Capitulo 8

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Desde que descubrieron que los padres de Carla habían venido de visita a Londres, el castaño se estaba sintiendo muy intranquilo. Sabía que de cierta manera Carla seguía en contacto con ellos y llegaba la hora de encontrarse con ellos.

-Samuel, cálmate.

Samuel caminaba por esa habitación sin poder calmarse, todas las cosas posibles pasaban por su mente.

- ¿Por qué aceptaste esa invitación?

-Son mis padres.

- ¿Y les dijiste que estamos juntos?

Carla bufa frustrada, no entendía por qué Samuel estaba tan nervioso.

-Es una simple cena, ¿no?

-Supongo.

Carla se levanta del sofá caminando hacia él, rodeaba manos sobre su cuello y besándolo en labios.

- ¿Eso significa que vas a asistir la cena?

-Déjame decirte que con tus tácticas de seducción no vas a lograr a convencerme.

- ¿Seguro?

-Sí.

- ¿Esa es tu respuesta?

-Si – responde

Carla quitaba su vestido quedando en ropa interior, lo que provocaba al castaño de inmediato.

- ¿Y ahora qué?

-No vas a lograrlo, ya te lo dije.

-Qué pena, entonces me voy a la cama.

Carla pasa por su lado y de repente Samuel le toma por la cintura.

-Pero yo si podría lograrlo – susurra el castaño

- ¿Qué?

Samuel quita su camiseta y pantalones quedando en el bóxer, sonriéndole.

-Ahora estamos a mano, ¿no?

Carla salta sobre él rodeando piernas sobre su cintura mientras seguía hipnotizada por cada beso del castaño, no podía alejarse de él.

La rubia tenía necesidad de mostrarle que es solamente suyo, ahora y siempre.

Los dos caminaban hacia la habitación donde Samuel la veía acostarse sobre la cama, se inclina hacia ella besando sus labios mientras trataba tocar cada rincón del cuerpo de la rubia.

-Eres solamente mío, ¿verdad? – susurra en oído de Samuel tras besar ese lugar

-Solamente tuyo – susurra él y la besa de nuevo de manera hambrienta

Samuel termina de desnudarla y quitarse el bóxer, no había ni tiempo ni el lugar, así lo era siempre... y esta vez también.

Ella vuelve rodear piernas sobre su cintura, dejándolo entrar en ella por completo, entraba poco a poco mientras los dos gemían.

Nieve en Londres - Short StoryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora