eight.

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Por alguna razón esto se le hacía vagamente familiar, por lo nublado que se encontraba el cielo el ambiente se veía más oscuro y los truenos daban aviso a una tormenta, trataba de llegar a esa casa que se había vuelto su lugar favorito, caminando ...

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Por alguna razón esto se le hacía vagamente familiar, por lo nublado que se encontraba el cielo el ambiente se veía más oscuro y los truenos daban aviso a una tormenta, trataba de llegar a esa casa que se había vuelto su lugar favorito, caminando con el apoyo de su espada debido a la herida que traía en su pierna, la cual le dificultaba estar de pie por su cuenta. Tal vez era un desafortunado en la vida, por intentar andar en ambos bandos las cosas ya no se pudieron tratar con balance, creo que hasta esa balanza se caía a pedazos de lo inestable, y ya no sabía qué hacer exactamente. Sólo qué ahora mismo no quería pensar en nada. Ver la distancia en la que estaba de su destino fué un alivio para él, tenía que hacer un esfuerzo más y llegaba al fin, a ese lugar que era cálido, dónde se olvidaría de éste día, dónde descansaría en buenos brazos.

El subir esas escaleras fue un infierno, justo antes de que empezara llover y fuera empapado, dando un poco más de esfuerzo tocó la puerta, sería lo último que pudiera hacer, estaba seguro que no daba ni para una pizca más. La puerta se abrió lentamente dejándose ver al dueño de la casa, siendo así todo lo que llegó a presenciar antes de que en su cabeza se volviera en completa oscuridad y no sentir ninguna parte de su cuerpo.

He ahí el límite de sus energías.

Aquello fue el último recuerdo, precisamente no conocía ni la hora en la que llegó o cuando despertó de su desvanecida en la entrada, tardó en reconocer que había frazadas cubriendo su cuerpo, a su vez que sus sentidos volvieron el aroma de la cama era agradablemente conocido. Con cuidado se sentó, sentía un poco de mareos, al ver que el mundo no se agitaba tanto pudo examinar su situación, primero tocó su cabeza al sentirse raro con la falta de algo y se dió cuenta que su gorro no estaba, se fijó en la ropa y ninguna era suya, para empezar nunca vió esa camiseta de Fall out boy en su guardarropa.

¿Le cambiaron la ropa? Bueno, estaba muy sucia la verdad y manchada en la pierna por su herida... ¿y su herida?. Al fijarse en eso, traía unos pantalones holgados y en su pierna no había dolor y por lo tanto tampoco una herida, lo debieron haber curado.

Entonces vió a Anselmo pasar en frente de la cama, se miraron fijamente en silencio por unos segundos y el pequeño se fue rápidamente, extraño pero no demasiado. Después de eso Luzu llegó con comida, el pobre tenía más ojeras que de costumbre y es porque no había dormido nada de la preocupación, y Quackity sintió la culpa, podía imaginar lo asustado que estuvo de verlo en ese estado y que se desplomara en frente suyo, ni una explicación tuvo durante horas. Así que lo mínimo que hizo fue comer lo que le daba, aún no estaba bien para hablarle sobre lo sucedido y temía expresarse mal.

——Lu-Luzu, perdón por... eso—. hablar se le dificultó, pero era lo primero que debía decirle para empezar.

——ya pasó, ahora estás bien y es todo lo que me importa—. Luzu se acercó colocando su mano en la mejilla del chico. ——después hablamos de eso, tú sigue comiendo y descansando—.

7 steps to follow ; LuckityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora