Capítulo 10

11 4 9
                                    

Pasado

Liliana Valencia

— Entonces, ¿Vas a ir? — asiento y veo como Ana Carolina sigue alisando su cabello al otro lado de la videollamada —, ¿y no te da miedo que pueda ser un acosador?

— ¿Cómo crees? — le resto importancia —, no creo que lo sea, no tiene cara.

— Puede que no... pero según las imágenes de la conversación que me enviaste, él dice que pasó "vergüenza" con su portero y la doña. Por lo que quiere decir que buscó cómo contactarte — se calla unos segundos mientras termina de alisar un mechón y luego dice —, y eso, querida mía, lo hace un acosador.

— No creo que sea así...

— Mira amor — me interrumpe —, puede que él sea uno de nuestros artistas favoritos, y que lo admiremos hasta orinarnos. Pero entre él y tú, obviamente tu eres más importante, tú y tu seguridad. Así que no lo sé, puede ser acosador, o puede que le hayas hecho un amarre sin avisarme y estás sacando provecho de ello.

— Amarre... ¿De dónde crees que sacaría yo para hacerle un amarre?

Ella se encoge de hombros y luego dice:

— Casos se han visto, reina. Casos se han visto.

Luego de colgar, y asegurarle que le enviaría mi ubicación y me estaría reportando con ella. Salgo a la cocina a ver que puedo comer. Le dije a Juan Pablo esta madrugada en la discoteca que iba a ir a verle hoy, pero no le dije a qué hora. Así que no sé si el efectivamente va a estar todo el día allá; puedo simplemente decirle que me deje el libro con doña Fabiola, o en su defecto con el portero. Pero no sé, esta situación es bastante surreal y todo parece parte de uno de mis sueños retorcidos.

— Buenos días — saluda Patricia al momento de entrar a la cocina para abrir la nevera y sacar la fruta —, hoy haré arroz paisa para el almuerzo — asiento —, y en la tarde vendrán mis compañeros de proyecto, por si necesitas estudiar o grabar algo...

— No te preocupes — le digo —, yo no tengo planeado hacer nada por hoy... bueno, tal vez salga más rato, pero eso te lo confirmo luego.

— ¿Salir?, ¿con quién? — Miguel entra también a la cocina para verme, pretendiendo ignorar la presencia de Patricia.

— No lo conoces — y él se encoje de hombros para luego quitarle una de las fresas que Patricia está cortando —. ¡Ah! — exclamo llamando su atención —, pero no me contaste que te hablabas con Simón por Instagram.

Patricia se gira a verlo con el ceño fruncido y confusión en su mirada.

— En mi defensa, no tenía ni idea que estaba hablando con ese man.

— ¿No te fijaste en el verificado de su cuenta? — dice ella pero él la ignora.

— Vuelvo a decir; en mi defensa — y le roba otra fresa —, no pensé que ellos fueran a hablar con simples mortales como somos nosotros.

Patricia lo analiza con la mirada y luego vuelve a su tarea mientras él le roba dos fresas más y se encierra nuevamente en su habitación.

Al final y luego de almorzar, le dije a Miguel hacia dónde iba, y él, al igual que Ana Carolina, me pidió que enviara mi ubicación y me fuera reportando. Siendo totalmente honesta he tenido mis dudas, pero bueno... voy solo para recuperar mi libro, ¿No?

Liliana

"¿Cuál es el número de tu apartamento?"

Siento que soy muy directa, pero no trato de arreglar el mensaje, solo espero su respuesta mientras camino de la parada hacia el edificio. Cuando voy llegando recibo respuesta.

MI HECHIZO - J.P VillamilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora