La decisión correcta (grindeldor)

Vacío

Albus suspiro mientras corregía algunos trabajos de sus alumnos, trataba de mantenerse ocupado como siempre, para no pensar, lentamente su mirada se desvío a su brazo dónde solía estar en colgante, desde la pelea en la cual el pacto de sangre se rompió sentía un vacío enorme en el pecho, sabia que había hecho, estaba bien, pero, ¿Por qué ahora se sentía tan mal?, Se preguntaba si hizo suficiente, tal vez tubo que insistirle a Gellert para que cambiará de idea, o ser más sincero con lo que sentía y lo que esperaba de el, soltó un largo suspiró y se levantó, salió de su habitación y comenzó a caminar por los pasillos de hogwarts, caminó lentamente sintiendo el frío otoñal, llegó a una sala de desahucio, entro y cerró la puerta, se acerco a una figura rectangular que estaba cubierto con una manta, ya había estado allí varias veces, se supone que no debía abusar del poder de ese objeto, pero sentía la necesidad de mirar una vez más, y así lo hizo, quitó la manta y vio su reflejo que pronto se desvaneció y apareció el y Gellert de jóvenes, siempre veía eso, el, Gellert y su pacto de sangre, suspiró y se sentó en el suelo mientras leía la inscripción una y otra vez, Oesed lenoz aro cut edon isara cut se onotse, soltó un suspiro mirando de nuevo el reflejo, pero está vez era distinto, ambos estaban juntos sonriendo y mirándose con amor, su pacto estaba allí intacto, Albus volvió a suspirar mientras sacaba de su bolsillo el frasco roto,  por más que trato de repararlo no pudo hacerlo, una vez roto ya no podía arreglarse,  cerró su mano mientras mordía su labio y cubría su rostro lamentándose silenciosamente sobre su mala suerte.

Gellert miro su recuerdo una y otra vez, se preguntaba si las decisiones que tomo eran correctas, el estaba siguiendo su causa, pero se dio cuenta que ya no le hacía feliz, no después de que el pacto de sangre se rompiera, se sentía traicionado, Albus no lo eligió, soltó un largo suspiró, a quien engañaba, el pelirrojo eligió a su familia, aún si lo amaba, sabia que Albus esta vez los elegiría a ellos, lo vio en su mirada aquella vez, por más que el pelirrojo lo amara ya no lo seguirá, se pregunta si su causa vale perderlo, se pregunta si Albus le dará otra oportunidad si lo dejaría entrar de nuevo en su vida, esta vez sin pacto de sangre, tal vez si dejaba está locura su compañero volvería, cansado de pensar se levantó y comenzó a caminar hasta llegar al ventanal de su casa y miro asía afuera, aún le dolía el hecho que Albus diera un paso a tras aquella vez, se guiro y volvió hasta su escritorio, tomo un pergamino y comenzó a escribir, al terminar lo doblo, el papel se convirtió en un pájaro pequeño, este revoloteo por la habitación antes de desaparecer.

Después de entregar los trabajos, Dumbledore comenzó a explicar varias cosas sobre transfigurar un objeto que se les hacía difícil a los estudiantes, mientras hablaba un pájaro irrumpió la clase molestando a los alumnos

—¡QUÍTENMELO!— grito uno de los chicos mientras manoteaba sobre su cabeza, Albus rio leve, el pájaro se dirigió a el, cuando coloco su mano para que se posará allí, en cuanto toco su mano el pájaro se transformó en un papel sacando jadeos de sorpresas de los alumnos, algunos susurraban y se preguntaban cómo hizo eso, Dumbledore algo confundido abrió el papel y su semblante se volvió triste, era la letra de Gellert, se preguntaba que era lo que quería, suspiró y comenzó a leerlo para el mismo

Llanto en mi corazón

Llanto en mi corazón
Y lluvia en la ciudad.
¿Qué lánguida emoción
Entra en mi corazón?

¡Dulce canción de paz
La de la lluvia mansa!
Para el dolor tenaz,
¡Oh, que canción de paz!

¿Qué motiva el sufrir
Del corazón hastiado?
¿Si no le vino a herir
Traición, por qué sufrir?

¡Y el más grave dolor
Es ignorar por qué
Sin odio y sin amor
Lleno está de dolor!

G.G

Albus soltó un largo suspiró cuando terminó de leer la carta, era un poema, se sobresalto cuando una de sus alumnas lo toco

—Profesor— el pelirrojo la miro —¿que paso?, Está llorando— Dumbledore, no se había dado cuenta cuando las lágrimas comenzaron a salir, rápidamente secó sus lágrimas y sonrió

—Nada importante— sonrió guardando el papel —bien, continuemos con lo importante— dijo rápido mientras comenzaba a explicar, claro que una de sus alumnas no estaba nada convencida de lo que paso, ella era Anathema Celine, era una de las alumnas favoritas de Albus, si bien era inteligente y aplicada, la chica tenía mucho más talento en adivinación que en su clase, al terminar todos comenzaron a irse, cuando solo quedaron ellos dos, Anathema se acerco al escritorio y lo miro

—¿Ocurre algo, señorita Celine?— pregunto el pelirrojo mirando los trabajos

—Yo vi el pájaro… ayer en mi sueños, y a usted triste, y hoy paso, ¿Qué es eso?— pregunto curiosa, Albus la miro y sonrio

—Su preocupación es apreciada, pero no es nada, solo un papel— volvió a mirar las hojas mientras las calificaba

—Anoche tuve una visión, eran usted y Grindelwald— Dumbledore se detuvo y miro a la chica, sabia que ella era muy buena en adivinación, era una vidente nata, sus visiones eran certeras, varias veces la chica había atinado y el le tenía fé

—¿Que vio?— pregunto el pelirrojo mirando a la chica, Celine tomo una silla y se sentó a su lado

—En realidad eran dos, una esta usted y el en una cabaña, no se dónde es, pero el bosque es como el prohibido muy terrorífico, ambos están juntos y sonriendo, y otro, es solo el en un castillo grande y está solo con aurores, está encerrado, sin varita, es como si estuviera preso— explico mirando a un punto fijo, Albus suspiró

—¿Recuerda que le enseñe a extraer sus recuerdos?— la pelirroja asintió —¿puedes darme el de tus visiones?— Anathema asintió sonriendo, saco su varita y la coloco en su cabeza, saco lentamente el recuerdo, tenía un color extraño, no era como los demás, Albus apareció un frasco y lo colocaron allí

—Creo que tiene ese color, porque es algo importante— hablo la pelirroja llamando la atención de Dumbledore que miraba el frasco cerrado

—Podría ser— susurro, Anathema sonrió y se levantó

—Tal vez, tenga que tomar una decisión, y si ve esto el estará seguro de cuál tomar— fue lo último antes de irse, dejando a su profesor confundido mirando el frasco.