La decisión correcta (grindeldor)

El Pacto Se Rompió

M
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nerva no solía escuchar los murmullos, ni los cuchicheos de sus jóvenes alumnos; ella los ignoraba, pero algo llamó su atención. Ese día escuchó varios jóvenes hablar sobre Dumbledore, mencionaron algo sobre un ave que se transformaba en papel y al profesor triste. McGonagall no quería creer eso; pero comenzó a notar lo decaído que a veces se veía, también estaba distraído, Albus no solía ser así, pero después de volver de París se veía deprimido. Solía sonreír pero no como antes, además el colgante ya no estaba en su mano. Minerva se pregunta qué pasó con el objeto, ella sabía la razón del pacto de sangre, pero si Albus hizo algo así era por algo muy fuerte, él mismo lo dijo cuando se lo confesó, fue algo que sintió por amor. Minerva no quería meterse en la vida de su amigo, pero necesitaba hablar con él como una buena amiga.
              

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Albus terminó su última clase, era viernes así que corregiría los trabajos luego.En la noche se quedaría en la casa de su hermano, soltó un suspiro y tomó sus cosas dispuesto a irse pero al salir choco con alguien haciendo que sus cosas cayeran.

–Lo siento profesor Dumbledore– se disculpó McGonagall ayudándole a recoger las cosas.

–No se preocupe Minerva, los accidentes pasan– dijo riendo, al terminar ambos se levantaron.

–Pero aun así, lo lamento. Quería hablar con usted de algo importante– hablo mirando al mayor, Albus asintió.

–Claro, ¿de qué?– preguntó mientras acomodaba los papeles, McGonagall miró alrededor y suspiró.

–Es algo privado, aquí no se puede por tantos oídos. El dia esta para una caminata por el lago negro– Dumbledore miro alrededor y rio al ver a varios alumnos espiarlos, no sabia porque, pero habia algunos que los espiaban a ambos.

–Claro, me parece magnífico–dijo desapareciendo sus cosas. Caballerosamente le tendio su brazo a la dama, ella sonrio y lo sujeto; ambos caminaron lentamente hasta llegar al lago negro. Estuvieron mirando el lago por un rato largo en silencio hasta que McGonagall hablo:

–Albus, sabes que te aprecio; eres un excelente profesor, buen compañero y gran amigo. Y se que no debo inmiscuirme en tus asuntos, pero…–miro al pelirrojo–¿Que fue lo que pasó en ese lugar?.Lo que sea que haya pasado, te dejo triste –habló mientras lo miraba, Albus soltó un suspiro sin atreverse a mirar a su amiga. Lentamente sacó un pañuelo de su bolsillo y se lo tendió; McGonagall lo tomó y comenzó a desdoblar sorprendiendose al ver el frasco roto a la mitad, no podía creer que aun lo conservará.

–¿Recuerdas cuando me preguntaste si había hecho una locura de joven y te conté sobre el pacto de sangre?–susurro con tristeza. Minerva asintió.

–¿Se rompió el pacto?– el pelirrojo asintió y suspiró.

–Por salvar a mi sobrino el pacto se rompió. Creí que en cuanto se rompiera no sentiría nada, y que estaría aliviado– miró su mano donde estaban las marcas del colgante– Pero no fue así, sentí tristeza y aun lo siento. Con los años esperé a esa persona, creí que volvería. Aun si paso lo que pasó, yo tenía fe en él. Pero al verlo en París supe que no podía hacer nada, no importaba cuánto tratara de convencerlo. No importaba lo que hubiera dicho, nada haría que se quedara. Él tomó sus decisiones y eligió su causa–varias lágrimas cayeron en su brazo. Minerva se acercó y acarició el  hombro del mayor para reconfortarlo.

–Es Grindelwald– susurró mirando a Albus, él soltó una risa leve y asintió. Esperaba un regaño de parte de Minerva, pero ella lo sorprendió al abrazarlo–Es difícil sentir el agudo aguijón del amor–susurro la mujer, Albus rió leve mientras asentía dándole la razón a su amiga. Ella le devolvió el frasco, Albus lo tomó y lo guardó.

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Gellert se encontraba en el patio de su mansión, escondida en Suecia. Leía el diario mientras tomaba té. Los aurores lo buscaban por todos lados; soltó un suspiro decidido a desaparecer el periodico hasta que se dio cuenta de algo, al girar la página se encontró con una foto de Dumbledore. Su corazón latió con fuerza, el pelirrojo sonreía enormemente mientras estaba parado junto al director de Hogwarts. Al leer el encabezado Gellert se asombró:

Albus Dumbledore nuevo director del colegio de hechicería y magia, Hogwarts.

Esta mañana se dio a conocer. Que el profesor Albus Dumbledore será el próximo director de Hogwarts en cuanto las clases terminen.
El próximo ciclo el actual director decidió abandonar su cargo luego de varios años, algunos están en contra y otros a favor que el elegido sea el actual profesor de transfiguración Albus Dumbledore. Pero eso no nos importa, le deseamos al futuro director buenos deseos.
Seguiremos informando.

Gellert sonrió leve, suspiró e hizo aparecer  un libro pequeño sobre cuentos, era algo viejo. En su juventud lo había tomado de la casa de Dumbledore antes de irse. Susurró un hechizo recortando la noticia del diario, la dobló y la metió allí,suspiró leve, y lo hizo desaparecer. Transfiguro el periodico en un pergamino, pluma y tinta. Comenzó a escribir al terminar lo doblo, convirtiéndolo en pájaro, este revoloteo y desapareció.
Se levantó caminando unos metros y desapareció. Al llegar al lugar miro el castillo; ya no le daba placer seguir con este objetivo, tenía lo que había soñado, una cárcel para muggles, pero… en su tiempo estaba Dumbledore a su lado, siempre a su lado. Ahora solo era un sueño frustrado y estaba solo. Aún si obtenía lo quería, no sería feliz sin él, suspiro leve y comenzó a caminar por los alrededores mientras recordaba el pasado. Cuando conoció a Albus; todas las veces que estuvieron juntos, sonrió leve al recordar lo tímido que se veía cuando lo conoció. Cuánto amaba que Albus leyera en voz alta; suspiro leve y se detuvo al recordar la última vez que se vieron. La mirada del pelirrojo era lo que más lo atormentaba todo este tiempo, soltó un largo suspiro y miro los rosales. Eran flores flores demasiado hermosas, movió su mano cortando algunas, susurro un hechizo desapareciendo algunas. Solo se quedó con una, siguió caminando mientras la rosa lo seguía.