El Wei Correcto

Parte 2: 3- Los Recién Casados Salen de Compras

Resumen:

Los recién casados ​​disfrutan de una cabaña junto al mar.

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El corazón de Wei Ying se detiene, el pánico le roba el aliento mientras busca a ciegas lo que perdió, mientras la adrenalina comienza a correr por sus venas, extiende sus brazos para buscar, encontrando solo espacio vacío. Atrapado en el hueco entre el sueño y la vigilia, se da la vuelta para seguir buscando, sin saber qué es lo que espera agarrar, pero con la certeza de que no puede vivir sin eso. De repente, cae, sus dedos se cierran en torno al aire vacío mientras se esfuerza, hasta que finalmente aterriza con un golpe, encogiéndose sobre sí mismo al caer al suelo.

Lan Zhan está meditando en la cubierta, disfrutando de la brisa antes de que salga el sol y del sonido de las olas, ajeno a su mente. Dejó la puerta abierta para poder oír a su esposo cuando se despertara, pero en su lugar lo sobresalta un golpe acompañado de un jadeo. Encuentra a Wei Ying en el suelo junto a su cama, acurrucado en sí mismo como puede, con los ojos aturdidos apenas abiertos. Hace días que no tiene una pesadilla, por suerte parece que no llegó a la mesita de noche. Recogiendo a su esposo desnudo en sus brazos, Lan Zhan se acomoda de nuevo en la cama y envuelve a Wei Ying con las mantas. Sospechando que las palabras se perderán para su esposo en su estado actual, recurre a su método preferido de comunicación, pasa a la acción. Besa suavemente a su compañero, ahora tembloroso, y lo envuelve más estrechamente entre sus brazos, continuando los besos hasta que Wei Ying comienza a responder.

El primer pensamiento coherente de Wei Ying es aferrarse con fuerza a la persona que lo abraza, encontró lo que había perdido, los temblores que sacudían su cuerpo comienzan a disminuir. No tarda en darse cuenta de que su esposo lo está besando, está donde debe estar, en los brazos de Lan Zhan. Una oleada de gratitud se apodera de él y lo impulsa a rodear el cuello de su esposo con los brazos, murmurando su aprobación cuando sus manos agarran su trasero para mantenerlo en su posición, a horcajadas sobre Lan Zhan. Sin querer descuidar a su pareja, Wei Ying centra toda su atención en devolverle los besos mientras sus manos desgarran ciegamente, con frustración, la ropa que impide su acceso a la carne de su esposo.

Lan Zhan se apiada de Wei Ying, lo hace rodar sobre el colchón y se quita rápidamente la ropa antes de volver a tomar como rehén a su esposo simplemente tumbándose encima de él. Wei Ying no pierde el tiempo y continúa atacando los labios rosados, ahora hinchados, de Lan Zhan, envolviendo con sus piernas a su captor en el proceso. Como les ocurre a ellos, una cosa lleva a la otra, hasta que acurrucan sus cuerpos exhaustos el uno contra el otro a pesar de su estado pegajoso.

Algo más despierto, Wei Ying pega su cuerpo lo más posible al de Lan Zhan, susurrando: "Tuve una pesadilla, no podía encontrar lo que había perdido y entonces me estaba cayendo", cubre de besos las partes de su esposo que puede alcanzar, "no puedes dejarme nunca, no puedo respirar sin ti".

"Nunca te dejaré, eres mi hogar", lo mira a los ojos para asegurarse de que lo escucha, "¿ducha o baño?"

Wei Ying suelta una risita mientras se preparan para el día, "empiezo a entender por qué hay tantos juegos de sábanas limpias en el armario".

"Sí", Lan Zhan, siempre un excelente alumno, empieza a organizar los libros que marcaron con notas adhesivas, preparándose para perfilar su enfoque para dominar el tema en los próximos días.

Wey Ying mira con cariño la expresión seria de su esposo mientras considera sus materiales, preguntándose una vez más qué hizo para merecer un compañero de vida así. Situándose en el regazo de Lan Zhan, Wei Ying comparte: "Menos mal que tenemos tu enfoque organizado para abordar nuestra vida sexual, yo podría ser más social, pero esto me pone muy nervioso, la poca concentración que puedo manejar se pierde. ¿Por dónde crees que deberíamos empezar?"