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Una vida sin ti? No, no podría.
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Kaori

Han  pasado dos días desde que vi a wakasa si que está viejo...tanto tiempo sin vernos, que diría al ver a mikey? Sin duda se sorprendería mucho ya no es el niño juguetón ni risueño ahora y con suerte le alcanzas a ver una al sonrisa bueno...una mueca mejor dicho.

—  casi es su aniversario..— mikey susurro mientras estaba acostado en el pasto.

— tienes razón...mikey— musite mirando al cielo.

— dime.

— te acuerdas de wakasa?— lo mire al cual asentio— que me dirías si te dijera que está vivo?— su semblante cambio a uno serio

— eso es imposible, estaba contigo cuando te dijeron!— se levantó— no mientas kaori...— ahora miraba al suelo— tu sabes que no debes jugar con eso...— sus pelos blancos se movían a causa del viento—  me tengo que ir— hablo para entrar a la mansión.

Porque nunca me escuchas manjiro? Eres un terco...

También entre a la mansión y como siempre se escuchaban los gritos de Ran y sanzu, está vez no está Nara a si que podrán ser más libres.

— maldito! Te lo dije, con mis pastillas no te metas!— se escuchó la voz de sanzu quien estaba persiguiendo a Ran.

Entran a la cocina, salen de la cocina, entran a la sala, salen de la sala, suben las escaleras y bajan las escaleras.

Ese patrón se repetía una y otra vez.

— yo no fui! Maniático!— Ran se paró un momento para respirar— oh hola kaori— me sonrió, al ver a sanzu de nuevo volvió a correr— adiós kaori!

Que cansancio con estos dos..

— ustedes dos!— levanté la voz haciendo que sanzu que quedara quieto al igual que Ran.— sanzu no puedes conseguir más pastillas?

— pero cuestan! Y el tacaño de koko no me quiere dar dinero— con su dedo señalo a koko quien iba saliendo del comedor.

— yo que?— koko camino hacia mi lado— sanzu eres idiota o te haces? Tu tienes tu dinero porque me pides a mi?— se cruzó de brazos.

— si pero no me quiero gastar mi dinero si no con que le pagaría a las chicas!— ante lo que dijo sanzu Ran empezó a asentir rápidamente lo cual solo lo mire.

— y en todo esto porque me meten a mi?!-— Ran se cruzó de brazos.

— no te hagas el idiota! Tu tiraste mis pastillas al inodoro— koko y yo nos aguantamos la risa.— y sabes que es lo peor que ni le bajaste !— sanzu miro a Ran.

— esperen...quieren decir que aún están las pastillas?— mencioné lo cual sanzu y Ran asintieron.

Mire a kokonoi quién tenía una sonrisa ladina.

— veamos!— corrí a baño de abajo siendo seguida por el par de idiotas y el tacaño.— aún sirven sanzu— mencioné mientras veía el inodoro con la pastillas.

inefable Donde viven las historias. Descúbrelo ahora