El sol brillaba intensamente en el cielo, tan enérgico y majestuoso, calentando a todos en ese tranquilo pueblo. Las construcciones innovadoras, mezclando lo antiguo y lo nuevo, le daban una belleza única al pueblo, donde a esa hora de la mañana, la gente se saludaba, mostrando una cordialidad que, para Baekhyun, no era más que una falsedad disfrazada de buenos modales.
El omega suspiró, por lo que parecía ser la quinta vez, mientras sostenía una canasta, acompañando a su padre omega a través de la pequeña feria – algo común todos los domingos.
No le gustaba salir al centro del pueblo, ni siquiera para las compras mensuales, pero no podía negar ayudar a su padre, no cuando le habían enseñado que, como omega, esa era una de sus responsabilidades y bueno...no era experto en la idea de morirse de hambre. Odiaba dejar su cómoda cama, cálidos edredones y suaves almohadas para aventurarse en el pueblo, evitaba salir de casa tanto como podía, a menos que fuera a su refugio seguro – la cascada. Era el único lugar que le permitía ser él mismo y sentirse bien con la vida que llevaba. No había prejuicios, ni miedos, solo él y su merecida paz.
"Toma esos también, Baek."
Asintió a su padre, tomó una pequeña bolsa y clasificó los mejores tomates, agachando la cabeza avergonzado al ver la mirada incómoda del dueño del pequeño puesto de madera.
Se apresuró en esa tarea, le entregó las monedas al hombre y se alejó, encogiéndose en la sudadera que llevaba puesta – aunque el clima no era frío, usar esa ropa era lo que lo hacía más seguro, creyendo que de alguna manera podría protegerse de las miradas...sin embargo, eso atraía aún más ojos a él. Miró a su alrededor en busca de Junmyeon y suspiró profundamente cuando vio que se habían separado. "Maldita sea," pensó.
Estar solo en el pueblo era una de las cosas que también odiaba, la gente tendía a ser más "verdadera" cuando lo veían sin compañía.
Se mordió el labio con un poco de impaciencia, metiendo las manos en el bolsillo de los shorts que traía puestos. Sacó la pequeña lista de compras que había llevado con el mayor, leyendo rápido para ver qué faltaba – y quién sabe, quizá así podría encontrar pronto al Byun mayor.
Volvió a mirar a su alrededor, abriendo una pequeña sonrisa al ver uno de los puestos con varias frutas, en especial las fresas que tanto le gustaba comer.
El rojo brillante llama su atención, incluso puedes sentir el sabor divino de la fruta en su boca. Volvió a mirar la lista, viendo que no había sobre comprar fresas, bueno...no estaría de más tomar solo una porción, ¿verdad? Junmyeon era muy consciente de la adicción de su hijo a esa fruta y estaba seguro que no tendría ningún problema. Se acercó al puesto lentamente, tomando una de las charolas en su mano, analizando el paquete cerrado y sonriendo nuevamente, esa era su recompensa por ayudar a su padre omega en la feria. Por supuesto.
"Discúlpeme señor. Me gustaría uno de esos." Abrió una sonrisa sincera, la que murió cuando el hombre se giró hacia él disgustado, riéndose irónicamente.
"Busca en otro lado, bicho raro."
Sus ojos se abrieron un poco, y bajó un poco la mano que sostenía las fresas. Miró a su alrededor avergonzado, viendo reír a algunas personas. "¿Qué? ¿No te gustó? Deberías tratar de nacer de nuevo, de esa manera podrías ser tratado mejor."
El hombre se echó a reír, volviendo a atender a una omega y su hija, que se apartó de Baekhyun, como si fuera un leproso.
Se mordió el labio, controlando las ganas de llorar, no podía darle ese gusto a esa gente, no otra vez, sin embargo, no se dio cuenta que aún sostenía la fruta y pronto se la arrebataron de la mano. Observó al alfa que lo miró con disgusto y le devolvió el paquete al comerciante, haciendo que Baekhyun se sintiera aún más pequeño de lo que era. Intentó abrir la boca para protestar, pero no pudo, era como si se hubiera detenido, la gente reía y cuchicheaba y era sumamente doloroso.
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En el color de tus ojos - CB (Traducción)
Roman d'amourSummary: Baekhyun no era un omega que atraía la atención de la manada en la que vivía. Debido a que siempre fue muy callado y distante de los demás, casi ninguno de los alfas de su pueblo se interesó por él, eso hasta que cumplió los 18 años. En el...