🌥˖⋆ ໋ ₊ INVISIBLE STRING.
❛❛ You are a dangerous ㅤ collection of all my favourite
things: an old soul, ㅤ ㅤ a heart of gold
and hands that ㅤ ㅤ make my body sing...
Generalmente Do-Hyun era una de esas personas que rechazaban salir a beber luego de firmar tratos, en primer lugar porque no le gustaba el alcohol y en segundo lugar porque siempre se podía cometer una equivocación y hacer que los clientes se arrepintieran ¿qué tal si hacían una broma y no se reía? ¿o si decía alguna cosa fuera de lugar y lo hallaban molesto? No eran riesgos que se pudieran tomar cuando habías dedicado tanto esfuerzo. Sin embargo esta era una ocasión especial y no dudó en aceptar.
Él y su hermano habían trabajado muy duro para hacer crecer la empresa cinematográfica que habían heredado de su padre y, al fin, habían firmado el que esperaban sería el primero de muchos contratos internacionales para hacer películas en conjunto; grandes superproducciones binacionales que serían éxitos taquilleros. La cena había empezado muy bien, pero luego de una cerveza ya no tenía más ganas de beber y comenzó a aburrirse, observando a su alrededor el ambiente animado tan fuera de lugar como si fuese un payaso en medio de un museo. Cuando uno de los otros productores quiso ir al baño y los otros tres se distrajeron, aprovechó el momento para dar una excusa que ni siquiera escucharon y se escabulló fuera, ajustando el abrigo sobre sus hombros una vez el aire frío golpeó su cuerpo.
Ya prepararía una excusa convincente para el día siguiente.
Las calles de New York eran sucias en contraste con las de Seúl, sin embargo los jóvenes en Estados Unidos lucían más cómodos y libres, yendo de aquí a allá con aquellas efusivas muestras de cariño que ciertamente eran algo extrañas cuando crecías en un país donde éstas se dejaban para la intimidad. Mientras iba por los callejones bien iluminados en dirección a su edificio vio el puente a lo lejos y se acercó un poco, apreciando la vista que anteriormente debido a la cantidad de trabajo y reuniones no había podido disfrutar. Balanceándose ligeramente y con las manos enterradas en los cálidos bolsillos, dejó que la brisa fresca le acariciara las mejillas y lo despertara un poco del efecto relajante de haber bebido alcohol.
Sin embargo, cuando miró hacia otro punto del puente tras haber estado un rato mirando a las estrellas, notó algo extraño. O, más bien, a alguien. En otra ocasión tal vez no le habría dado importancia, siempre había personas en los puentes para apreciar la vista o para tomarse fotografías, pero aquel hombre se estaba moviendo y, antes de un tercer pestañeo, notó que no se estaba tomando una fotografía, sino que estaba subiendo a las barandillas del puente de una forma en que fácilmente podría caer. O que le permitiría saltar hacia abajo.
Soltando una cantidad indiscriminada de maldiciones por lo bajo Do-Hyun se precipitó hacia el hombre, corriendo tan rápido como sus piernas se lo permitieron para evitar que pudiese ocurrir alguna tragedia. No dudó en soltar su maletín para aligerar su peso e ir más rápido, y una vez estuvo detrás del extraño pasó las manos alrededor de su cintura, atrayéndolo contra su cuerpo de modo en que al contrario no le quedara otra opción más que bajar de la barandilla. Lo giró en cuanto estuvo seguro, tan preocupado como enfadado cuando notó que no era más que un chiquillo.
