"¡MIRA, PRINCESA! EL ATARDECER ES HERMOSO"
UNA ADVERTENCIA
-Esto puede contener blasfemias, spoilers, sangre, angustia, sangre y gramática incorrecta.
No soy dueña de esta historia, es propiedad de Ken Wakui, tampoco me pertenece la historia o los o...
"Estás bien ahora, princesa". Izana habló en voz baja mientras trataba de calmar a su hermanita que lloraba.
Inari ya había estado llorando durante casi una hora. Sus brazos aún rodeaban con tanta fuerza el cuello de su hermano mayor, sin querer soltarlo, pensando que Izana podría dejarla de nuevo. La idea de vivir una vida
sin él hizo que su corazón se encogiera y se sintiera aterrorizada. Ella preferiría perder
todo antes que perder a su hermano mayor.
Izana dejó escapar un suspiro audible, sintiéndose herido de ver a Inari así, y levantó la mano para palmear la espalda de su hermana pequeña.
"Suéltame ahora, inari... Onii chan no te dejará otra vez".
"¡No!" Gritó la pequeña, mientras comenzaba a sacudir la cabeza continuamente y abrazarlo aún más fuerte. "No dejes a inari, onii chan".
Ella susurró junto con sus sollozos. Izana no sabía cómo calmar a Inari en este momento. Quería dormir ya para poder asesinar a los niños que la hicieron así. Ella nunca había llorado tanto antes y simplemente se calmaría si él le diera un abrazo y un beso en la frente, lo cual ya había hecho, pero nada de eso hizo que su hermanita se calmara.
Izana comenzó a entrar en pánico, pero luego recordó el libro de cuentos que le prestó a la mujer antes. Pensó que haría que Inari se sintiera feliz, ya que sabía que ella realmente ama cuando le lee un cuento. Izana miró alrededor de su cama que estaba sentado y vio el libro de cuentos colocado a su lado.
"Mira, princesa". Habló alegremente, agarró el libro y trató de mostrárselo a su hermanita "¡Un libro de cuentos!"
Inari dejó de llorar lentamente mientras giraba ligeramente la cabeza (aún abrazando el cuello de su hermano mayor) y vio el libro de cuentos sobre la princesa y el rey.
"¿Libro decuentos?" Ella preguntó con sollozos aún escapando de su boca.Izana dejó escapar un suspiro sintiendo alivio de que inari finalmente se calmara y formó una cálida sonrisa en su rostro. Aterrizó un suave beso en la mejilla regordeta de su hermana pequeña y asintió con la cabeza.
"Sí, libro de cuentos". Respondió dulcemente, mientras observaba a Inari soltarse lentamente de su cuello y girarse para mirar el libro correctamente. "¿Quieres que onii chan lo lea por ti?"
Una cálida sonrisa tiró de las comisuras de los labios de la niña mientras miraba a su hermano mayor y asentía emocionada con la cabeza. Ya había pasado un mes desde que Izana leyó libros para Inari, desde que Karen había tirado todos sus libros, diciendo que ya eran viejos y feos y que le compraría unos nuevos en su lugar. Sin embargo, la mujer solo hizo eso para poder deshacerse lentamente de sus cosas.
"Deja de llorar ahora, ¿de acuerdo?" cuestionó Izana mientras limpiaba suavemente las lágrimas de los ojos de su hermanita.
"De acuerdo."
El joven hizo que Inari se sentara correctamente en su regazo y abriera el libro de cuentos para comenzar a leerlo por ella. La voz de Izana era tan suave y dulce mientras leía la historia, con una sonrisa plasmada en su rostro. Unos minutos después, los ojos de la niña comenzaron a cerrarse, sintiéndose cansada por haber llorado tanto antes.
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