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Momo sintió su celular vibrar sobre la mesa, así que lo tomó y lo desbloqueó para ver que era

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Momo sintió su celular vibrar sobre la mesa, así que lo tomó y lo desbloqueó para ver que era. Era un mensaje de Nayeon. Se apuró para abrir el chat y leer el mensaje, ella estaba en casa. En esos tres días la menor le hizo tanta falta. No fue porque cocinaba delicioso. Tampoco porque la ayudaba a limpiar la casa todos los miércoles. Le hizo falta ella. La Nayeon que se quedaba despierta hasta las dos o tres de la mañana sólo para hacerle compañía. La Nayeon que siempre trataba de sacarle una sonrisa cuando se sentía triste. La Nayeon que amaba, pero fue una tonta para no darse cuenta que lo hacía.

En esos tres días, que aunque suene poco, se dio cuenta de que era tan cotidiano estar al lado de la menor que nunca pensó en que sentía por ella en realidad. Le gustaba Im Nayeon.

Se levantó de su silla sin hacer mucho ruido y comenzó a guardar sus cosas, para luego irse de allí. Prácticamente corrió por las veredas, tratando de no chocarse con nadie. Cuando llegó al departamento, toda sudada y con la respiración errática, se detuvo en el hall de entrada del edificio, apoyando sus manos en sus rodillas para recuperar el aire.

Ya más tranquila se acercó al ascensor y tocó el botón de su piso. La caja metálica la condujo a su piso al instante, dejándola bajar cuando las puertas estuvieron abiertas otra vez. Se acercó a la puerta y se quedó mirando al número de esta por un rato, estaba por declararse. Tragó en seco y metió la llave en el cerrojo, abriendo la puerta para entrar. Cerró y se dio vuelta, encontrándose con la vista más hermosa que vio en su vida.

Nayeon, sentada en el sofá mirándola, con unos pantalones raros de pijama y su hoodie favorito. Su cabello desordenado, ahora de un tono café claro que le quedaba hermoso y sus hermosos ojos que brillaban cada vez que la veían. Una sonrisa se formó en los labios de Momo.

Nayeon se levantó del sofá y fue directo a abrazarla, perdiéndose en el calor de sus brazos y en su delicioso olor natural. La mayor la sostuvo con firmeza, con miedo a que se separe y no vuelva nunca más.

—Dijiste que querías hablar, ¿Qué es?—dijo Nayeon, su voz era amortiguada por el hoodie que Momo traía puesto.

—Tú también querías decirme algo, empieza tú. —dijo Momo, su voz era suave y cálida.

Momo, ¿puedo pedirte prestado un besito? Te prometo que te lo devolveré. —dijo Nayeon riendo para luego ponerse de puntitas, así alcanzando la misma altura que la mayor.

Lo siguiente que sintió Momo fueron los afelpados labios de Nayeon. Cerró sus ojos y se dejó llevar por aquellas sensaciones que atacaban a su corazón enamorado. Momo sintió la lengua de Nayeon pasarse por su labio inferior, así que le dio permiso para adentrarse en su cavidad bucal. Se exploraron mutuamente con cariño, nada de segundas intenciones. Se sentían bien. Se sentían cálidas. 

Fin.

Fin

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Borrow a Kiss Ꞝ NamoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora