Me preguntó cómo era que sabía cómo se llamaba. Le señalé, con timidez, el nombre que aparecía desprolijamente tejido en su mochila. Chocó una mano contra su frente y sonrió apenas, avergonzado. En voz baja, se disculpó por actuar como un tonto.
V.
Me preguntó cómo era que sabía cómo se llamaba. Le señalé, con timidez, el nombre que aparecía desprolijamente tejido en su mochila. Chocó una mano contra su frente y sonrió apenas, avergonzado. En voz baja, se disculpó por actuar como un tonto.