Karmaland era otra vez iluminado por el sol dando comienzo a un nuevo día, algunos ya se asomaban por las ventanas o salían de sus casa listos para hacer las actividades que estuvieron pensado cuando hubiera luz, algo matutino ya para todos. Tan matutino como oír una explosión, siendo la víctima el día de hoy el pobre Fargan.
Un día común en Karmaland.
Sólo que pasaba algo un poco peculiar, alguien no había puesto ni un pie fuera de su casa, fué así durante largas horas hasta que llegó la media tarde y Staxx fué a visitar a esa personita que no salió a saludar en todo el rato. Staxx esperaba paciente porque oyó una voz al otro lado de la puerta diciendo que ya salía, aún así los minutos fueron pasando y volvió a llamar, escuchó a unos patos junto con unos pasos y seguido de esto la puerta se abrió al fin.
——¡Quackity! ¿qué tanto hacías? llevo una vida aquí parado—. Staxx se quejó, sólo que se detuvo a observar al jovencito que tenía en frente, se lo notaba raro. ——¿qué tienes? ¿estás ocultando algo?—.
——¿yo? nono, para nada—. Quackity rió nervioso, alzando a su pato antes de que saliera de la casa. ——es que Calamardito no se sentía bien y le daba picotazos a Tentaculos—.
La actitud le parecía extraña, pero Staxx quiso ignorarlo y pasó a preguntar el porqué no había ido a explorar con Juan y Luzu como habían quedado el día anterior. Quackity se pegó en la frente y murmuró alguna grosería, eso significaba que lo olvidó totalmente.
——uy niño, ¿dónde tienes esa cabeza?. Cómo sea, Luzu me dió diamantes para ti y Juan manda a decir que espera verte en la próxima—.
Quackity no mencionó más que un gracias y un hasta luego al tomar los diamantes, ingresando a su casa otra vez. Staxx podía jurar a todos los dioses que algo se traía entre manos, su actitud le daba vibras raras.
Por otra parte, no es que planeaba algo malo contra alguien como se podría creer–aunque era considerado un niño inocente–, en realidad era algo muy inofensivo. Alrededor de su cama estaban bollitos de papel, que si alguien los leyera se vería obligado a reventarlo con minas, todos esos bollitos eran intentos fallidos de poemas románticos o cartas de amor para la persona que le gusta. Quackity no era bueno jugándole al Romeo, pero estaba de tontito por alguien y pensaba en cómo decírselo, incluso leyó tips de como hacerlo y una forma era con cartas de amor, así que estaba todo el rato escribiendo y escribiendo hasta obtener un texto decente dónde exprese correctamente sus sentimientos.
——¡yes! lo tengo, niños escuchen—. le dijo a sus patos, agarrando a los dos y dejarlos sobre la cama para leerles lo que logró hasta ahora. ——oh querido Luzu, de ojitos color café aunque solo vea uno... tu amabilidad me gusta, me gusta tu fuerza, tu destreza y tu cabello, hueles como a pasto y tierra mojada mis aromas favoritos. Cuando me... me...—. Quackity dejó de leer en voz alta y pasó a hacerlo en voz baja, dándose cuenta que no le gustaba tampoco lo que había escrito y se enfadó por eso. ——ay no, esto está re feo, no puedo hacer que lea esto—.
Otro bollito más para el montón. Estaba frustrado porque no conseguía escribir como deseaba, quería que sus cartas fueran especiales pero sólo veía frases bobas para su gusto.
Los patos se acercaron a él picoteando su ropa para obtener su atención, Quackity los miró y se le ocurrió algo que podría ser mejor. Tal vez no podría hacer poemas, pero quizás escribir frases bonitas sería buena idea. Así que agarró bolígrafo y papel, nuevamente escribía frases bonitas mientras pensaba en su persona favorita y obtuvo un resultado más agradable.
——Calamardo, Tentaculos, mañana veremos a Luzu—.
En el siguiente día Quackity se encaminó a casa de Luzu, llevándose consigo a los patos, pensaba en dejar a Calamardo unos días para que le hiciera compañía al de cabellos castaños y peinado a lo "emo". Cuando llegó encontró a ese mismo trabajando en su huerto, recogiendo papas y haciendo lugar para plantar más, verlo trabajar sin usar su sudadera negra era poco de ver y ésta es de esas pocas veces.
Quackity se detuvo a observar en una corta distancia, chillando bajito mientras sostenía a sus patos, ahora sentía nervios y dudaba si acercarse o gritarle de lejitos. Fué un momento que se tomó para pensarlo, hizo un esfuerzo en recomponerse y calmarse, debía actuar natural.
——¡Lusuu!—. empezó a llamarlo de lejitos y fue acercándose, para cuando había llegado ante él ya tenía su atención completamente.
——Quackitys, buenos días, veo que vienes con tus patos—. Luzu le sonrió, en su rostro había sudor y un poco de tierra por el trabajo en el huerto.
El más joven lo notó, en su mente formaba un mil y un piropos para Luzu pero no iba a decirlos, no ahora.
——Luzu, Calamardo quiere que leas algo—. mencionó, el pato tenía un papel en el pico y el castaño lo tomó.
——a ver... “¿Sabías que tus ojos son lindos y de color café? a mí me gusta el café”—. Luzu leyó en alto y posteriormente rió. Quackity en su interior contenía sus gritos de emoción. ——vaya, que lindo detalle... Calamardito—. dijo dándole una caricia al pato, mirando a la persona que lo sostenía y sonriéndole de una forma que provocó en el corazón de aquel joven un huracán de emociones.
Eso podía significar una cosa, su idea resultó como quería así que lo seguiría haciendo todos los días hasta que tuviera el valor suficiente para invitarlo a una cita. Quackity no iba a rendirse, además que ya tenía unos buenos piropos para mandarle. Fué así como Luzu recibía a diario notitas, muchas de ellas le sacaban una sonrisa, le hacían sentir bien y a veces le provocaba sonrojos, no tenía muy en claro que intentaba ese muchacho pero le gustaba.
Hasta que una notita llegó con una pregunta: « ¿podemos salir juntos, Luzu bonito? ».
Buenas, gracias por la espera y por leer✨
Estoy emocionada por saber cómo saldrá éste primer libro aaa
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7 steps to follow ; Luckity
Fanfiction7 𝐬𝐭𝐞𝐩𝐬 𝐭𝐨 𝐟𝐨𝐥𝐥𝐨𝐰 ♡❑❑ ; dijeron "arriba los enculados" y volé. fanart: @guguwow/vía Instagram. 🍒; Historia corta. OCC/Au¿