Capítulo 1

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—Ya wele a feria—dijo Fernando.
—Fernando, la feria es en agosto—le contestó Nadia.
—Po mu bien—respondió él—. Illo, en la caseta del ayuntamiento van a poner copas gratis.
—Tu ziempre penzando en beber, eh Loli—dijo Álvaro.
—Onvreee—dijo Fernando encendiendose un cigarro.
—Illo, ¿el Adrián cuando va a venir?—preguntó Laura—Siempre decís que yo llego tarde, pero del Adri no decís nada.
—Illo si ya ve—dijo Álvaro.
—Álvaro, hijo, es que tú a veces ni llegas—dije.
—Illo no hombre eso es mentira. Yo siempre llego. Aunque sea tarde.

Laura marcó el número de Adrián en su teléfono, el cual no tenía mucha batería. Dejó caer el móvil en el sofá cuando saltó el contestador.

—¿Pero él dijo que venía?—pregunté.
—Si—me respondió Nadia—, habló ayer por el grupo.
—Illo po si no viene me quedo con su regalo del amigo invisible este—bromeó (espero) Fernando.
—¿Y si salimos a buscarle?—propuso Laura.
—No sé, es que a lo mejor está al caer—contestó Nadia.
—Po yo ya me he cansao de esperar—dijo Fernando.

Tras unos minutos de negociación fallida con Fernando explicándole que era mejor esperar a Adrián en casa de Laura, salimos todos en camino a buscarle.
Cuando llegamos a su casa, tocamos el timbre. Nos recibió su perra, Nia, y su madre.

—Hola—empezó diciendo Laura—, hemos venido a buscar a Adrián.

La expresión de la madre de Adrián cambió drásticamente.

—Adrián salió hacia tu casa hace dos horas. ¿No está con vosotros?—preguntó preocupada.
—No...—respondió Laura—Pero bueno, vamos a ir a buscarle. Seguro que no ha ido muy lejos.

La madre de Adrián volvió dentro de casa. Hicimos el camino de vuelta a casa de Laura mientras Fernando repetía que estaba cansado. Una vez en casa de Laura, nos dividimos en grupos de dos: Álvaro y Fernando, Nadia y Anastasiia, Laura y yo.

—Illo, tomad esto—dijo Laura repartiendo unos walkie talkies a cada pareja.
—Illo to guapo—dije.
—Ya ve—respondió.
—Por la puta cara ¿De dónde has sacado esto?—preguntó Nadia.
—Po no je. Son de mi padre—dijo Laura riéndose.
—Illo, el Adrián ha desaparecido y nosotros nos estamos partiendo el culo, abe—dije.

Álvaro y Fernando miraron por el instituto, Nadia y Anastasiia fueron al centro y Laura y yo le buscamos cerca de casa de Laura. Laura le llamó otra vez, desesperada, pero esta vez el teléfono se descolgó.

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