introducción

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Después de haber salvado a chay de ser asesinado por los guardaespaldas de la segunda familia tenía la intención de pedirle nuevamente disculpas por todo el daño que le hice, pero no pude porque cuando ya estaba cerca de la puerta me llegó todo remordimiento y me sentí culpable así que salí corriendo de aquel bar, pero al mismo tiempo estaba cansado por el enfrentamiento que no llegue muy lejos caí al suelo tuve que estar unos minutos tirado para recuperar aire

—perdóname con esto pago un poco del mal que te hice —dije mientras me dirigía a mi auto después de haberme recuperado

Conduje a mi departamento después averiguaría sí mi familia se encontraba bien en realidad solo me importaban mis hermanos

Mi padre me da igual pues por su culpa no puedo estar con Chay porque tengo esta gran duda en mi alma sí somos primos o no

Al llegar a mi departamento simplemente me senté en el sofá comencé a mirar las fotografías que con entusiasmo chay se tomaba para mí, me las mandaba para alegrarme mi día a día, también vi la plumilla de edición ilimitada que me entrego el día de su confesión de amor, escuchaba la canción que me canto fuera del estudio de música, ya que me la dio en una USB la última vez que nos vimos cuando le rompí su corazón.

Mientras más las veía se me hacía  un nudo en la garganta queriéndome salir unas cuantas lágrimas de los ojos.

Pero era una forma de despedirme de él, ya que nunca jamás tendría su amor de nuevo pues él me dijo que estaba en una nueva relación la última vez que lo fui a ver

Por eso he decidido marcharme para ya no molestar lo más y que sea feliz...

No puedo olvidarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora