Prólogo

804 102 5
                                    

El ambiente era helado, dos viajeros y una hada jugaban con la nieve. Durante la prolongada estadía en Espina Dragón ya habían tenido tiempo suficiente para hacer varios muñecos de nieve con extravagantes decoraciones. Tenían formas y tamaños un tanto irregulares, pero a fin de cuenta, les dio entretenimiento por un buen rato.

Pero ahora el ambiente era más tenso, como si esperaran un disparo para que iniciara una cruenta guerra de la cual nadie querría ser partícipe. Un ser flotante y de pelo blanco como la luna desapareció no sin antes decir.

—¡Guerra!

El asedio dio paso adelante, las fortalezas (que consistían en una mediana pared de nieve no muy gruesa) fueron bombardeadas por bolas de nieve.

Tras los primeros minutos del intercambio, Izuku notó que repentinamente los ataques por parte de su contrincante cesaron. Para cuando alzó la vista por la pared de nieve, se dio cuenta que en el cielo su derrota ya estaba escrita.

—¡Lumine, no! —alcanzó a gritar antes de que una lluvia de nieve cayera sobre él.

El dominio que ella presentaba sobre el elemento Anemo para poder transportar mediante su manipulación cada vez lo sorprendía más.

Sin embargo, la risa de Lumine duró muy poco.

Tarde se dio cuenta que la zona es donde estaba Izuku estaba muy al borde, la gruesa capa de nieve cedió. Una avalancha había iniciado.

Toneladas de nieve empezaron a caer a toda velocidad. La chica rápidamente intentó saltar para ir por él, pero justo antes de hacerlo, la tierra tembló bajo sus pies, cuando bajó la vista solo logró saltar para retroceder para contemplar como un Lawachurl salía de entre el espesor. Tras él, varios más se alzaron y se notaban furiosos. La siesta del medio día no se podía interrumpir sin antes recibir las consecuencias.

°°°°°°°

Cada golpe lo sintió hasta la médula, rebote tras rebote cada vez se acercaba más a una zona rocas sumamente afiladas. Si caía ahí, juraba que moriría antes de poder decir sus últimas palabras. Resentido por los golpes en su cabeza, solo logró concentrase lo suficiente para que, rompiéndose unos dedos, creo una corriente de aire lo suficientemente fuerte como para evitar por los pelos aquel fatídico destino.

Sin embargo, no pudo predecir que el nuevo camino que el azar había puesto, no le recibiría de tan grata manera.

Como una bala, atravesó la entrada de una cueva cuya entrada estaba una persona corriendo para entrar por los pelos. Mientras dejaba que el sueño se lo llevara, vio como un último rayo de luz del sol, entró. La nieve lo había encerrado, y para su fortuna no estaba solo.

—¡OE! —alguien corrió hacia él.

Tirado en el suelo y casi muerto, sentía una manos heladas que lo sacudían precipitadamente. Poco a poco cerraba los ojos. Un azul celeste relució en ellos, y finalmente quedó noqueado.

°°°°°°°

Una gota de agua helada se deslizó por los picos congelados que colgaban del techo de la cueva, cayó sobre su frente, obligándolo a abrir los ojos con negligencia. Soltó un suspiro y en él pudo ver directamente como el aire que salió de sus pulmones estaba igual de frígido que el ambiente.

—Por fin despiertas, ¿eh? —una voz dulce que ocultaba sus intenciones lo hizo levantarse inmediatamente.

Pasó saliva con mucha fuerza.

Había una bella chica de pelo blanco azulado, ojos tapados bajo un antifaz negro, vestimentas azules y derivaciones de este tanto más oscuras como claras. Una capucha puesta que la hacía parecer tener algún tipo de orejas exóticas. Con sutilidad dio paso tras paso hasta ponerse frente a él. Y repentinamente lo golpeó con fuerza en el estómago.

Izuku no reclamó en lo más mínimo, no hacía falta preguntar el porqué de ello. Los había condenado a la muerte. No es como si alguno de los dos pudiese abrirse paso a través de varias toneladas de nieve, a penas y pudo desviar su camino sacrificando tres dedos en el proceso.

—Lo siento... es solo que...

—Nos condujiste al final de nuestras vidas, no justifiques nada...

El chico bajó la cabeza, ella se giró y con un fugaz movimiento de manos encendió algo de leña que había en el suelo. Caminó hasta estar al otro lado de donde se encontraba el pecoso y se echó al piso. Bajó su capucha, dejando ver su pelo corto por completo, y con más claridad su piel de porcelana.

Las llamas que ardía con fulgor les dieron la calma de que no morirían de hipotermia.

Izuku guardó la calma, si bien estaba aturdido todavía, tenía que ser agradecido, su relación con los fatuis no era la mejor, y aún con eso, ella estuvo ahí, una megaflora pudo haberlo matado en el momento en que se lo encontró indefenso. No obstante, estaba al otro lado del fuego, viendo como la madera se carbonizaba en al aire. A partir de ahora la cuenta regresiva empezaba. Una maga cincin de cryo lo había protegido.

Afuera, la espada de Lumine relucía a luz de la luna tras la épica lucha.

El cielo marcó la hora. La noche ya había empezado...
















































Prólogo corto ya que lo potente se viene en el primer cap.

Por cierto, en el spoiler yo puse "hot" pero el auto corrector lo cambió y dejó "hoy" jsjsjs que creizi. Pero bueno, yo solo digo que tengo muchas ganas de escribir esta historia. Espero que la disfruten también.

Dejen su estrellita si les gustó. 

GottoCatch














































































Locura HeladaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora