Imagina que Eddie nunca en su vida vio un par de tetas, entonces le haces ese favor en tu habitación.
———Contenido Sexual.
———Conteo de palabras: 2350 palabras.
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Te encontrabas en tu habitación, luego de haber pasado todo el día de ayer entre fiesta, drogas y alcohol, lo único que necesitaste en estos momentos fue una ducha caliente y unas pequeñas secas de hierba.
El vapor del agua y el humo se habían mezclado, haciéndote toser, y limpiar todo el desastre impregnado en tu baño.
Una camiseta ancha y unas bragas cómodas fueron lo único en este día. Al saber que Dustin seguramente se encontraba con sus amigos y mamá trabajando, no te había importado mucho lo que llevarías puesto. Te encontrabas en la cocina abriendo una lata de refresco, tomando una bolsa de papas y caminando hasta el sofá con el control remoto en mano.
La puerta se abrió rápidamente, haciéndote asustar luego del portazo automático que había hecho. Las escaleras resonaron, dejando en claro que alguien había subido con apuro.
—¡Dustin! Maldito niño. ¡Cuantas veces te he dicho que no subas las escaleras rápido! —te pusiste de pie rápidamente tirando todo lo que estaba entre tus muslos. Volcando todo refresco en tu camiseta que también tenía papas fritas partidas. Estabas hecha un desastre. Limpiaste tu camiseta de toda suciedad aunque ya tuvieras la camiseta parcialmente mojada. —Te mataré.
Dirigiéndote hasta la entrada, subiste las escaleras rápidamente, yendo hasta Dustin.
Todo tu cuerpo paró en seco al subir todas las escaleras y darte cuenta de que Dustin no había venido del todo solo. Un muchacho de cabello largo y semblante rudo estaba parado, de seguro, esperando a tu hermano.
—Ahm, no, no soy Dustin. Asi que matarme de seguro no podrás. —Dijo dándote una sonrisa irónica, pero sin mostrar los dientes. En ese momento te habías olvidado hasta de Dustin, y de que te encontrabas frente a un casi desconocido con solo una camiseta mojada y en bragas.
Sabías quién era. Uno de aquellos amigos de Dustin, del que siempre te hablaba cuando te enseñaba a jugar c&d. ¿Eddie Munson, era? No lo sabías bien del todo, pero se te venían demasiados ejemplos de cómo era nombrado casi por toda la escuela. Y uno de ellos resonó en tu cabeza bastantes veces.
La mirada oscura del que estaba frente a ti había parado en tu rostro, bajando poco a poco hasta tus piernas. Se puso nervioso, su cuerpo se había casi que retorcido al ver que la hermana de su amigo se encontraba nada más que con una camiseta, y mojada, tapando su cuerpo. Ahora tan solo creía que eras maravillosa, porque tus tetas y el color de tus pezones duros se marcaban entre la fina tela blanca. Él ya estaba embobado. Y te habías dado cuenta de ello.
Sonreíste. —Yo te conozco. —dijiste luego de que Eddie siguiera mirando tus tetas. Sus ojos pararon nuevamente en los tuyos, dándose cuenta de que tú te habías dado cuenta, porque tenías una sonrisa de oreja a oreja. El rostro de Eddie ya se encontraba claramente enrojecido.
—¿Tu eres el de las tetas, no? —reiste por lo bajo. Captando toda atención nerviosa y sorprendida de tu acompañante.
—¿Disculpa? —Dijo boquiabierto.
—El de las tetas. —dijiste con una sonrisa, mirándolo a los ojos con total atención. —El que nunca vio un par de tetas.
Eddie palideció frente a ti. Sus ojos se abrieron gradualmente mientras te miraba a los ojos, y su semblante nervioso se iba notando a kilómetros de aquí. No sabía que decir exactamente. A él lo conocían y lo nombraban por ser un monstruo, por drogadicto, o hasta que era un freaky, pero nunca lo habían nombrado por un par de tetas.
—A ver. Yo no quiero sonar atrevida, chico. No logro recordar tu nombre, así que si me lo dijeras, no estaría llamándote de esa manera. —lo miraste a los ojos, esperando una respuesta por su parte. —Aunque me agradará ese concepto de ti. —sonreíste, mordiendote el labio inferior con total paciencia.
—Eddie. —soltó, junto a una bocanada de aire, mientras posaba su cuerpo en la pared detrás de él.
—Eddie. —mencionaste, acercándote al cuerpo de Eddie que se había movido ante tu repentino movimiento. Estaban a escasos centímetros de rozar sus cuerpos. A escasos centímetros de que tus tetas cubiertas rocen contra el pecho de Eddie. —¿Munson? —Él asintió. —Dustin me ha hablado mucho de ti. Mas de lo que te imaginas. —reíste. —¿Debería decirte que Dustin no saldrá de su habitación como en unos 30 minutos? Siempre hace el mismo desastre de correr por las escaleras e ir a su habitación. Nunca he sabido el por qué, y tampoco querría. —dijiste imitando una cara de asco.
El imitó tu acto, riéndose de ti.
—Ahora creo que debería cambiarme de ropa. No me gustaría estar así frente a invitados. Y mucho menos contigo. —dijiste elevando tus cejas y caminando hasta tu habitación que se encontraba a pocos pasos de la de Dustin. —¿Enserio te quedaras parado ahí? Si no tienes nada agradable para hacer, es mejor que vengas conmigo.
Entraste a tu habitación, sonreíste para ti misma.
Era verdad que Dustin no saldría de su habitación en varios largos minutos, y tampoco querías tener al sexy chico parado, haciendo nada.
Pronto Eddie se encontraba en tu habitación, gradualmente nervioso al pensar en el por qué lo habías llamado.
—Cierra la puerta Eddie, por favor. —dijiste desde tu baño, para luego salir con el mismo desastre mojado en tu camiseta. —¿Crees que estó saldrá? —dijiste mirando la mancha, y luego mirándolo a él. Sus ojos estaban detenidos en esa supuesta mancha, aunque tu cuerpo ya lo tenía paralizado de por sí.
—Solo espero que sí. —dijo sin más, emocionándote al ver que por lo menos daba más que dos palabras. —Sería muy malo que la camiseta se estropeara. ¿No lo crees?
Sonreíste al mirarlo. Aunque él estaba serio, por dentro sabías el ambiente agradable y sucio que solo una camiseta mojada estaba dando entre ustedes dos.
—¿Así que es verdad que nunca has visto un par de tetas, Munson?
Eddie rió. Su mano fue a su cabello con nerviosidad mientras trata de evadir tu mirada.
—Ahm, eh, yo…
—No tengas vergüenza de decirlo. —dijiste dándole una sonrisa cálida, sentándote a horcajadas en tu cama. —De todos modos ya se la respuesta. Escuche a Dustin hablar de eso el otro día con sus otros amigos. —lo miraste con energía en tu rostro. Esta conversación te estaba divirtiendo. Mucho más la cara que tenía Eddie frente a ti.
—Solo déjame matarlo cuando lo vea. —dijo tratando se mostrarse enojado aunque era todo lo contrario.
Te dejaré hacerlo. —dijiste dándole lo que quería. —Cuando lo escuché sonó muy asqueroso, que los niños hablen así, jesucristo. —reíste, recordando aquella vez. —Pero también sonó tan sucio.
Sin esperarlo, mordiste tu labio inferior, mientras lo mirabas a los ojos. Eddie no sabía que decir, que articular, se había olvidado hasta de cómo respirar.
Teniendo a la mismísima (Tn) Henderson frente a él, ya era una completa locura, pero escuchar salir de tus labios el hecho de que te había parecido sucio su “ausencia sexual”, ya lo tenía endureciendo hasta la mierda.
Te pusiste de pie nuevamente con frenesí, tus tetas rebotando gradualmente debajo de esa tela fina, Eddie estaba enloqueciendo. Tu cuerpo paro en seco frente al suyo, esta vez con menos espacio entre ustedes. Casi que rozaban.
—Porque pensar en que Eddie Munson prácticamente es un virgen. –lo miraste a los ojos, mirando cada pequeña parte del rostro de Eddie que estaba paralizado. —Me pone cachonda.
Él sólo quiso decir algo, defenderse por lo menos, o hasta mentir para que creyeras que el no era simplemente un virgen. Pero su boca fue tapada por tu dedo índice. Dejándolo ahí con delicadeza, mientras solo seguías hablando y soltandote para él.
—Y también pensaba… —dijiste mirando hacia el techo por un momento, tratando de coordinar las palabras adecuadas. —Mierda, de tan solo verlo caminar por los pasillos de la escuela o haciendo el ridículo en las mesas del comedor, dejándose llamar monstruo o freaky. —dijiste poniendo tu mano en su hombro. Bajando lentamente aquella por su brazo, y su chaqueta de cuero negra. —Se que detrás de todo eso, Eddie folla como la mierda. Eddie podría follarme hasta que me deje sin aire, dejando que toque mis tetas y pellizque cada parte sensible de mi cuerpo.
El estaba realmente boquiabierto frente a ti, sus manos ya se encontraban a lo largo de tu cintura, mientras sus cuerpos ya estaban juntos luego de tanto espero.
—Tampoco soy taaan raro, princesa. –dijo mirándote una vez más a los ojos, logrando callarte ante su repentino movimiento de sus manos en tu cintura. —No trato de justificarme, pero podría follarte ahora mismo. Solo que no lo haré, no teniendo al niño en la otra habitación. —chasqueó la lengua en su paladar, separandote de él.
—Tampoco pretendía follar contigo, Munson. No ahora. —dijiste sin más, suavizando el aire cortado entre los dos. —Solo escucha y luego agradece, ¿Bien?
El no entendía muy bien a lo que ibas, pero cuando tus manos fueron doblando la camiseta sucia, dejando ver parte de tus muslos y tus bragas, ya lo estaba entendiendo. Mirando detenidamente, hasta que te quitaste la camiseta. Quedando prácticamente desnuda frente a él.
—Solo te doy el permiso de hacer lo que te plazca con mis tetas. —dijiste agradable. Tratando de suavizar el rostro de Eddie, sabiendo que era la primera vez que tenía unas tetas a centímetros de él y no en revista. —No son de vidrio Munson. —agarraste sus manos y las colocaste en tus tetas. —¿Son grandes, no? Y el par para tus manos, encajan perfectas en ellas.
Todo este movimiento te estaba mareando, tanto así que no sabías que llegarías estando a horcajadas en el regazo y dura entrepierna del amigo sexy y raro de tu hermano. Y te estaba gustando, demasiado.
Sus manos se encontraban en tus tetas, tocando una con dureza mientras la otra estaba en su boca tibia. Su lengua hacía círculos entre tú pezón erecto, mordiendo y succionando con dureza, chupando y apretando todo lo que esté en su mano.
Eddie estaba extasiado, realmente duro debajo de ti. Porque nunca había tenido un par de tetas grandes en su boca, y mucho menos pensar en que serían las de (Tn) Henderson.
Gemías y te movías contra su dura erección, empujando contra él, tratando de calmar toda impaciencia por querer que te follara, mientras gemías y seguía jugando con tus tetas.
—El par perfecto. —dijo eddie. —Que hermosa eres.
Estabas sonrojada, por las palabras de Eddie y la creciente humedad entre tus bragas.
Una de sus manos fue hasta tu centro. Dando pequeños círculos en tu clítoris mientras todavía seguía chupando tus tetas, una por una.
—Solo estoy jugando con tus tetas y ya estas empapada. —dijo cerca de tus labios. Comiéndote a ti y a tus gemidos.
—Juro que si sigues hablando, tendrás que follarme aquí y ahora.
Una vez más unieron sus labios, besándose con tanta desesperación, uniendo sus lenguas una con la otra y comiéndose como si fuera la última vez que lo hicieran. Sus dedos fueron otra vez a tus tetas, agarrando de tus pezones y tirando con fiereza, haciéndote largar un sucio y grave gemido que seguía ahogado con el beso.
—Debemos parar (Tn).
—Creo lo mismo. —dijiste por última vez, dándole un beso largo y obsceno a Eddie antes de bajarte de su regazo.
Podías ver a Eddie desesperado, sentado frente a ti con su dura polla parada en sus pantalones, que podrías creer que hasta dolía.
—De tan solo saber que un par de tetas te dejarían así de duro, te las hubiera mostrado hace tiempo. —dijiste tomando tu camiseta del piso y dándole un rápido beso en los labios.
—Es lo que tu provocas en mi. Tu y tus tetas. —sonrió apenado, aunque no del todo. Se puso de pie, tocando su dura polla y tratando de calmarse para que no siguiera doliendo.
Te encontrabas realmente cachonda frente a él, y no podías hacer nada ya.
La puerta sonó del otro lado. Dustin se encontraba golpeando con frenesí al pensar en que su amigo se había ido.
Te pusiste rápidamente la camiseta aún húmeda y tomaste también una toalla, dandosela a Eddie.
Dustin abrió la puerta.
—Oh. Aquí estabas. —dijo mirando a Eddie, sonriendo, y por un momento olvidando que estaba en tu habitación, contigo. —Con mi hermana. En su habitación. ¿Qué mier-…
—¡Agh, Dustin, no! Que idiota pervertido eres. —dijiste tirando los ojos hacia atrás, tratando de que Dustin no se diera cuenta de que su amigo y tu estuvieron juntos por varios largos minutos. —Tu amigo solo quiso ayudar. ¡Si alguien no entrara a las apuradas y corriera como si fuera el puto fin del mundo, no hubiera tirando la bebida encima de mí! —dijiste furiosa.
—¡Lo siento! ¡Fue de máxima urgencia! —dijo tirando de Eddie, que no entendía lo que pasaba, o solo se hacía; hacia él. Salieron, yendose de tu habitación hasta bajar las escaleras.
—¡Y la próxima vez que traigas visitas, solo no olvides que ando casi desnuda por la casa. La próxima vez juro que te ahorcó con mis propias manos! —finalmente cerraste tu puerta de un portazo.
Estabas totalmente en un viaje, podías sentir las manos de Eddie viajando por tu cuerpo. Y sabías que esta no sería la primera y última vez.
Para Eddie, que se encontraba con su amigo hablando de c&d, por primera vez su cabeza estaba pensando en nada más que en ti.
—¿Pasa algo amigo? —dijo Dustin.
—No, no. Todo está bien. Sigue hablando.
Ya no pensaba en querer matar a Dustin, después de todo./////
estuve re desaparecida, pero acá hay un nuevo capítulo, que ya lo tenía escrito hace mucho tiempo<3
decidí manejarme distinto esta vez, por lo que luego de cada capítulo, habrá un imagina también. y así sucesivamente:p
AVISO: el próximo capitulo no será un imagina.
baiii.
——Agus.
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|| 𝖉𝖊𝖌𝖗𝖆𝖉𝖆𝖙𝖎𝖔𝖓 || 𝚎𝚍𝚍𝚒𝚎 𝚖𝚞𝚗𝚜𝚘𝚗.
Fanfictionlas malditas y calientes manos de eddie munson se podrían usar como un perfecto collar venoso y apretado, definitivamente. ver para creer; ; @soyrezorra ; Mier. 6 de Julio, 01:50am ; contenido sexual y sumamente explícito.