Capítulo n°2

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Jonh se volvió a acomodar en el sofá en el que entaba reposando, pero Justin, su hijo, se para frente a él.
-Papá, necesito hablar contigo.- Dijo el chico poniéndose serio, pero podían notarsele los nervios.
-¿Qué pasa, hijo?
-Bueno, como sabes, ya tengo 15 años, el mes que viene cumpliré 16- El joven miró a su padre y frunció el ceño -... Así que quiero comenzar a trabajar.
Jonh suspiró aliviado.
-Creí que era algo más importante.
-¡Papá, esto es importante!- Justin se sentó al lado de su padre en el sofá en el que el mayor estaba acostado -. Estamos hablando de mi futura independencia. Yo quiero, quiero tener mi dinero, sentirme bien y util al saber que gasto lo que yo gano.
-Pero no necesitas trabajar, quiero decir, yo te mantengo. Aún eres muy joven- El padre se sentó y quedaron los dos frente a frente -. Disfruta con tus amigos; sal, diviertete, conoce chicas. Se libre, niño.
Jonh se levantó del sofá y se encaminó a la cocina con Justin siguiéndole.
-Pero... sabes perfectamente que no tengo amigos.- La mirada de Justin se entristeció.
Era cierto. Desde que Justin había confesado que era gay en su instituto, todos los chicos y chicas se le alejaban o lo trataban mal. No era raro que Jonh tuviera que ir a la escuela de vez en cuando a amenazar a unos cuantos chicos, porque su hijo, su única adoración, llegaba a su casa todo golpeado, pero de todas formas seguían golpeando al chico.
-... Y no sé por qué dices lo de las chicas, tú sabes mejor que nadie mis preferencias...
Jonh suspiró. Obviamente sabía qie su hijo era homosexual, y no le molestaba, si el chico era feliz, él sería feliz.
-Ok, pero te acompañaré a tu primera entrevista de trabajo, Y NO PUEDES DESCUIDAR LA ESCUELA.
El profesor de literatura pudo ver perfectamente cómo verdes se iluminaban con ese brillo que lo hacía sentir tan bien. Jonh amaba a su hijo, de eso no cabía duda, era lo único que no dejaría que NADIE tocara JAMÁS, sin importarle las consecuencias.
-¡GRACIAS!- Justin saltó a a abrazar a su padre.
Ambos cenaron lo que Justin cocinó y luego se dirigieron cada uno a sus respectivas habitaciones.
Pero había algo que no dejaba dormir al profesor, en realidad alguien. Esos grandes y brillante ojos de color caramelo no salían de su cabeza. McKenly en verdad tenía unos muy hermosos ojos, y un hermoso cabello también, se podía ver, sin siquiera tocarlo, que era suave y sedoso. Al igual que esa blanca y hermosa piel. Rayos, el chico era simplemente hermano, y despedía un aroma tan pero tan dulce, el dulce que a Jonh le gustaba. Aunque nunca había olido una fragancia similar.
-¿Podrá ser su aroma natural? - Se preguntó mientras caía en su cama doble, con un brazo en la frente y el otro en su estómago.
Se giró sobre sí y quedó de costado mirando una linda ventana, y bastante grande también. La cara de decepción del chico al oír que quedaría perfecto en la Universidad Central llegó a su mente. El chico no podía pagar la Universidad, pero seguro conseguiría una muy buena beca... Aunque era una lástima, el joven tenía muy buen potencial para sólo estar en una universidad media... McKenly debía estar en la mejor.
-Y yo conseguiré que vaya a la mejor...
Jonh pensó un poco más, y el rico aroma que emanaba el pelirrojo lo hizo pensar algo muy cierto.
-... Pero todo tiene su precio- Una sonrisa llena de lujuria invadió su cansado rostro -. Y yo ya sé lo que quiero.
Jonh durmió perfectamente con la linda imagen de la sonrisa del chico de ojos caramelo.

-Mamá- Llamó una voz algo fina desde la puerta de entrada -, hoy voy a llegar un poco más tarde. Hay un evento en el restaurante y tengo que ir a limpiar.
-De acuerdo, Sora. Le avisaré a tu padre.- Le informó la mujer desde la cocina.
-Adiós.
Ya había pasado una semana desde que el profesor de literatura le había entregado "su perfecto 10", desde ese miércoles no se habían vuelto a ver.
-Buenos días, alumnos.- Saludó Jonh mientras dejaba su maletín en su escritorio.
Estaban en otoño, no hacía nada de calor, así que todos estaban abrigados mínimamente ya que el aula tenía calefacción.
Sora había estado leyendo hasta que el profesor entró. Carla había faltado ese día. Ella y Sora habían estado hablando por texto la noche anterior, y Carla le había comentado que tenía fiebre y faltaría ese día. Si bien le gustaba la paz de no estar escuchando los comentarios tontos de Carla con respecto a su profesor, la extrañaba, era aburrido estar solo.
Algunos alumnos de la clase sabíao de orientación sexual, por no decir todos, y una que otra vez lo molestaban. Pero, para beneficio de Sora, él y el chico con más influencia de la clase eran amigos fuera de la escuela, y dentro de la biblioteca. Casi siempre se encontraban en la biblioteca del pueblo y se pasaban el día charlando y leyendo, ya hasta tenían una relación de amistad. Pero a Sora le molestaba un poco tener que ocultar su amistad, ya que Luke no quería que sus amigos se enteraran que les gustaban ese tipo de cosas. El chico de cabello negro le había confesado un par de veces que le tenía un gran respeto a Sora por su valentía de contar lo de su homosexualidad, así que cuando veía que moletsabana Sora, o lo acosaban, Luke lo defendía.
Durante la clase de literatura Sora había notado que su profesor lo veía algo extraño. Más de cinco veces el hombre se le había quedando mirando por minutos enteros con una sonrisa de suficiencia en el rostro.

-McKenly, no se vaya, por favor.
Las clases habían terminado y Sora estaba por irse directo al baño.
-¿Qué sucede profesor?
-Estuve dándole muchas vueltas a su asunto...
-¿Mi... asunto?
-Sí- Jonh miró al chico con una sonrisa -¿Sabe?, tengo muchas influencias en la Universidad Central- Sora abrió sus ojos con curiosidad, Jonh lo notó y sonrió aún más, mostrando sus blancos dientes -. Si yo lo recomiendo es más que seguro que le darán la beca - El profesor se levantò de su asiento y comenzó a guardar sus cosas en su maletín -. Yo no estaría haciendo nada más que dirigir su atención a usted.
-¿Profesor... en verdad puede usted hacer eso?- Los hermosos orbes caramelo de Sora tenían un hermoso y encantador brillo.
-Claro...- Jonh volvió su mirada hacia Sora -. Pero, como debe saber, joven McKenly, todo tiene su precio.
Sora miró a su profesor con asombro.
-Cla...claro, lo que sea.
"Perfecto", pensó Jonh.
-Ya sé lo que quiero a cambio.- Comentó el mayor mientras se acercaba a la puerta del aula y la cerraba con llave.
Sora tragó saliva.
-¿Y qué es?
Jonh se puso frente a Sora y lo miró de arriba abajo. Acarició su brazo derecho muy suavemente, rosando su piel, suave como imaginaba, con la yema de sus dedos y miró directo a sus ojos.
-Quiero...
Entonces lo tomó de sorpresivamente de la cintura con fuerza, pegando sus cuerpos. Los ojos de Sora no podían estar más abiertos, mientras que sus manos estaban, una en el hombro izquierdo del mayor y la otra en el brazo que le rodeaba la cintura.
-Te quiero a ti, Sora.

NOTA: Okay... Primero que nada me gustaría saber si hay alguien leyendo. Y después, que me digan si lo tengo que continuar a no, me parece un poco tonto seguirlo si nadie lo lee T.T
Ah y le quiero dedicar éste cap. a mi amiga virtual Mónica Juárez (MONI!!! Tampoco cómo rayos hacer para etiquetarte). Si estás leyendo, ¡GRACIAS POR DECIRME QUE TE GUSTA EL FIC!
GRACIAS POR LEER A LOS QUE LEEN, Y SI LES GUSTA EL FIC, AL MENOS COMENTEN ¡POR FAVOR! T.T

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