraré toda la comida basura y todo el azúcar que encuentre en el supermercado. - Puso los ojos en blanco.

Después de desayunar y vestirnos nos dirigimos a las calles de Mónaco, primero caminamos alrededor de Monte Carlo. El distrito es totalmente increíble, me quedaría a vivir aquí toda la vida si por mi fuese...

Un poco más tarde se unió a nosotras el amigo de Harriet, Gabriel, creció en este lugar ylo conocía como la palma de su mano. Sabía cómo llegar a lugares, de la manera más rápida posible y, bueno, casi todo.Para mi sorpresa, Harriet también conocía el lugar bastante bien, ambos caminaron por la ciudad mientras yo estaba literalmente bailando, a través de ella. No podía concentrarme alrededor de estas calles, este lugar era fascinante,

- ¡Te llevará cuatro días Tara, memorizarás toda la provincia! - Gabriel se rió.

- ¡Realmente espero hacerlo!

- ¿Ves esos apartamentos allí?" Señaló una torre de aspecto elegante.

- ¡Sí!

- Ahí es donde vive Lewis Hamilton.

- ¡Que fuerte! Todo esto tan genial, ustedes viven cerca de prácticamente todos los pilotos de la parrilla, espero encontrarme a alguno cuando vaya por la calle. - Me miraron con cara extraña, y claro, casi nunca estaban en casa. 

- ¡Vamos! ¡Vamos a enseñarle las casas de otros pilotos también!

Y eso es lo que hicimos durante los siguientes dos días, me llevaron por ahímostrándome los lugares más emblemáticos de la ciudad y parándonos ocasionalmente a observar con más detalle. Sobre todo en algunas casas que resultaban ser de pilotos de la parrilla de fórmula 1.


Los días pasaron volando y me resultó más fácil navegar por la ciudad, exploré el lugar, busqué vacantes de trabajo pero fue en vano. Era como una señal de los dioses para seguir siendo una vagabunda. Viviendo del dinero de mis padres, que resultaban ser lo más útil que tenía de ellos.

Harriet tuvo que volver al trabajo, yo estaba sola. Pasé los días sin pensar viendo la televisión 

porque eso es todo lo que podía permitirme hacer, este lugar es carísimo!

Mi búsqueda de trabajo tampoco fue muy exitosa, me llamaron para una entrevista con una agencia de la realeza, pero el trabajo involucraba mucho esfuerzo y no estaba tan segura de si me iba a quedar en Mónaco después de todo.

¿Y si quisiera volver a casa?

El fin de semana estaba aquí, ¡estaba tan emocionada! Las calles estaban abarrotadas de gente, así como de puestos de cualquier cosa, desde ropa de escuderías, sobre todo Ferrari, pues los hermanos Leclerc eran monegascos al fin y al cabo, hasta puestos de comida! El distrito sufrió un cambio drástico para acomodar la calle para la carrera y así hacer el circuito, por eso el tráfico era realmente lento.


- ¡Oh, quiero que me devuelvan mi Mónaco de siempre! Demasiada gente. - Harriet suspiró mientras navegamos entre la multitud.

Seeing Red - Charles LeclercWhere stories live. Discover now