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⎯¡Que no es pa' tanto Súper! ⎯se quejaban en unisono el dúo dinamita.

Fue peor de lo que esperaban el castigo si es que le pillaban haciendo abuso de su poder.

Su sueldo había sido suspendido por dos meses, eso es mucho, y para gente que una estabilidad económica como la de Horacio y Gustabo, no es muy conveniente.

⎯¡A mí me parece perfecto! ¿Verdad Volkov? ⎯pidió ayuda a su mano derecha, el cual, obviamente iba a a estar de acuerdo con todo lo que dijese su superior.

⎯Que eso no vale, joputa', es su perro faldero, ¿De qué sirve preguntarle si- ⎯fue interrumpido por Gustabo, que tenía un mini plan.

Se levantó se su asiento, siendo el centro de atención, fue hasta el escritorio de Conway, se inclinó hacia él y, con una mirada de decisión, habló:

⎯Mire, Súper Intendente, no hicimos mal nuestro trabajo, de los 10 civiles que chequeamos, 7 eran delicuentes, ya sea de puta suerte haberlos encontrado o no, hicimos bien nuestro trabajo. ⎯tomó aire, miró a Volkov y siguió hablando, volviendo al pelinegro. ⎯Que Viktor Volkov se chive y venga a decir que somos unos abusadores de poder, me es indignante. Entonces, ¿Porqué no coopera en escuchar y llegamos a un acuerdo más coherente? ¿Le parece?⎯se canso de la actitud que siempre tienen con Horacio y él, muchos reconocen su trabajo pero no falta ese momento en que, apenas un desliz, que ni siquiera es un desliz, le tachan a ellos dos.

Una putada.

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