Extra 8

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Amor de perros decía mi tía cuando nos veía a mi hermanita y a mi discutir por el amor de mi pequeña lobita quien hace días atrás había cumplidos dos años, decía que ambos nos transformábamos en pulgosos malcriados e inmaduros lo cual no me molestaba en ningún sentido. 

Mi lobita era una dulzura tal cual a su papi Junie con una energía desmedida, iluminaba el cuarto en menos de un segundo haciéndose amar. Mi ternurita de princesa disfrutaba de la compañía de su tía, se adoraban mutuamente buscando el calor ajeno. Me encantaba admirar la hermosa relación que crearon mis otras dos personitas favoritas.

Pero nunca pensé que lo peor podía pasar.

Mi hermanita había tenido un accidente. No había control sobre mi, no había calma ni tampoco para mí lobo, ambos estábamos en un intenso volcán que nos consumía de apoco, la intranquilidad y furia por saber que fue lo que sucedió hervía mi sangre. Mi papi Minnie trató de calmarme mediante la llamada aún cuando sabía perfectamente que él se encontraba peor que yo. Respiré y exhalé sabiendo que a mí costado izquierdo mi familia el bello cuadro de mi familia me sonreía con dolor e intentando aligerar mi estado emocional, logrando cambiarlo un poco.

Horas después me enteré al estar junto con mis padres en el hospital que un conductor bajo los efectos del alcohol perdió la conciencia mientras conducía perdiendo el sentido por un segundo y el control de su coche llegando hasta la acera dónde mi pequeña hermana esperaba sentada en una banca a que mi padre le comprará su helado. 

Tuve tanta rabia acumulada al oír el relato que comencé a destruir lo primero que encontré en mi camino, la ira desembocó toda mi estabilidad, un pozo infernal crecía en mi cuerpo hundiéndome en ese fuego insoportable. Fui sostenido por mi Omega quien fue llamado porque nada hacia que me calme, otra de las personas que más me calmaba era mi papi Min pero él en ese momento cuidaba de mi hermana porque era la única persona que podían estar. Los brazos de mi Omega me atrajeron hasta su pecho soltando un flujo de feromonas. Mi respiración poco a poco iba volviendo a la normalidad y el llanto se quedó por mucho tiempo luego de eso.

Mi pequeñita estuvo en grave estado, hubo días buenos y días malos, pero gracias a la diosa Luna que me dejó admirar esa sonrisa tan preciosa que hizo latir mi corazón de nuevo. Ella solo decía "kyun kyun kyun" con sus ojitos glaseados y mi corazón queriendo salir de mi pecho, mis lágrimas mancharon mi rostro por horas ese día. Mi linda hermanita de casi seis años.

Pequeña bribona y descarada me regañaste porque un pajarito te contó que hice cosas malas señalándome con tu dedo índice. Mocosa te dije y tú me dijiste alfa estúpido. Reímos de nuestro intento de pelea. Te amo mi pequeña bribona.

Tu sobrina te nombraba y te sonreía recibiéndote con besos babosos, tiradas de cabello con sus manitas y ruidos alegres.

Dos años donde pasaron decenas de cosas donde vive diferentes situaciones. Dos años donde se ponían en complot con mi hermana para hacerme travesuras. Papi Junie reía a carcajadas.

Amo verlo sonreír por eso lo he llenado de besos y cuando tu dormías papi y yo practicábamos posiciones y como crear miles de bebés más.

Hyeongjun ha sido más que mi complemento, más que mi otra mitad, más que mi Omega, ha sido mi mejor amigo, mi luz en mi tormento oscuro, mi arcoíris iluminando con su personalidad y su sonrisa y con todo esa energía sin fin en ese cuerpo esbelto que me enviaba corrientes de felicidad, mi hermoso huracán de alegría. 

Es el sol de mi luna, es la estrella de mi cielo. Lo es todo para mí. Ahora entiendo lo que significa el amor verdadero, ahora entiendo la mirada llena de brillo que mi padre le da a mi papá. Ahora entiendo lo que es sentirse completo por una sola persona. Mi amor por mi bello Omega es algo que jamás podría cambiar ni más allá de la eternidad. 

Nuestro futuro cachorro - Hyunghyuk Donde viven las historias. Descúbrelo ahora