Capítulo 1. Nada nuevo

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Nuevo año y un nuevo día.

Me fijé en una nota que había dejado mi madre y se que es de ella porque somos las únicas viviendo en esta gran casa.

Tomé la nota entre una de mis manos, la miré una y otra vez.

"Murcielaguito de mi alama fui al trabajo, está la comida en el microondas para cuando llegues del colegio, cuídate, te amo" —Mami.

Dejé la nota ahí mismo para comenzar a preparar mi desayuno. Un cereal con yogurt.

—Uy cierto, gracias señor por el alimento, amén.— termino de desayunar y me dirijo a lavarme los dientes, me miró al espejo el moretón que tenía en el ojo, casi ya no se notaba pero aún sentía mi ojo algo hinchado.

Todos los años que tenia ladea era lo mismo y este último año no sería la excepción, la única diferencia sería que el ya no estaría, por su cumpla comencé a alejarme de Dios. Lo bueno de todo es que ya vería a Marcos el chico que me tiene haciendo ayuno y oración por el, Hasta su nombre suena hermoso.

Al llegar al instituto miré a la entrada y me dispuse de valor para entrar, algunas personas se me quedaron mirando debido a que sabían que podía ser molestada en cualquier momento.

Y todo solo por creer en Dios, que irónico ¿no?

Muchas veces me arrepiento de ser cristiana ya que las críticas que tenemos que sobrellevar son intensas, tenemos que sonreír cuando estamos mal, prácticamente aparentar ser perfectos.

Pero bueno, todo esto terminará el día de la graduación.

Fuí hasta mi primera clase para sentarme pero de pronto me quedo estática al ver a Marcos pasar al lado mío. Mi corazón late rápidamente de la emoción, pero esa emoción va desapareciendo cuando escucho las palabras que salen de sus labios.

—Primer día y ya estamos con la misma asquerosidad de todos los años— Marcos suelta una risita que hacía que sus hermosos hoyuelos se marcaran.

La verdad todo es mi culpa, porque muy claro que me lo dió Dios, que él no era el propósito que el quería para mi, que aprendiera a esperar.

Bajé mi cabeza y subí mi mano para masajear mi cabeza, mientras algunos se reían y me miraban, solamente me miraban pero nadie hacía nada.

Entramos directamente a la clase cuando entra el profesor.

—Buenos días alumnos... es hora de comenzar— el profesor deja su bolso sobre la mesa.

Así transcurrió el día, entre muchas clases.

Ya cuando dió la hora de ir a comer fui a la cafetería, tomé una bandeja de comida y me senté sola. Mordí mi manzana  hasta que siento unas manos en mi mesa, haciendo que me asustara de golpe, levanté mi rostro y era Marcos con su novia.

—Claro que encontramos el experimento que se escapó del laboratorio— dijo Marcos colocando sus brazos sobre la mesa.

Algunas risas se escucharon y para rematar la novia de Marcos toma vaso con jugo que tenía en mi bandeja y lo derrama sobre mi cabeza. Haciendo que los demás me miraran y se rieran.

—¡Que te ocurre conmigo!— chillé molesta. No me gustaba esto, claramente pasó mis límites.

—Uy cuidado la santita se enojó— se ríe de forma burlona

—¿Que vas hacer?, ¿llamarle a tu papito Dios y que nos castigue?— Habla Marcos de forma agresiva

Miré asustada a aquellas dos personas, la verdad me sorprendió ver a Marcos hablar así.

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⏰ Última actualización: Aug 11, 2022 ⏰

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