El poder del sacrificio humano. | 𝗦𝗵𝗶𝘀𝘂𝗡𝗮𝗿𝘂 |

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Título: Finales, Examen Chunin.

Naruto y Shisui decidieron que era mejor para él quedarse en su casa hasta que terminaran los exámenes de Chunin, y luego Naruto traería al Tercero para mostrarle la situación. Siempre tuvo debilidad por ella, así que no protestaría mucho mientras ella se ofreciera a ayudarlo con el papeleo.

La rubia tenía puesta una nueva ropa de combate. Fácil de mover en combate con un Hyuga. Porque si este Neji podía vencer a Hinata, era jodidamente bueno. Era un error común entre los novatos pensar que Hinata era débil. Pero Naruto siempre lo había sabido. Hinata fue amable. Incluso algo débilmente dispuesto. Pero... No débil. Simplemente nunca quiso lastimar a nadie, ni siquiera a las personas que la trataban como una mancha en la tierra.

Pero, a juzgar por el tono de Hinata, Neji la había golpeado como si fueran extraños.

Y eso fue vergonzoso. Si había algo que Naruto atesoraba, era la familia y los lazos creados con la familia.

Naruto le mostraría.

Hyuuga prodigio su culo.

La rubia estaba vestida con una blusa naranja coral con hombros descubiertos sobre un cuello de tortuga sin mangas de malla, una falda de vendaje blanca con rayas negras y botas ninja negras hasta los muslos y con punta abierta.

"Oooh~ ¿Te estás arreglando para mí?" bromeó Shisui, saliendo del baño con el cabello mojado, el pecho desnudo y en un par de boxers azul oscuro debajo de los pantalones deportivos negros que colgaban bajo sus caderas.

Naruto se sonrojó furiosamente.

"Son ropa de combate". Ella enfatizó.

Shisui sonrió.

"Te ves caliente". Guiñó un ojo.

Naruto balbuceó.

Recién volvió a la vida y todavía no sabía cuándo dejarlo.

Naruto volvió en sí, viendo su sonrisa de Uchiha, y detrás de su flequillo, ella sonrió.

'Dios, lo extrañé tanto...'

"Vuelvo enseguida." Ella dijo, entonces, frunciendo el ceño ligeramente. "Y no..."

"No voy a ir a ningún lado bebé. Estaré aquí". Shisui aseguró.

El corazón de la rubia se hinchó de calidez.

"Está bien", Naruto sonrió con cariño de nuevo. "Me voy, Shisui. Hasta luego".

Se despidió con la mano, dándose la vuelta, solo para chillar de miedo cuando se encontró cara a cara con el Uchiha.

"¡Shisui!" Naruto graznó, golpeándolo indignado en el pecho. "¡No shunshin en la casa!"

"Olvidaste algo, Naruto-chan". Shisui dijo inocentemente.

"¿En realidad...?" Confundida, la rubia se miró a sí misma.

No. Su bolsa de kunai estaba atada a su pierna izquierda y su bolsa de shuriken alrededor de sus caderas... Todavía tenía el tanto de Shisui atado a su espalda y asumió que Sasuke estaba en posesión de su katana.

Recordaba haberlo tenido antes de los preliminares, y sabía que el genin más joven la había visitado al menos una vez en el hospital. Siempre le había gustado su espada, y el rubio sabía que aprovecharía cualquier oportunidad para poner sus manos sobre ella. Pero, no había forma de que Shisui pudiera estar hablando de eso. Entonces, ¿qué fue?

La rubia miró a un travieso ojo de medianoche, desconcertada.

"¿Qué me estoy perdiendo?"

"No puedes irte sin despedirme como es debido". El Uchiha hizo un puchero.