baby | takemikey

1. Primer mes.

— Aquí va de nuevo. — susurró un Takemichi adormilado mientras miraba de reojo a Mikey quien corría por décima vez en la noche al baño a vomitar.

Takemichi había perdido la cuenta de las veces que su novio se había levantado mareado con nauseas, las primeras veces no le costó nada levantarse y ayudarlo, pero eran las tres de la madrugada y mañana tenía que trabajar, estaba cansado y su humor no era el mejor.

— ¡TAKEMICHI! ¡Ven aquí, ayúdame!

El ojiazul soltó un quejido antes de ir por su novio al baño, el pelirrubio estaba tirado en piso con su mano en su estómago. Se veía igual o más cansado que Take.

— ¿Estás bien? — se acercó rápidamente para ayudarlo a levantarse.

Caminaron lentamente hasta la cama y lo sentó en esta peinando su cabello en una coleta.

— Me caí. — hipó Manjiro recostándose en el pecho de Takemichi. — Tengo sed, dame agua por favor. — pidió haciendo puchero.

— Ya voy.

Apenas se levantó a Manjiro le entraron las ganas de vomitar y en un intento fallido de levantarse al baño cayó de rodillas vomitando los pies de Takemichi.

— ¡MIKEY! — se quejó mirando sus calcetines embarrados de vomito — Ugh ¡Vomitaste en mis calcetines favoritos!

— ¡ACASO TUS CALCETINES SON MÁS IMPORTANTES QUE YO! — protestó para dirigirse al baño para seguir vomitando — Oh mierda ¿cuándo comí eso?

Solo es el primer mes Takemichi, Draken te habló de eso, ya va a pasar, aun tienes tres horas para dormir.

— ¡MITCHY! ¡Creo qué me desmayo!

Un grito y un golpe fue lo último que Takemichi escuchó antes de ir por su novio que efectivamente se había desmayado.

 
 
  
   
  
  
  
   
   
   
  
   
  
  
— Ahí no que duele. — se quejó Manjiro — Ahí también duele. — volvió a quejarse — ¡Qué duele!

Takemichi se estaba frustrando, solo quería darle algo de amor a Mikey, pero en donde tocaba y besaba le dolía.

— ¡MIERDA DUELE! ¿¡ACASO TE DIJE QUÉ TOCARAS MIS PEZONES!?

Takemichi miró atónito a Manjiro, estaba más quejoso de lo normal y era apenas el primer mes ¿será normal?

— Lo siento, pero quiero consentirte amor. — dijo dulcemente intentando tranquilizar un poco a su novio.

— Podrías consentirme manteniendo tus manos lejos de mi adolorido cuerpo ¿no ves que estoy sensible?

El pelinegro asintió y fue en busca de la comida que había hecho especialmente para su novio.

— ¿Cocinaste para mi Mitchy? — los ojos de Manjiro estaban iluminados al igual que su sonrisa — Es tan tierno.

Comenzaron a comer cuando en menos de cinco minutos a Manjiro le aparecieron (de nuevo) los mareos.

— No lo tomes mal, pero creo que vomitaré tu-

Y sin terminar la frase vomitó en el piso de su habitación.

— ¿Es normal que vomites tanto? — cuestionó Takemichi alejando su comida, se le había quitado el apetito.

— ¿¡CÓMO VOY A SABERLO!?

Calma Takemichi, solo hay que tenerle paciencia.