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—La empresa esta medio complicada últimamente, creo que podrás entender. —Dijo el hombre mientras se sentaba y aceptaba el té de las manos de su mujer.

—Sí, no te preocupes. — Le respondió mientras se sentaba junto a él y lo escuchaba atentamente.

—Realmente necesito que en la fiesta consigamos buenos inversores para el próximo proyecto y salir adelante. — Aceptó el hombre con pesar.

—Tranquilo, ellos entenderán. —

—Espero, Cómo te fue a tí?— Le preguntó con preocupación, la notaba cansada hoy, tal vez no debería dejarle tanto trabajo.

—A-— El sonido de la puerta la interrumpió y ambos se giraron a ver.

—Hola familia. — Llegó megumi con unas gafas de sol y que saco de no se donde y una inexplicable apariencia como nueva.

—Meg! Donde estuviste? — Pregunto su madre preocupada.

— Quería estar un poco solo, lo siento. —Se disculpó mientras entraba y cerraba la puerta detrás de él.

—Esta bien pero para la próxima avisanos si te vas. —Dijo el padre.

—No mamen, ya tengo 20.—Susurro con el ceño fruncido.

—Qué?—

—Que por supuestisimo que sí.—

—Apropocito, a la hora de la cena les tenemos que contar algo. —

—Mamá esta embarazada otra vez? Me suicidó si nace. —No quería tener que hacerse cargo de un minion que ni era su hermano real.

—No hagas esas bromas pendejo! Y no, no estoy embarazada. — Gruño con enojo.

—Es otra cosa, así que más les vale que vengan. — Advirtió el padre.

—Bien.—

Dijo yendo a su habitación.

Al llegar se recosto y durmió toda la tarde.

_A la hora de la cena_

Lo despertó el sonido de la puerta y una voz femenina jóven.

—Meg, nos llaman para la cena. —Le dijo su hermana.

—Ya vooy. — Se levantó y fue con ella a abajo.

Sus padres los estaban esperando sentados en la mesa.

—Sientence, chicos. — Les dijo su padre.

—Coman, su padre se esforzó en cocinar.— Dijo su madre al ver que no comían y directamente esperaban a que les dijeran lo que les tenían que decir.

Megumi lo probó y se deleitó con las delicias que hacia su papá.

—Esta delicioso, papá!—

—No me álabes tanto, niño. — Aunque dijo eso sus mejillas se sonrojaron un poco.

—Meg tiene razón, todo lo que haces es delicioso. —

—Basta, no ven que su padre se pone timido?—

—Ja ja, papá, te avergüenzas muy fácil. — Respondió Nobara riendo.

—Bueno, lo que les queriamos decir es que la empresa esta pasando por un momento complicado así que no podremos darles tantos lujos como antes, y espero que puedan entenderlo.— Cambió de tema su padre mientras comía los vegetales de su plato.

—Por mi esta bien, tranquilo papá. Aunque extrañare ir de compras. — Respondió la pelinaranja.

—Por mi también, excepto por lo de las compras. —

—También está el hecho de que en unos días habra una fiesta muy importante y ahí es donde iremos para conseguir más inversores.— Agregó su padre.

—Ok— Aceptaron ambos.

Después de eso todo fue normal y se despidieron, y tal vez por todo lo que estaba pasando en cuanto volvió a tocar la cama se durmió de nuevo.