La comisión [T/N Y CINCO]

1. El final de algo

01 de octubre de 1989

El silencio gobernaba en esa sala de espera en dónde se encontraba aquel hombre esperando una respuesta de los doctores sobre su esposa.

Habían esperado ansiosos por nueve meses esa preciosa niña que tendría como hija. Pero lo inesperado ocurrió.

-¿Señor Lujan?

-Soy yo -Se apresuró a contestar.

-Felicidades, es papá de un niño y una niña.

Esa no era la respuesta que esperaba escuchar. No era posible, ¿dos? Todo el tiempo esperaron solo a uno y esa era la niña.

-¿Niño y Niña?

-Asi es, es papá de gemelos. Puede entrar a verlos si gusta.

Le abrió paso a la habitación en dónde se encontraba su esposa esperándolo con sus dos ahora hijos en brazos.

Ella parecía estar igual de confundía que él, y esque ellos no estaban preparados para tanto.

Dos padres jóvenes, recién estaban conociendo la vida de los adultos y terminaron con una sorpresa.

...

En la duodécima hora del primer día de octubre de 1989, 43 mujeres de todo el mundo dieron a luz. Lo raro de esto es que ninguna de ellas había estado embarazada cunado comenzó el día.

Sir Reginald Hargreeaves, un exentrico multimillonario y aventurero, decidió localizar y adoptar a la mayor cantidad posible de esos niños.

Había conseguido a 7 de estos niños. Entre ellos al hijo varón de los Lujan.

...

30 de septiembre del 2002

Un dia cualquiera en la academia umbrella. La hora para ver televisión había llegado y todos los niños estaban reunidos en la sala sentados en el suelo mientras que el número cuatro estaba pacíficamente acostado en el sillón.

El único que no estaba ahí era el número seis, quien seguía en su habitación. Había estado leyendo un libro los últimos días y estaba a punto de acabarlo, no quería ser desconcentrado.

Los hermanos Hargreeaves se percataron de su ausencia entonces comenzaron las preguntas.

-¿En dónde está seis? -preguntó el número uno.

-No lo sé, creí que estaba ansioso por ver el "combate de hoy" -cuatro hizo comillas con los dedos al decirlo.

-Deberías hacer algo productivo e ir a hablarle. -contestó Cinco.

-Podria hacerlo, sí, pero estoy muy cómodo y no me quiero perder nada de mi hora de televisión solo por ir a hablarle a ese pequeño cerebrito.

-Hazlo, soy el líder, tienes que obedecer.

-No es justo, utilizas tu liderazgo para esto.

Se levantó indignado para después caminar hacia las habitaciones, exactamente a la puerta número seis.

La puerta estaba entreabierta por lo que entró sin tocar o preguntar.

Número seis estaba acostado boca abajo con el libro entre sus manos mientras se consentraba.

-Oye, niño, ¿no irás a ver a tu novia?

-No molestes, estoy leyendo.

-Pero si saldrá en la tele, tienes que verla ¿O es que su mayor fan no vera su combate mas importante? -le sonrió pícaro.