07

3 0 0
                                    

En la noche al llegar a casa, no había podido dejar de pensar en lo que cinco me dijo, en lo tan cerca que estábamos.

Era el momento perfecto para un beso.

Pero sabía que a cinco no le gustaba mucho el afecto físico, y aunque ya escuché que yo soy su chica, sigo teniendo dudas de sus sentimientos.

Solo esperare el momento indicado.

Al día siguiente desperté, tomé un baño rápido y en seguida fui a su cuarto, cuando entré estaba curándose una herida, supuse que había sido de ayer.

-¿Te lastimaron?, bueno, aparte de esa herida.- Lo miro sentándome en la cama a lado de él.

-Si, pero no debes preocuparte, ya las curé.- Termina de curarse así que se para y se viste.- Ire a la fábrica de ojos, ¿Quieres venir?.

- Los de ayer, ¿Eran de los mismo de los de la cafetería?.- Evito su pregunta cuando mi curiosidad es más grande.

En lo que él piensa en responderme veo al maniquíe en una bolsa, mi cara de confusión no tarda en aparecer.

-Eran los mismos, me están cazando.- dice agarrando el maniquie para salir por la ventana.

Camino hacia él viendo como se baja.

-¿Vendrás?.- Pregunta por última vez.

-Solo un rato.- Susurro bajando las escaleras junto a él.- Supongo que esas personas saben que vivías aquí, así que no deben tardar en venir.

-Si, pero no pueden entrar, pogo tiene todo cerrado.

-Bueno, igual... Solo estaré un rato contigo y vendré, alguien tiene que estar protegiendo esta casa.

Los dos escuchamos una voz, esa voz familiar que nunca para de hablar.

-¡Necesito encontrar esa caja, o pogo nunca dejará de fastidiarme!.- Klaus grita mientras busca en la basura.

¿Con quien rayos habla?

-Iba a preguntarte que estás haciendo, pero luego me arrepentí.. no me interesa.- Cinco salta los últimos escalones diciéndole a Klaus.

El al verme sonríe, a lo que le devuelvo la sonrisa.

-Bueno, hay más formas de salir.- Klaus voltea a ver a cinco con una sonrisa.

-Si pero esta, implica menos conversación, o eso crei.- Murmura antes de verme saltar los últimos escalones.

-Bueno, necesitan mas compañía, ¿No?.- Klaus se acerca desde el bote de basura hacia nosotros.

Y antes de que pudiera contestar cinco le dice que lo nota muy ocupado y que se harto de financiar sus vicios, seguido de eso se va a una forgoneta que había por ahí.

-No tardaré Klaus.- Le sonreí, solo para voltearme y seguir con mi camino con cinco.

Después de cinco minutos de camino en un silencio cómodo, siento como cinco agarra la palanca de la forgoneta, para luego pasar su mano a mi muslo.

Me tensé al instante.

-Tenemos una platica pendiente, cinco.- Digo con nerviosismo, me gusta expresar lo que siento pero con el todo se vuelve difícil.

Hasta el respirar.

-Por eso quería que vinieras.- Confesó

Baje mi vista hacia su mano, solo se mantenía quieta, ahí en mi muslo.

Cuando alce la vista ya habíamos llegado a la fábrica.

-Mira, llegamos Justo a tiempo, Delaney.- Me murmura cinco, quitando su mano de donde estaba para apuntarme al señor que iba a entrar a la fábrica.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jun 28 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Pure love. | C. HargreevesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora