El cazador de lobos

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Para poner en contexto de los sucesos que llevaron a Nahoya y Souya a emprender un viaje en auto hacia una zona boscosa de Fukushima sucedió lo siguiente:
Nahoya estaba aburrido en casa de los Haitani, se aburría como un hongo en el desierto a lo que revolviendo entre la basura de los vampiros (la biblioteca) descubrió que había evidencia que los hombres lobos existían todavía hoy en día. El chico de cabellos naranjas desde ese momento había emprendido su magnífica cruzada para poder obtener uno y si bien lo tuvo no pudo retenerlo por mucho tiempo pues se le escapó luego de una tarde intensa de cuerpos chocando entre sí y no precisamente de una pelea que digamos; hasta Ran se había vuelto involucrado en dicho acontecimiento que a Nahoya lo dejó descolocado por la intensidad que tenía ese hombre lobo y la pasión de su vampiro favorito, pero toda la felicidad llega a su fin cuando un hombre lobo más joven vino hacia la casa de los Haitani luego de unos días exigiendo respuestas al humano que no entendía nada ni siquiera el reclamo que planteaba. Lo terminó por secuestrar a él también. Ese joven hombre lobo de cabellos plateados era mucho más errático que el anterior y Nahoya lo descubrió enseguida, no lo soportaba realmente pero debía seguir obteniendo respuestas que no encontraba pues el chico se negaba a hablar al menos hasta que una tarde al decir algo que molestaba al joven este se enfureció y producto de sus movimientos se le calló un emblema que Nahoya agarró del piso de la jaula en un descuido del otro y leyó (o intentó) lo que esta decía; al no hallar respuesta había ido con Ran quien le sugirió que fuera con un cazador de hombres lobos que vivía en solitario, él seguro sabría la respuesta.
Por esa misma razón ahora estaban viajando tranquilos en el vehículo de Nahoya, este como conductor y Souya como copiloto que presentaba un sombrero que cubría la mayoría de su cabeza junto a una chaqueta marrón que le tapaba todo el cuerpo, para finalizar tenía guantes blancos en sus manos bastante finos pues tampoco quería morirse de calor. El destino no estaba muy lejos, era en una zona boscosa como bien dijo Ran, el camino de tierra los condujo por un sendero angosto donde a lo lejos observaron una pequeña casa tradicional japonesa en la que no dudaron en que este seguro era el lugar del famoso cazador. Estacionaron el auto, bajaron de este y caminaron un par de metros hasta llegar a la parte trasera de la casa al rodear aquella encontrándose con un hombre de unos 30 años, con una musculosa blanca, pantalones de trabajo grises y zapatillas negras, en sus manos tenía un hacha que frente a la mirada atenta de los gemelos arremetió con todo contra el tronco que estaba sobre otro tronco más grande, que fungía como soporte, partiéndose por la mitad de forma perfecta. Nahoya soltó una exclamación sin darse cuenta llamando la atención del susodicho que se quedó mirándolos por un segundo antes de dar un hachazo contra el piso, se lavó las manos con un trapo que tenía en el bolsillo del pantalón y se acercó a ellos seriamente.

- ¿Qué hacen en mi casa? – preguntó el hombre molesto, se le notaba en el rostro, no acostumbraba a tener visitas.
- ¿Eres Draken? Ohh Emmm Sou, ¿Cómo era? – preguntó Nahoya codeando a su hermano para que mejor hablase él, este hombre intimidaba mucho.
- Ken Ryuguji. – respondió Souya de igual forma algo nervioso, su instinto de vampiro le hacia poner los pelos de punta.
- Si, soy. ¿Quién me busca? – Draken efectivamente daba miedo a cualquiera.

Alto, de 1,90 mts, pelo negro, rapado a los costados pero que el poco cabello que poseía terminaba en una larga trenza que le llegaba hasta por debajo de los hombros, en su costado izquierdo de la cabeza rapado se veía un dragón que ciertamente era llamativo.

- Soy Kawata Nahoya y él es mi hermano Kawata Souya. – respondió enseguida, tenía algo de miedo, pero no se iba a achicar, ningún humano le iba a hacer echarse atrás ni nadie. – Necesito hacerte un par de preguntas.
- ¿Ah? ¿A mí? – cuestionó Draken para quedarse mirando a los gemelos, se dio cuenta enseguida de ello que lo eran por el gran parecido, pero le daba mala espina ese chico de cabellos celestes de piel pálida; los hermanos asintieron enérgicamente sin decir más a lo que él suspiró. – Igual ya iba a descansar... Los invito a pasar a mi casa.

Los gemelos no querían entrar mas no se opusieron, creyeron que seria descortés no aceptar la invitación y ahora se encontraban entrando a la casa del cazador llamado Draken quien con un silbido llamó a los dos perros que los gemelos nunca notaron hasta ese momento, ambos perros enseguida se pusieron de pie y corrieron hacia Draken quien los dejó pasar primero para luego dejar pasar a los invitados y finalmente él. La casa dentro era acogedora, una pequeña cocina con sala comedor incluida, se veía que había una puerta a una habitación y junto a esta a lo que se supone era el baño de la casa; para alguien como él esa casa era perfecta.
Draken estaba sentado en un sofá, mirando a sus visitantes, estos ni siquiera hablaban, solo estaban callados mirando disimuladamente para todos lados, apenas si se escuchaba el tic tac del reloj que había sobre una pared de la sala. Nahoya tragó saliva, juró que se escuchó cuando hizo ese movimiento y pensó que Draken los echaría cuando este se inclinó hacia adelante para colocar sus codos sobre las rodillas para mirarles fijamente.

- ¿Y bien? – Preguntó este para quedarse fijo en su sitio.
- ¿Y bien qué? – cuestionó Nahoya, su hermano le codeó por idiota y él solo se rio para mejor dejar de ser tan idiota.- Mmmm nos llegó la información que eres cazador de vam- de hombres lobos y la verdad es que no sabemos si es verdad...
- Si lo es, soy cazador de hombres lobos. – respondió de forma tajante para estirar su mano izquierda hacia su costado y acariciar el pelaje rubio de uno de los caninos, que se dejó sin mas.
- Oh perfecto, porque tenemos muchas preguntas. –mencionó Nahoya para emitir una risita nerviosa a la vez que clavaba las uñas de su mano derecha sobre su rodilla, debía calmar sus nervios porque este hombre si no se daría cuenta.
- Mmmm bien. – Draken dejó de tocar al cachorro para volver a reclinarse sobre su asiento esperando las preguntas.
- Este es un emblema que le saqué un hombre lobo joven... No sé bien que dice, son kanjis que nunca vi. – comentó Nahoya para sacar del bolsillo de su pantalón una chapa chiquita, estiró su mano hacia Draken quien la tomó escudriñándola un buen momento logrando que tanto Nahoya como Souya estuvieran ansiosos.
- Es el emblema de la familia Akashi, son una raza de hombres lobos en decadencia, ya no son tan ricos como antes pero subsisten por su linaje. – respondió finalmente Draken para devolver el emblema al cazador quien lo miró confundido. – Hay razas puras de hombres lobos, no suelen mezclarse mucho o apenas dejan entrar a alguien externo que sea compatible con ellos, eso sucederá con estos cachorros o bien hay otras razas mas modernas que ganan cada vez mas terreno.

Dicho eso los gemelos se quedaron mirando con la boca entre abierta, Draken había llamado a uno de los cachorros llamado "Mikey" que enseguida se levantó del suelo y de un solo salto se subió a las piernas de Draken para acomodarse en ellas y bostezar, se veía... lindo. Draken comenzó a explicar cómo era que las razas existían como él comenzó a dejar de trabajar de su profesión cuando los hombres lobos decidieron exterminarse entre ellos y como ahora se dedicaba a cortar y vender leña para vivir, lo cual era lo justo y necesario. Además tenía otro pequeño trabajo.

- Él es Mikey, es un cachorro ya maduro, cuando quiera podrá elegir una hembra para aparearse.- Sonrió para darle leves golpecitos al trasero del animal quien levantó la cabeza para mirar a su amigo y ladrar, estaba siendo obediente. – Y esa de allí es Emma... Es hermana de Mikey, ella aún no tiene maduración sexual para elegir pareja, pero en un año estará lista. Emma ¡Ven aquí! – llamó el cazador con voz de mando, la niña levantó apenas su cabeza algo dormida para levantarse algo tambaleante para saltar de igual manera encima de Draken acomodándose encima de su hermano y un huequito que había en el costado del sofá. - ¡Es una buena chica! Ambos lo son... Ellos pertenecen al clan Sano, en su tiempo quise cazarlos, pero ellos terminaron apegándose a mi asi que el clan Sano suele darme trabajos esporádicos y me perdonan la vida a cambio de cuidar a sus príncipes jajaja.

Mientras el hombre contaba todo eso los hermanos estaban anonadados observando como ese hombre ahora sonreía mientras le daba caricias a ambos licántropos que se dejaban mas que contentos moviendo sus colas azotándolas en el proceso con fuerza, ¿Quién diría que esos perros resultaron ser hombre y mujer lobo?
El hombre no solo decidió darles información si no que los ayudó a contactarse con la familia Akashi, tenía el contacto de ellos ya que la familia Sano tenía una relación cercana entre ambos clanes. Mientras que Nahoya se dedicó a jugar con los pequeños lobos revolcándose en el piso Souya hablaba con Draken sobre cosas relacionadas a los hombres lobos en cuanto a descubrimiento, aunque el mayor descubrimiento fue de parte de Draken quien se enteró que Nahoya, el cazador número uno de Japón había intimado con un lobo y un vampiro a la vez; efectivamente su hermano gemelo lo había vendido. Draken estaba descolocado, pero de igual forma siguió indagando para descubrir el nexo entre ese hombre lobo y la presencia de un lobo del clan de los Akashi, le daba curiosidad porque hasta donde él sabía había pocos hombres solteros dentro del clan y solo una cachorra lo que le disminuía la chance de adivinar quién podía ser hasta que Souya le comentó las características físicas que este poseía, Draken soltó una risotada que hizo llamar la atención de todos para pegarse en la frente.

- Si seré idiota. ¡Es Haruchiyo Akashi! – exclamó para escuchar a Mikey ladrar y mover su cola, él también lo conocía y solían jugar juntos. – Haruchiyo es un chico problemático, suele escaparse de casa. Había escuchado que escapó y su hermano no lo encontraba... Me extraña que esté con otro clan o que lo acoja otro clan. – se rascó la barbilla con la mano para mirar hacia abajo donde Emma estaba, la alzó cual cachorro pequeño para mirar a los gemelos que seguían sorprendidos o confundidos, tal vez ambas. – Iré con ustedes, quiero ver eso.

Ahora en el automóvil de Nahoya no solo iban los gemelos si no que Draken iba atrás junto a los dos lobos que ya no eran lobos si no que habían decidido transformarse en humanos como tal y se peleaban entre ellos por un dorayaki que había sobrado y Mikey se rehusaba a compartir, Draken trató de poner orden pero al ver que ninguno le hizo caso decidió ignorarlos para seguir platicando con los gemelos durante el resto del viaje; al llegar a destino a la casa de los Haitani el cazador de lobos se maravilló con el hogar que se erigía frente a él, era de toques góticos muy diferentes a lo que él estaba acostumbrado a ver que no se dio cuenta cuando tanto Mikey como Emma salieron corriendo hacia adelante para investigar el lugar emocionados. Luego de retarlos y mantenerlos a raya, amenazándolos con devolverlos con Shinichiro ambos licántropos se calmaron, siendo los tres guiados por Nahoya quien se reía por las ocurrencias de esos dos "niños" lobos. En la sala los cinco estaban comiendo lo que las vampiresas criadas habían ofrecido para comer, Draken estaba de alguna forma nervioso e incómodo pero se sentía seguro al tener a Mikey quien era una verdadera fiera para pelear nunca había visto un lobo que diera tanta batalla y resistiera tanto como aquel.
Mientras Souya se encargó de darle el tour a los jóvenes, Nahoya había llevado a Draken hacia el sótano donde en una habitación cerrada con llave adentró había una jaula y dentro de la jaula se encontraba Haruchiyo, con el cabello plateado mas largo que de costumbre, estaba molesto, sediento y nervioso; era realmente un animal endemoniado. Draken se sorprendió de verlo en ese estado para simplemente acercarse a él aunque se detuvo cuando este comenzó a mostrarle los dientes a pesar de estar en su forma humana, Nahoya estaba detrás del otro cazador no sabía que haría y lo miraba expectante hasta que este sacó de sus ropas una pistola apuntó sin dudar entre los barrotes y sin mediar palabra disparó, Nahoya se alarmó enseguida para correr hacia la jaula temiendo que lo haya matado y haya sido todo una trampa de Ran con este tipo, ¡Todo su trabajo se iría a pique!

- ¿Qué haces idiota? – cuestionó Nahoya para intentar ver si salía sangre pero solo vio como había algo rojo plumoso saliendo.
- Dándole un dardo tranquilizante, ¿Pensaste que lo mataría? – preguntó Draken para acercarse a la jaula con su arma desenfundada todavía para colocar otro dardo tranquilizante por si acaso, pero no había problema porque Haruchiyo se estaba quedando dormido ya. – No podrás llevarlo con su familia si está lúcido, debes sedarlo.
- ¿Ah si? – volvió a preguntar Nahoya para mirar como el lobo estaba ya con los ojos cerrados, iba a abrir la puerta de la jaula sin ningún tipo de contención cuando Draken lo tomó del brazo con fuerza y negó con la cabeza.
- Los lobos, algunos, suelen resistir los dardos tranquilizantes. Esperemos unos minutos y mientras preparemos las cosas, necesitaremos esposas, collar, bozal y el emblema, hay que tenerlo todo por si acaso.

Ambos cazadores, de vampiros y hombres lobos se pusieron manos a la obra, arreglando todas las cosas para el traslado. El joven Akashi estaba sedado, ni cuenta se daría que le estaban poniendo las esposas en ambas manos por detrás, le colocaron un collar con una extensa correa sumado al bozal perfecto para su boca; Draken realmente era un experto en esto dando ideas a Nahoya, aunque en su mente a Draken todavía rondaba lo que Souya le había dicho sobre este cazador, soltó una risa que llamó la atención de Nahoya, sin embargo, este no dijo nada simplemente siguió en su trabajo. La parte difícil ahora era trasladarlo hasta el bosque recreativo donde estarían los demás Akashi esperando.
Después de pelear en ver la forma de trasladarlo perdiendo el tiempo valioso este joven lobo definitivamente se despertó de su sedación lo que ahora presuponía que era un problema mayor, era un ser que no podía tener el culo quieto para nada a lo que Draken amenazó con sedarlo de vuelta si no le hacía caso, debía ser rudo y firme para que todo funcionase bien.

- Deberías hacerle caso a Kenchin. – mencionó Mikey que se encontraba sentado en una roca enorme ladeando la cabeza, su hermana estaba a su lado quietita observando la situación.
- No me digas Kenchin. – espetó Draken seriamente para observar a Haruchiyo como dejaba de forcejear, le devolvió una mirada asesina a Draken y se dejaba llevar al auto. – Muy bien, Mikey tendrás que alzar a tu hermana y subirse ambos primero.
- ¡Lo que Kenchin diga! – exclamó feliz el pequeño lobo rubio para tomar la mano de su hermana, la metió a ella primero y se subió encima de sus piernas a pesar de las quejas de esta, aunque pronto sintió las manos de ella alrededor de su cintura abrazándole, su hermana era muy cómoda.

Cuando todos terminaron de subir al auto Nahoya lo puso en marcha, el viaje ahora era peor que el de la vuelta en la que había gritos, risas, insultos y demás que no hacían más que empeorar el panorama, el cazador de vampiros estaba replanteándose si no era buena idea mejor abandonar a todos en la ruta y volverse, pero cuando se le ocurrió esa idea ya estaban tan cerca de su destino que no había marcha atrás. Llegaron hasta el lugar pactado, había un silencio cómodo en el ambiente, todos comenzaron a bajar poco a poco y antes de seguir avanzando Draken se dirigió a los hermanos para darles la orden de que se mantuvieran alejados o si no, no habría dorayakis de postre (aunque esto era más bien para detener a Mikey ya que Emma obedecería y haría cumplir las palabras de Draken). Draken sostenía la correa de Haruchiyo, llevándole como perrito y este oponiéndose cada tanto, Nahoya solo podía observar y anotar cosas en su libreta atento a todo debía sacar toda la información posible. Souya iba por delante, esta vez había traído un paraguas para cubrirse el cuerpo mientras miraba hacia todos lados atento a cualquier movimiento agudizando tanto su vista como oídos hasta quedarse inmóvil por completo, su hermano le preguntó qué ocurría y para cuando miró al frente se encontró con varios hombres de aspecto imponente y de entre ellos algo desentonante una niña de cabellos plateados que se asomaba por detrás de otro hombre, no había duda estos humanos eran en realidad hombres lobo.
El ambiente se puso incómodo de golpe, había silencio, apenas si se escuchaba un pajarito cantar y es que nadie quería moverse de su lugar al menos de momento hasta que Draken rompió la tensión para acercarse hacia los hombres lobos sin soltar la correa, Souya y Nahoya se quedaron observando la escena mientras que muy detrás sentados en el suelo los jóvenes hombres lobo Mikey y Emma miraban la escena mientras ella le rascaba la oreja a su hermano. El hombre con una cicatriz que atravesaba la mitad de su ojo derecho se acercó a Draken con una sonrisa, la chica que iba detrás suyo también avanzó para ponerse a su lado con la mirada seria; estaba ansiosa y también se sentía algo culpable porque su hermano había desaparecido porque todos les prestaban mas atención a ella o eso pensaba la jovencita.

- Ellos son los Akashi. – comentó Draken a los gemelos que estaban anonadados observando la escena, se acercaron poco a poco hasta estar junto a los demás, el hombre del tatuaje en la cien prefirió explicar la situación. – Akashi Takeomi, futuro líder del clan Akashi, ella es Akashi Senju. – señaló a cada uno de los mencionados a la vez que estos apenas se inclinaban en forma de saludo, ahora era turno de presentar a los gemelos a los susodichos. – Ellos son Kawata Souya y Nahoya, Souya es un vampiro convertido.
- ¿Ehh? Quién lo diría, que aún esos seres repulsivos siguieran haciendo actos tan decepcionantes. –comentó el Akashi mayor para darle una calada al cigarrillo que tenía entre sus dedos.
- Vinimos a devolver a su hermano Akashi, no discutir quien es más repugnante que quien. – contestó mordazmente Draken y serio, miró hacia Haruchiyo este estaba serio sin decir nada, pero se notaba su enojo. – Se lo devolveremos solo con la condición que él no se meta en territorio de los Haitani.
- Asi que eso era todo... Haitani, mierda. Haruchiyo, ¿Sabes qué hubiera pasado si hacías algo idiota? – le preguntó a su hermano menor para rodar los ojos, llevó el cigarrillo a su boca para acercarse hasta Draken, estiró su mano esperando a recibir la correa la cual fue entregada casi de inmediato. – Lamento las molestias, lo hemos estado buscando hace semanas, nos alegra tenerlo de vuelta. – sonrió amablemente aunque por dentro estaba enojado por las decisiones de su hermano.
- ¿Y dónde está el otro lobo? –preguntó Nahoya para mirar por detrás de los que estaban delante suya, solo podía ver a un hombre grandote, corpulento, de tez morena y a otro hombre más flaco de cabellos bicolor con algo en la boca.
- ¿Qué otro lobo? – cuestionó Takeomi para darle la correa a Senju, era una mala idea pero confiaba en la fuerza de la chica quien recibió la correa y le sonrió a su hermano mayor.
- Uno alto, de cabellos oscuros, tenía una espaldota y ummm ¡Tenía un tatuaje en el brazo derecho!- describió Nahoya al anterior lobo que había capturado, se puso algo rojo al recordarlo pero no iba a demostrar que se había puesto avergonzado.
- ¿Cómo? – El Akashi mayor no podía decidir a quien se refería pues su amigo Benkei tenía tatuajes pero no en el brazo derecho, ni mucho menos Wakasa.

Algo se movió entre los arbustos, todos se pusieron en alerta no sabían quién podía ser de hecho no se dieron en absoluto cuenta de su presencia hasta que de entre los árboles salió el mismo hombre con la descripción que había dado Nahoya, solo que estaba trajeado esta vez, serio y de porte elegante. Todos se quedaron sorprendidos al verle y es que no esperaban que alguien se apareciera sin si quiera que alguien lo oliera, pero tan pronto vieron el tatuaje en el brazo derecho tanto Benkei como Wakasa se pusieron delante de los Akashi dispuestos a pelear, para eso habían sido entrenados mientras que Draken hacia una mueca de disgusto, él también conocía ese tatuaje estaba dispuesto a pelear en un combate cuerpo a cuerpo ya que no tenía sus armas mas que su pistola con balas de plata contadas; los gemelos no entendían que pasaba no enteramente, pero se pusieron en guardia sobre todo Souya quien se puso delante de su hermano colocando un brazo por delante de este alerta.
El clima en el ambiente era tenso, ningún sonido estaba presente ni siquiera el del viento, todos quietos como estatuas en su sitio pensando en el siguiente movimiento, era un momento que todo el mundo estaba pasándola demasiado mal (excepto Mikey, que se estaba divirtiendo mucho desde su posición, además Kenchin no se encontraba en peligro) El hombre nuevo avanzó un poco mas, metiendo su mano dentro del bolsillo de su pantalón, todos se tensionaron una vez mas hasta que observaron como del bolsillo sacaba un tapabocas negro y estiraba la mano.

- Sanzu, esto es tuyo. – dijo importándole poco y nada la situación en la que estaba, en cambio "Sanzu" se encontraba inquieto, avergonzado y molesto por que lo viese asi. - ¿Eres Takeomi verdad? – preguntó el hombre para acercarse nuevamente, el contrario asintió atento a sus movimientos. – Te ofrezco 3 vacas si me das a Haruchiyo.

Todos quedaron confundidos, hasta el mismo Sanzu, no podían dar razón a lo que habían escuchado; ¿Acaso el hombre recién llegado estaba ofreciendo animales a cambio de un hombre lobo? Antes de que pudieran indagar un poco mas siquiera este se dio a dar a conocer, era Mutto Yasuhiro miembro del clan Mutto y el perro más mortífero que el clan podía tener, Akashi no se la pensó mucho más esta era una gran oportunidad: Se sacaría de encima a Haruchiyo y tendría lazos con el clan Mutto para su beneficio.
Desde su posición, Mikey y Emma, escuchaban la conversación concentrados. Ella estaba haciéndole un peinado nuevo a su hermano para pasar el tiempo mientras resolvían el tema de Haruchiyo, aunque se quedaron quietos para prestar atención cuando Mutto había aparecido, Mikey de hecho estaba confundido, había algo que no entendía y era... ¿Por qué ofrecer vacas? ¿Qué tenían de importante? De hecho, ¿Qué tanto son tres vacas?

- Emma-chan, ¿Cuántas vacas son tres dorayakis? – preguntó a su hermana quien como si nada siguió haciéndole un rodete en su cabello, era un calmante que le tocasen el cabello.
- Mmmm no lo se, ¿3000 dorayakis? – contestó con una pregunta para quedarse quieta elevando la vista pensando en su respuesta haciendo una mueca con sus labios.
- Está decidido. ¡Le diré a Shin-kun que me venda a Kenchin y yo me quedo con todos esos dorayakis! – exclamó Mikey feliz, eso sonaba a un buen plan. Se lo propondría a Draken cuando estuvieran en casa.

Mientras ahora todose había vuelto bastante extraño, nadie entendía nada. Nahoya solo se limitabaa escuchar atento sin si quiera escribir en su libreta a la vez que su hermanodejó de protegerle al no ver hostilidad en nadie.
Ahora en este momento había algo más grande: Mutto había regresado para buscara Sanzu, el lobo a quien había agarrado cariño y quería bastante, estaba dolidoporque le había engañado pero estaba dispuesto a pagar cualquier precio con talde tenerle de nuevo en cambio Takeomi veía esto como la mejor oportunidad de suvida para revivir el clan, siempre en cuando podía tener a Haruchiyo de vueltasi nada salía bien. Desde ahora empezaban las reuniones para una posiblereunión de clanes.

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⏰ Última actualización: Jul 21, 2022 ⏰

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