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Luzu estaba nervioso ese día, no entendía ese sentir porque solamente saldría con Quackity como ya lo había hecho anteriores veces, no paraba de preguntarse así mismo cosas como; ¿debería llevarle algo? ¿estará bien la ropa que usa? ¿es lo apropiado?. También tenía otras dudas como “¿a qué se debe ésta invitación?” Si analizaba las acciones recientes del sonriente muchacho, quizás tramaba algo aunque tampoco tenía idea de qué podría ser y le hacía estar alerta. Éste chico le ponía las cosas difíciles de adivinar. No obstante, debía frenar esos pensamientos y recordar que es Quackity, no haría nada malo contra él.
No debería cargar su cabeza así, sería muy agobiante y un desperdicio de tiempo.
Con la mente más calmada siguió preparándose, no le faltaba mucho y ni estaba arreglado tan perfectamente que digamos pero aún así intentaba verse bien, era algo que sentía que debía hacerlo para causar una buena impresión y eso que sólo iba a verse con Quackity. Por un momento pensó en peinarse de otra forma y que se viera la mayoría de su rostro, al tener eso en mente se preguntó la razón de su estilo; “¿siempre me habré visto así?”. Un "cuack" se oyó desde sus pies, Calamardo estaba ahí mirándolo y picoteó su pantalón como si tratara de decirle algo, Luzu sonrió al levantar al animalito con plumas para acariciarlo y se fijó la hora, debía partir. Llevó algunas cosas consigo por precaución, le dijo a Anselmo que cuidara a Calamardo y se encaminó al lugar dónde se encontrarían.
Durante el camino cargaba su espada consigo, la utilizaba para ver su reflejo mientras peinaba su cabello con los dedos, seguía debatiendo en su mente si ésta vez descubriría su rostro o estaría igual que siempre, necesitaba pensarlo con más tiempo. Dejó de molestarse con el tema del cabello, permaneciendo con el estilo de siempre, había llegado por fin y posteriormente observó a su alrededor, no estaba Quackity todavía. Tal vez aún no llegaba, tal vez.
——hey daddy, guess who I am (adivina quién soy)—. Luzu escuchó esa voz después de que unas manos cubrieran sus ojos y sonrió al saber quién es.
——aunque tu voz suene un poco diferente, sé qué eres tú, Quackity—.
El muchacho se quejó diciéndole que no era justo y descubrió los ojos de Luzu, éste se dió la vuelta aún teniendo esa sonrisa tan tranquila y viéndolo con cierto afecto notable. Quackity sólo pensó que era “the perfect guy”, no podía compararlo con alguien más porque no había comparación alguna ante su perfección. Por los dioses, hasta se había vuelto un bobo por él.
——¿qué planes tienes para hoy, Quacks?—. Luzu puso su mano sobre la cabeza del más bajo, al parecer se perdió un momento en sus pensamientos. ——querías que saliéramos juntos hoy, pues vamos—.
——por-por supuesto, Lusu—. intentó actuar natural para que no se diera cuenta que chillaba en su interior cada vez que lo llamaba así. ——Luzu, pregunta seria y no vale decir no sé, ¿tú serías capaz de acompañarme hasta la línea de meta?—.
