"Nadie es perfecto. Es por eso que los lápices tienen borradores".
-Anónimo
Quiero mentir.
Claro que lo quiero hacer, me quiero mentir a mí misma, quiero ignorar como retumba mi corazón, mis oídos escuchan muy bien esos latidos desenfrenados al cual llamo corazón.
Pero el dijo que estaría para mí, que nunca me soltaría.
Y no se si creerle.
Eso es lo que más me da miedo, el creerle. Y joder si eso llega a suceder, estoy jodida, muy jodida en verdad.
Tengo que controlar los latidos de mi corazón.
Maldita sea, ¡cálmate estúpido corazón!
Me sobresaltó al escuchar como vibra mi celular en mi mesita de noche cerca de mi cama, contesto lo más rápido que puedo, mis gemelos están dormidos y había tardado lo suficiente en poder dormirlos que la verdad no quiero volver a batallar en dormir a estos bellos-diabólicos- niños, que necesitaban un descanso.
Veo en la pantalla el nombre.
Amber.
—¿Que sucede? —le contestó.
—Tienes que venir, ¡Ahora!
—¿Que, por qué? —pregunto por lo alterada que se escucha.
—Es Zara, le rompieron el corazón, me dijo que quería divertirse, así que, como somos sus amigas, vamos a embriagarnos para apoyarla.
—No debo beber, Amber y lo sabes —Le recuerdo.
—¡Joder! Anda, vamos. Tienes 18 años y solo vives una vez Grey.
—Pero...
—Deja a tus hermanos dormidos, con la música relajante que ellos les guste para que así sigan durmiendo, ponlos juntos para que no se sientan solitos, y así puedas venir con nosotros, anda ¿Sí?, Y prometo conseguirte todas las cosas que necesites por dos largos meses.
—¿Dos meses? —digo sorprendida y con diversión— si crees que ir a un bar a beber para que yo pueda pedirte lo que quiera por dos meses, y mi orgullo no sale herido... Está bien voy, pero tendrás que hacer lo imposible por conseguir lo que te pida Amber.
—Estoy jodida, ¿Verdad?
Sonrió se que no me ve, pero ella de seguro ya está alterada.
—De acuerdo, iré. Me arreglo y agarro un taxi para ir.
ESTÁS LEYENDO
Perfección. [En Proceso]
Ficção Adolescente-Muestrame, lo contrario de la "perfección". -comento mirándolo a los ojos -¿Dispuesta a tomar mis manos? Asiento, mirándolo con una determinación que no había vuelto a mi desde que mi padre me abandono -Sí.