No tenía ni idea de que estaba metiendo a la maleta y realmente le daba lo mismo, era muy probable que cuando llegara a Seattle iría a comprar ropa o al menos a conocer el ambiente de allá.
Envolvió con plástico de burbujas una esfera de nieve, tal vez para cualquier persona no tendría valor ni significado esa esfera, pero para él era muy preciada, una amiga que había hecho en una cafetería que frecuentaba para escapar a leer libros que no fuesen de leyes se la había obsequiado. Fue lo último que obtuvo de ella, un día solo desapareció, muy en el fondo esperaba que estuviera bien y que gozará de una buena vida, recordó aquella tarde de invierno, donde tan misteriosa llegó con un abrigo rosa opaco y unos guantes grises a juego con su gorro que tenía algunos copos de nieve, se sentó nerviosa y solo hablo para decir que le había traído un regalo, tan pronto lo dejó en sus manos salió corriendo dando un beso en la mejilla de Jareth, nunca más supo de ella, nada en sus redes ni por mensaje o llamadas, una semana después había abierto la cajita de color rosa encontrando la esfera.
Parpadeo seguidamente rompiendo el recuerdo para acomodar el domo de nieve entre su ropa y no fuese a quebrarse. Guardó sus libros en otra maleta junto a varias carpetas, solo se paseaba por la enorme habitación buscando que más podría llevar pero estaba bloqueado, no tenia idea alguna que podría necesitar, en su portafolios llevaba el computador junto a la tablet, dejó abiertas las maletas en el suelo para dejarse caer en la cama, se giró a ver la hora en el reloj sobre la mesa de noche 21:31 realmente no era tan tarde, estaba seguro que su padre aún estaba despierto, se levantó con la intención de ir al estudio, dio un par de golpes escuchando inmediatamente un “adelante”.—Buenas noches, padre.
—Buenas noches, hijo ¿pasa algo? — dejando de lado la carpeta negra de cuero y mirando al joven.
—Nada realmente, solo que ya terminé de empacar y quería proponerte algo ¿y si nos adelantamos en lo que mamá y Dalton terminan sus asuntos?
—No esperaba que te tomaras tan bien el irnos a Seattle — permaneció en silencio unos segundos. —Podríamos irnos pasado mañana, ya dejé arreglado todo con mi hermano, estará a cargo en toda mi ausencia.
—Estoy seguro que cuidara de Cliveden & Abogados como si fueses tú.
—¿Tienes todo listo?
—Lo más importante ya esta, no estoy seguro que tipo de ropa necesitare allá.
—Eso lo veremos al llegar, mira — tomo su teléfono y busco en la galería para entregárselo.
Se estiró para alcanzarlo y regresar a su postura, estaba la foto de una hermosa residencia de dos plantas rodeado de un gran jardín con una pequeña estancia a su costado izquierdo, el tejado en color azul oscuro que podría parecer negro y las paredes blancas, con enormes ventanales y una puerta principal techada con cristales polarizados, faroles distribuidos por toda la residencia, sin duda una casa de ensueño, no sería tan lujosa como la mansión Cliveden, pero era un paraíso que Jareth ya quería correr.—¿Será nuestra casa? — preguntó al terminar de pasar todas las fotos.
—Si, tiene seis habitaciones con baño, un comedor, salón principal y un salón de cine y juegos, tiene billar.
—Me gusta, es muy bonita — dijo regresando el teléfono a manos de Jason.
—Es lo mejor que pude conseguir.
—Para mí esta bien, no es tan grande como esta — mirando a su alrededor.
—Si estas feliz entonces nos iremos pasado mañana, tal vez pueda llevarte el fin de semana a la universidad. Y el lunes inicies clases.
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¿Qᥙιᧉɾᧉ᥉ ᥎ᧉɾ ᥣᥲ᥉ ᧉ᥉tɾᧉᥣᥣᥲ᥉?
Teen FictionPolos opuestos ¿se puede ser algo más? Aquella dichosa teoría de que los polos opuestos se atraen ¿Es real o es solo un cuento barato de la sociedad? Jareth y Jodie son el vivo ejemplo de esa teoría, realmente no tenían nada en común, más que la ini...