Capítulo IV

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Leo paseaba por los pasillos del lugar en busca de algún profesor para presentar los bocetos de la fiesta del solsticio de invierno cuando algo lo hizo frenar en seco.

La puerta del club de música se encontraba entreabierta y se podía escuchar una suave melodía que provenía del interior. En cuanto se asomó pudo notar a Escorpio a la derecha de Sagitario. Ambos estaban observando a cierto chico pelirrosa tocar la guitarra. No tardó demasiado en reconocerlo y se adentró a la sala a saludar.

Ambos signos de elementos incompatibles se voltearon a verlo y el arquero le dedicó un saludo con la mano que fue respondido del mismo modo.

Cuando el chico terminó de tocar su canción Escorpio no tardó en corregir:

— No tengas miedo de la fuerza en las cuerdas, no se van a romper por haberlo usado una sola vez. La posición de tu mano izquierda es incorrecta, la palma no tiene que tocar el mástil, solo hace que el sonido se sienta más ahogado. —

El chico asintió en entendimiento y desvió su mirada hacia el nuevo integrante en la sala pero enseguida volvió la mirada cuando notó que las críticas del escorpión seguían fluyendo.

Al acabar la práctica Leo quería aprovechar para preguntarle al chico pelirrosa su nombre aunque eso no fue necesario gracias a cierto compañero de fuego.

— Oye Escorpio, no tuviste compasión. Cáncer apenas está comenzando y sabe lo que hace, podrías haberte contenido un poco — Cáncer sacudió las manos algo nervioso y enseguida respondió.

— En realidad agradezco la sinceridad, eso me ayuda a mejorar. Gracias a ambos por guiarme, ya me tengo que ir — Sagitario elevó su mano de manera perezosa y lo saludó mientras que Escorpio simplemente asintió con la cabeza.

En cuando el cangrejo tuvo que despedirse de Leo solo le sonrió amablemente y el león casi se sentía cegado por tanto brillo. Todo quedó en un silencio incómodo durante algunos segundos.

El hielo fue roto en cuanto se escuchó el tono de llamada del celular de Sagitario. Sacó su teléfono del bolsillo izquierdo y lo dirigió a su oído. Al otro lado se escuchaba la voz de Libra aunque no se le entendía lo que decía, el signo de fuego asintió un par de veces y cortó la llamada.

— Bueno, yo me voy yendo. No se queden tanto tiempo o los sancionarán en cuanto comiencen las clases — dicho esto se marchó a paso rápido sin mirar otra vez hacia el dúo.

Mientras corría hacia la habitación el arquero frenó cuando casi cae por los cordones desatados. Se agachó y cuando sintió que alguien se acercaba a él elevó la vista se encontró con Virgo que lo miraba curioso.

— ¿Te atas con el método de las orejas de conejo? — Preguntó desde arriba a lo que el menor sonrió levantándose de un salto.

— Bueno, nunca aprendí otra forma de atarse los cordones, además es bastante fácil y rápida —

— ¿A dónde ibas? —

— Libra llamó hace unos segundos, dijo que había algo que quería decirme y que vaya a la habitación ¿Quieres venir? —

— Si te llamó a ti seguro es algo privado o algo por el estilo —

— No creo, se escuchaba más como si fuera un chisme, vamos — el de fuego le agarró la muñeca y lo arrastró hacia la habitación compartida. El signo de tierra sólo suspiró en rendición elevando disimuladamente la comisura de los labios.

En cuanto llegaron a la puerta fue Sagitario el que soltó el agarre para abrir la puerta. En cuanto entraron vieron a Libra junto a Acuario y Géminis en camas de otros compañeros sentados en una ronda algo deforme con comida, fotos y celulares en el medio.

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⏰ Última actualización: Dec 19, 2023 ⏰

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How can cupid be so cruel? (zodiaco bl)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora